Di Biagio puede decir que las cosas le han salido casi al cien por cien. Y no del todo, pues ante Portugal ha faltado lo más importante en el deporte del balón: el gol. Italia consigue un empate sin goles que sabe a derrota en el marcador, pero la satisfacción y mejoría del equipo respecto al duelo ante Suecia en la primera jornada es notable. La sensación es que si se juega así ante Inglaterra el miércoles (20:45 horas) se puede conseguir una plaza en las semifinales del Europeo y otra en los próximos Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Y es que eso es lo que se juega Italia el miércoles, y depende también de que se produzca un resultado favorable en el Portugal-Suecia, a poder ser, una derrota de los nórdicos.

La formación italiana, posando antes del inicio del encuentro. Foto: La Repubbblica

Los mejores 45 minutos en los últimos dos años

El partido de Berardi fue impresionante, aunque sin fortuna de cara al gol. Di Biagio construyó una obra maestra en el pivote con Benassi-Crisetig y Cataldi, que barrió a los portugueses en el primer tiempo. Se hizo posible por la sanción de Sturaro y las suplencias de Viviani y Baselli. De hecho, ellos tres fueron el centro del campo titular ante Suecia; Di Biagio quiso cambiar por completo la estructura medular, y le salió casi a la perfección.

Luigi Di Biagio, durante un momento del encuentro. Foto: La Repubblica

Hasta seis ocasiones llegó a fallar Italia en un primer tiempo en el que Benassi, Crisetig y Cataldi esculpieron un Bernini La primera acción azzurra vino por parte de Benassi a los cinco minutos de juego, pero el guardameta José Sa evitó el gol. Después, vinieron y no se exagera, los mejores 45 minutos de juego en los últimos dos años de la Nazionale sub-21 por la cantidad de acciones de peligro; La segunda vino en el minuto 6: Berardi falla un rechaze de Belotti. Después, Biraghi no consiguió definir una bola desde la izquierda de Belotti en el minuto 12. Ttras esta vino la de Berardi, en la que defensa portuguesa achicó un balón en el minuto 21. José Sa intervino después para salvar ante Benassi en el minuto 27. Ya en el final, un disparo de Berardi salió desviado por muy poco en el minuto 43 y, dos minutos después, Zappacosta cabeceó hacia Berardi, pero la defensa portuguesa volvió a sacar el balón. Entre tantas ocasiones de gol, una constante definida: el ala derecha italiana, formada por Zappacosta, Benassi y Berardi, hizo absolutamente todo lo que le dio la gana. Rugani era una roca en el centro de la defensa y las recuperaciones de Crisetig y su creación de juego hicieron el resto de la belleza del juego azzurro.

Domenico Berardi pelea un balón con un rival portugues. Foto: La Repubblica

Sólo Battocchio en la izquierda sugirió dudas, aún más por la rara suplencia de Bernardeschi. Di Biagio apostó por el lateral del Virtus, pero nunca fue superior a su marca y estuvo fallón en un par de controles que no acarreaban complicación. En cuanto a Portugal, sólo demostró que son uno de los favoritos en el minuto 36, cuando en la asistencia de Sergio Oliveira, el balón pasó rápidamente por el área de Bardi acabando en un mal disparo de Carlos Mané.

Un segundo tiempo marcado por el agotamiento

Italia acabó agotada con sus intentos de gol y y deberá jugárselo todo el miércolesEl segundo tiempo comenzó con Italia volviendo a insistir de cara al gol. La primera acción de peligro la tuvo una jugada entre Biraghi y Belotti, que acabó con un disparo al travesaño del atacante del Palermo. Italia seguía siendo la misma que la del primer tiempo, aunque sufría en las acciónes en las que Rafa Silva conseguía zafarse de Romagnoli. Battocchio lo intentó en el minuto 58, pero volvió a toparse con José Sa. Su esfuerzo no le sirvió para cambiar la opinión que tenía todo el mundo, y que acabó realizando el técnico azzurro, sustituyéndolo por Bernardeschi tres minutos despúes.

Benassi, controlando un balón ante un rival. Foto: La Repubblica

El once azzurro volvió a experimentar cambios en los últimos veinte minutos de partido con el cambio de posición de Bernardo Silva desde el extremo a la punta de ataque, por lo que Di Biagio, viendo el peligro, hizo el movimiento más valiente que podía hacer; sacar a Crisetig y meter a Trotta cambiando al 4-2-4 con dos delanteros más, Berardi y Bernardeschi. El delantero del Sassuolo tuvo una buena oportunidad en el minuto 83, pero Italia ya estaba demasiado agotada de tanto intentarlo sin conseguir premio. Las últimas ocasiones fueron obviamente portuguesas, con Carlos Mané poniendo los escalofrios en el cuerpo en el minuto 86. Ciertamente, el 0-0 no dice nada acerca de un partido vistoso y entretenido, lo que no le valdrá de nada a Italia el miércoles si no consigue la victoria y esperar un buen resultado en el otro encuentro del grupo.

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Sobre el autor
Miguel Ángel Vera
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