El Celtic Park se convirtió en el reino de la locura con motivo de la visita del Inter de Milán, que se las prometía muy felices tras ir ganando por 0-2 al cuarto de hora, e incluso 2-3 en el tiempo de añadido final, pero que vio como el orgullo del Celtic empataba por segunda vez un partido en el que la fe de los escoceses fue premiada con un resultado que deja con vida a los verdiblancos de cara a la vuelta en Milán.

Bendita pólvora interista

El partido no pudo empezar mejor para el Inter de Mancini, que se encontró con dos goles muy tempraneros. Cinco minutos tardó Shaqiri en desnudar las carencias defensivas de la zaga local, que tardó demasiado en entrar en el partido. Un envío en largo hacia el delantero suizo lo resolvió con una volea mal despejada por Gordon, que permitió al ex del Bayern rematar una segunda vez. Y en esta ocasión no perdonó.

Pocos minutos después, en el 12', la fortuna volvió a alinearse con el Inter, que dobló su ventaja al aprovechar Palacio un rebote dentro del área tras un córner mal despejado. Apenas había empezado el encuentro y los italianos ya mandaban con un contundente 0-2. La herida parecía seguir sangrando hasta que el Celtic Park levantó a los suyos, que sin temer a recibir otro gol, se avecinaron a por su rival, en busca de algo que les sirviera para viajar al Giuseppe Meazza con opciones.

Amstrong devuelve la vida a los suyos

Los escoceses tienen orgullo, y cuando se les hiere, no tiran la toalla hasta el final. En una demostración de trabajo y empeño, cuando la eliminatoria tenía el peor color posible, el Celtic logró igualar el encuentro en dos minutos de euforia local y desacierto visitante. Los dos tantos llegaron, además, sin casi buscarlos, pues el Celtic hasta entonces había puesto poco fútbol.

Una internada por la derecha de Matthews la empujó a la red a placer Amstrong en un descuido garrafal de la defensa interista. Apenas un minuto después, el Celtic empató tras la salida de un córner, en una acción en la que la pugna entre el propio Amstrong y Campagnaro derivó en un autogol del defensor italiano. El éxtasis del Celtic Park fue entonces abrumador. En dos minutos habían pasado de muertos a muy vivos, y el Inter, que parecía ir muy sobrado con el marcador a su favor, se empequeñeció por momentos.

El empuje de los locales fue in crescendo a medida que transcurrían los minutos, alimentado por el infatigable aliento de una grada que acompañaba el trabajo en el césped de sus once representantes. Darse por muerto antes de tiempo no liga con la filosofía de un equipo como el Celtic. Cuando todo parecía predispuesto para que ambos equipos llegasen con empate al descanso, una mala salida de Gordon, que no alcanzó a blocar bien el balón, permitió a Palacio anotar su segundo tanto de la noche. El argentino, astuto, prosiguió su carrera al espacio, y aunque el bote, con el césped mojado, parecía demasiado largo para que llegara el delantero, un error del meta local permitió que el atacante albiceleste lograse el 2-3 con el que se llegó al descanso.

El Celtic se atreve, el Inter recula

La segunda mitad tuvo dos intenciones muy contrapuestas. Por un costado, el Celtic empezó algo amedrentado, como en shock por el gol recibido, aunque no tardó en reponerse del golpe y en volver a presionar y a llevar la iniciativa. El Inter, por su parte, salió a conservar el balón y erró en los ataques a la contra que dispuso. Gordon, protagonista negativo en el primer tiempo, pudo rehacerse con varias intervenciones de mérito, dejando que sus fallos iniciales, aunque importantes, quedasen en un segundo plano.

La confianza del meta escocés fue aumentando con los tímidos avisos del Inter, que tuvo opciones para matar el partido hasta la hora de encuentro, cuando el Celtic se volcó con más efectivos en campo rival. Shaqiri y Palacio se encontraban con peligro cada vez que cruzaban la mitad de campo, y al Celtic le salvó entonces que no anduvo fino Icardi, y que Gordon intervino con algunas estiradas de mérito.

La intensidad en la presión del Celtic no paró de aumentar hasta el final del encuentro, pues los escoceses, inconformistas, no se resignaban con esa cruel e inmerecida derrota. Mackay-Steven protagonizó el único claro aviso en la segunda mitad, en un contragolpe que despejó con el pie un atento Carrizo. Sin preocuparse por asumir riesgos, los escoceses adelantaron sus líneas en busca del empate, que no llegó hasta el tiempo de añadido final. Una combinación en la frontal entre Guidetti, que entró en el segundo tiempo, y Henderson, la resolvió el primero con un zurdazo dentro del área ante el que nada pudo hacer Carrizo. Gordon aún tuvo tiempo de mejorar su actuación con una mano prodigiosa en el minuto 95, que salvaba una peligrosa falta de Shaqiri, el último intento de un Inter que no mereció más, y que deberá ofrecer más fútbol si quiere eliminar a un hueso duro de roer llamado Celtic.

Celtic Glasgow (3) Inter de Milán (3)
Gordon 6 Carrizo 6
Matthews (80') 7 Juan 5
Izaguirre 6 Campagnaro 6
van Dijk 6 Santon 5
Denayer 5 Ranocchia 5
Biton 6 Guarín 5
Brown 7 Kuzmanovic (78') 6
Amstrong (75') 8 Medel 5
Mackay-Steven 7 Palacio 8
Johansen 6 Icardi (75') 5
Griffiths (75') 7 Shaqiri 8
Suplentes
Henderson (75') 7 Kovacic (75') 6
Guidetti (75') 8 Dodò (78') 5
Ambrose (80') - (')