3-0, goleada a la Roma, máximo rival en el campeonato, y a otra cosa...Ese fue el regalo de reyes que se concedió la 'Juve' el 5 de enero para empezar el año natural con buen pie. Porque desde entonces, todo fue rodado para el club bianconero en la Serie A: los romanos no fueron capaces de recuperar lo perdido aquel día y el Napoli hacía tiempo que había dejado de suponer una amenaza real.

Para más inri, el conjunto dirigido por Conte cayó eliminado en la fase de grupos en diciembre, por lo que conquistar su tercer scudetto consecutivo pasó a ser el mayor y único objetivo verdadero. Digo único porque en realidad la Europa League, a la que llegó por consuelo y no por deseo, nunca fue una meta ansiada para los de Turín, aunque la final en el Juventus Stadium supusiera una motivación especial.

Foto: depor.pe

En la división de plata del fútbol europeo los de Conte fueron eliminando contrarios por una superioridad técnica más evidente para los rivales que para ellos mismos, incapaces de creerse fuertes en el viejo continente. Sufrieron para ganar al Trabzonspor aunque el marcador global, 4-0, diga lo contario; estuvieron a punto de ser eliminados por la Fiorentina en octavos de final de no haber sido por un gol del mago Pirlo desde la barrera; se crecieron contra el Olympique de Lyon; y acabaron mordiendo el polvo frente al Benfica en casa cuando sólo les hacía falta un gol para disputar "su" final. Una fiesta en Turín que disfrutaron los portugueses y el Sevilla.

La Coppa Italia no les fue mucho mejor. La Roma, a la que habían herido de muerte en el campeonato quince días atrás, les apeó del torneo el 21 de enero en los cuartos de final. A un partido único los de la capital resultaron ser más fuertes, logrando vencer a la Juventus por 1 a 0 con un gol de Gervinho. Tampoco ésta supuso una tragedia para los bianconeri, Conte sabía que tenía en su mano hacer historia en la Serie A, y esa fue la prioridad del año.

Más campeones que nunca

A tres jornadas de que acabara el campeonato, la 'Juve' se coronó campeona por tercer año consecutivo, algo que no había logrado ningún equipo desde que la Serie A cambiara de formato en 1929. El conjunto presidido por la familia Agnelli ni siquiera necesitó saltar al campo para adjudicarse el trofeo, les bastó con ver desde el sofá cómo la Roma perdía ante el Catania, último clasificado, por 4 a 1, superada por la presión.

El tercer scudetto sirvió a la Juventus para coserse en la camiseta, esta vez de manera oficial, la tercera estrella que acredita los 30 campeonatos domésticos logrados en su historia, aunque el club llevara festejando tal mérito desde el final de la temporada 2011/2012, pues para ellos los dos títulos que les arrebataron tras el escándalo de Calciopoli fueron ganados "sul campo", y no robados.

Además, finalizaron la temporada batiendo un nuevo récord: con sus 102 puntos en el casillero, superaron la marca que hasta entonces ostentaba el Inter de Mancini, con 97.

Diario de una dimisión anunciada

Los récord y la historia, sin embargo, no portaron paz a la Vecchia Signora. Los medios de comunicación llevaban desde mitad de temporada anunciando que las cosas no andaban bien entre Antonio Conte y la familia Agnelli, propietaria de la sociedad, rumor que ambas partes desmintieron de manera rotunda hasta que, en medio de la pretemporada, algo estalló definitivamente entre ellos.

Aún no se sabe quién tuvo la culpa, si el carácter del míster, las malas decisiones de Marotta en sus fichajes, o la poca atención por parte de los Agnelli a los reclamos de su entrenador; lo único cierto es que Conte anunció su salida del club de sus amores de manera precipitada este verano y, a día de hoy, sigue sin pisar Vinovo y el Juventus Stadium a pesar de que su residencia sigue estando en Turín.

En su lugar, entre dudas y protestas de los tifosi bianconeri, llegó Massimiliano Allegri, técnico rival en sus años como entrenador del AC Milan. El míster toscano aterrizó en Turín con el difícil reto de motivar a una plantilla acomodada en el campeonato y atemorizada fuera de Italia. Precisamente esto último fue su mayor carta de presentación, pues Allegri fue capaz de dar una buena imagen con el Milan en Europa aún cuando estos empezaban el declive que arrastran hasta hoy.

Foto: La Vanguardia

Pereyra, Evra y, sobre todo, Morata, fueron los "regalos" que la sociedad concedió a su técnico para afrontar los nuevos y complicados objetivos. El primero llegó cedido, con opción de compra, por 1,5 millones de euros y el francés desembarcó en Turín por la misma cifra tras siete años vistiendo la elástica del Manchester United. El caso de Morata fue más especial, ya que el canterano madridista se convirtió en el fichaje estrella de la Juventus, dejando en las arcas del Real Madrid más de 18 millones de euros.

El ciclo continúa

A pesar de la revolución vivida en la casa bianconera, las cosas siguen marchando. Y no sólo en la Serie A. Allegri ha conseguido mantener la estabilidad que reinaba en la 'Juve' a base de pequeños cambios en la alineación, permitiendo a los suyos seguir vivos en la Champions League y ser primeros de la clasificación en el campeonato doméstico en esta temporada 2014/15.

En Europa, la Juventus volvió a sufrir ante rivales inferiores como el Malmoe y el Olympiacos, aunque finalmente consiguió clasificarse para octavos de final como segunda de grupo, por detrás del Atlético de Madrid, a quien la Vecchia Signora no consiguió batir en ninguno de los dos encuentros disputados. En la próxima ronda, los turineses deberán desplazarse a Dormuntd y batir al Borussia si quieren seguir vivos en una competición que aún les supera.

Foto: Fox News

Como si de París se tratara, a la 'Juve' siempre le quedará la Serie A, un territorio que conoce a la perfección, donde se saben poseedores de un halo especial, de un aura que infunda algo más que respeto a sus rivales. Allí, la vida sigue siendo de color de rosas, porque el rojo de la Roma aún se ve lejos. Concretamente a tres puntos de distancia.