Dominio absoluto de la Juventus en el encuentro, con más de un 60% de posesión y prácticamente ninguna ocasión de gol en contra de un Atalanta que se limitó a intentar buscar algun contragolpe o una jugada a balón parado. Datos tan ciertos, como cierto es que La Vecchia Signora sigue dejando muchas dudas en cuanto a las ocasiones de peligro generadas en proporción al dominio de balón que ejerce en los últimos partidos. Volvió a faltar imaginación en los últimos metros, como ya ocurrió en San Siro ante el Inter o ante el Borussia en Champions.

Hoy, sin embargo, si estaba Dybala sobre el terreno de juego, único jugador que parecía dotar a su equipo de algo de fantasía en esos últimos metros. Tanto es así, que el jovencísimo argentino marcó en el minuto 28 el rimer gol de su equipo tras un lanzamiento centrado de primera intención, ante el cuál el portero del Atalanta, Sportiello, pudo hacer más; y tras una bonita jugada personal por banda izquierda asistió a Mario Mandzukic, que como buen rematador de área sentenciaba el partido para la Juventus.

Ciertas rotaciones

Allegri dió descanso a Barzagli, introduciendo de inicio en el lateral derecho a Padoin. Lichtsteiner y Cacerés siguen en la enfermería. Otro jugador al que dió minutos de descanso fue a Cuadrado optando por Pereyra que ocupó una posición más centrada respecto a la que suele jugar el colombiano, que se mantuvo descansando a pesar de que Pereyra se tuviera que marchar lesionado en el minuto 36. Entró en su lugar Asamoah, dando Allegri a Pogba más libertad en el centro del campo. Finalmente en ataque, junto al mencionado y mejor del encuentro Dybala, se encontraba Mandzukic, que ya tuvo unos minutos en Champions entre semana tras superar su lesión. Al croata se le piden goles más que participación en el juego, pero es quizás por sus características el más perjudicado en cuanto a la poca profundidad que muestran los de Allegri partido tras partido. Por su parte el técnico del Atalanta, Reja, dejó en el banquilló a Papú Gómez para reforzar más el medio del campo. Algo muy usual en los equipos de la parte baja en Italia cuando visitan el campo de un grande. Finalmente acabó entrando en el campo en la segunda mitad sustituyendo a Moralez, pero el conjuntyo de Bergamo apenas cambió su versión mostrada en los primeros 45 minutos.

Factor Dybala

Ya no está Pirlo y a muchos se le notan ciertas dificultades técnicas que con Andrea en el campo pasaban desapercibidas. Pero Pirlo hay uno y no hay otro igual en el mercado. Esto supondrá que Allegri, que siempre ha comentado la importancia de no cargar de responsabilidades a Dybala para que progrese de forma adecuada, dificilmente podrá prenscindir del talentuoso futbolista ex del Palermo. El equipo según avanzaba el segundo tiempo  seguía empujando para buscar el tercer gol, con rápidas recuperaciones del balón en campo riva, perol que no se traducían en un verdadero asedio a la portería de Sportiello hasta que el balón no pasaba por los piés de Dybala o en ocasiones a través del número 10 juventino Paul Pogba. El francés mostró cierta mejoría con sus particulares zancadas hacia el área rival que desatascaban al equipo de una posesión estéril. Pues precisamente una jugada de estos dos jóvenes jugadores (Dybala y Pogba), pudó suponer el tercero para la Juventus. Corría el minuto 69 cuando Pogba filtraba un pase por encima de la defensa Atalantina, que recibía Dybala para encarar a Sportiello. Aguantó muy bien el portero y detuvo el mano a mano. No parecía estar contento el pequeño argentino, que veía como Allegri lo mantenía en el campo siendo Mandzukic el que dejaba su sitio a Morata y como Zaza ni siquiera calentaba, que con un dribling dejó sentado al ex del milan Paletta dentro del área. El central tuvo que cometer falta y Dybala, tras haber marcado y asistido, ahora forzaba un penalti. Eso sí, no le dejaron tirarlo. De eso se encargó Pogba, que vió como el portero atalantino le adivinaba la intención y se lo paraba. Poco más ocurrió en el Juvetus Stadium. Bueno, a Dybala también le dió tiempo a rozar la escudra en un lanzamiento de falta, recordando esas parábolas de Pirlo a balón parado que tanto se hechan de menos por Turín.

Allegri se enfadó mucho con la prensa y otras personas del fútbol por las críticas al dejar al jugador en el banquillo ante el Borussia en Champions. Hoy le dió los 90 minutos y el futbolista se empeño en darle la razón a esas personas participando en absolutamente todas las jugadas de peligro de su equipo. O no, porque no es menos cierto que un jugador de 20 años en su primera temporada en un equipo grande no puede tener excesiva presión a su alrededor si quiere ir creciendo progresivamente. Allegri será el que decida.