No hubo goles en el Giuseppe Meazza, pero en Italia se volvió a vivir un derbi nacional de máxima intensidad. Como los que hacía tiempo que no se vivían entre Inter y Juventus. Unas veces por culpa del equipo de Turín, tras su paso por segunda y los posteriores años de transición; otras veces por el conjunto milanés y su crisis deportiva de las últimas temporadas, de la que ahora parece que puede salir. Si bien la esencia del fútbol son los goles y este partido careció de ellos, no faltó en ningún momento intención por parte de los dos equipos de querer llevarse el partido.

Primera parte jugada al ritmo que interesaba a los de Mancini

El Inter, consciente de que una victoria podría suponer apear a la Juventus de la lucha por el Scudetto, saltó al terreno de juego con muchísima agresividad planteando un partido de mucho ritmo donde la Juventus no pudiese controlar el juego a través de su centro del campo. Para ello, Mancini optó por Medel como acompañante de Felipe Melo y Brozovic en detrimento de Kondogbia. En ese partido de imprecisiones en el centro del campo y salidas rápidas a la contra de ambos equipos, Jovetic y Perisic destacaron por encima del resto gracias a su velocidad, poniendo en apuros a la defensa juventina y en especial a su medio del campo que no conseguía dominar el partido con claridad. Entre el montenegrino y el croata provocaron varias faltas en tres cuartos de campo, que significaron que la Juventus en el minuto 11 ya tuviese a su doble pivote (Marchisio y Khedira) amonestados. A pesar del gran arranque interista, la Juventus dispuso de una buena ocasión en la primera mitad. Ésta llegó a través de una jugada por parte de los dos mejores jugadores de la Juventus (con permiso de Barzagli) en el partido, Zaza y Cuadrado. El Italiano robó un balón en tres cuartos de medio campo y asistió al colombiano que disparó al primer palo encontrando la respuesta de Handanovic.

Allegri y su equipo, que recuperaba a Marchisio como reggista y que volvía a postar por Barzagli en el lateral derecho por la ausencia de Lichtsteiner, ralentizaba el juego siempre que podía mediante posesiones largas. No logró prácticamente hacerlo la Juventus en la primera mitad, mérito de una muy buena presión de los nerazzurri. Los mejores momentos del Inter culminaron con un disparo que Buffon rozó con los dedos para que el balón terminase golpeando en el larguero. Finalizó el primer tiempo con la sensación de que ambos equipos bajarían el ritmo en la segunda parte.

En la segunda parte el ritmo bajó y la Juve se hizo con el control

Y así fue, el ritmo del encuentro fue bajando a medida que pasaban los minutos y eso lo aprovechó el equipo de Allegri, que diseñado para elaborar más las jugadas, comenzó a controlar el balón. Además Zaza seguía siendo una gran alternativa cuando la elaboración de la jugada se atascaba, para que su equipo lo buscase en largo. El Inter con menos fuerzas para presionar arriba, vió como sus dos mejores jugadores del primer período, Jovetic y Perisic, iban de más a menos a medida que el partido avanzaba y por lo tanto la capacidad ofensiva de los de Mancini disminuía. Si en el primer tiempo fue el Inter en golpear el travesaño tras parada de Buffon, ahora sería la Juventus. Corría el minuto 70 cuando Morata, muy desaparecido hasta el momento, recibió de espaldas dentro del área dejando de cara para la incorporación de Khedira, que solo y muy cerca de la portería contraria, disparaba con el interior al palo derecho de un batido Handanovic. Fue la mejor ocasión del partido y hubiera supuesto un mazazo para el Inter que pasaba por sus peores minutos.

La gasolina se iba acabando em ambas partes y eso hizo que Cuadrado, jugador incasable, apareciese una y otra vez llegando a línea de fondo por banda derecha sin encontrar rematador. Allegri introdujo a un hombre de área como Mandzukic pero el croata no estuvo afortunado en el único balón franco que recibió, conectando el balón sin demasida fuerza a las manos de Handanovic. En el otro banquillo Mancini introducía a Guarín en lugar de Felipe Melo, demostrando que él también quería el partido. Los minutos se fueron consumiendo con los 80.000 espectadores del Giuseppe Meazza que no se movían, sabedores de que cualquier cosa podía pasar.

Todo por decidir

Finalmente lo que terminó pasando fue un empate a cero en el marcador que deja a la Juventus con nueve puntos, a ocho puntos del Inter y a nueve del líder que es la Fiorentina, con opciones todavía de poder reengancharse en la lucha por el título. Por su parte, el Inter no consigue distanciar todavía más a la Vecchia Signora y se queda con 17 puntos, a uno del primer puesto.