Importante victoria la cosechada por Inter de Milán en el Giuseppe Meazza. El Genoa buscaba sacar provecho del tropiezo que sufrió el equipo local en la pasada jornada liguera y alejarse de los puestos de descenso. Sin embargo, el cuadro dirigido por Mancini no sucumbió a la presión y consiguió superar el duro partido planteado por el contrario. Con Biabiany y Ljajic en las bandas, los nerazzurri tenían en la velocidad su mejor arma. Para contrarrestar esa superioridad en los carriles, Gasperini alineó al exsevillista Diogo y a Laxalt.

Desde muy pronto se apreció el interés de los visitantes en interrumpir la salida a la contra de los jugadores interistas. El entramado defensivo Grifone hizo del partido un reto para Mancini y su escuadra. Durante los primeros 15 minutos, poco fútbol por uno y otro bando, si bien es cierto que el Inter proponía más que los visitantes. Poco antes del primer cuarto de hora, las cabezas de Medel y Melo chocaron dejando a este último visiblemente conmocionado. Con los dos equipos asentados en el verde del Giuseppe Meazza, el Inter se hizo con el control del encuentro. Fruto del dominio local llegaron las primeras ocasiones del partido. Una, surgida de la conexión entre Jovetic y Ljajic, se marchó alta. La otra, un disparo de Biabiany, llegó mansamente a las manos de Perin. El guardameta visitante tendría que aparecer en varias ocasiones posteriores, si bien no fue hasta el añadido del primer tiempo que tuvo que esmerarse a fondo. Un centro medido de Telles encontró a Ljajic en el segundo palo. El gran remate del serbio se encontró con una prodigiosa intervención de Mattia Perin. Así se llegaba al descanso, con un empate a nada para lamento de los de Mancini.

Melo, que aturdido aún por el choque tuvo que ser atendido varias veces durante el primer tiempo, fue sustituido por Brozovic. (Felipe Melo fue trasladado al hospital para ser examinado, según informó más tarde el club). La salida tras el receso rompió el guión que venía desarrollándose, con un Genoa algo más atrevido. De hecho, del cuadro visitante fueron las primeras ocasiones del segundo acto. Rincón avisó y Diogo Figueiras obligó a Handanovic a ponerse el mono de trabajo. Sin embargo, a la hora de juego, llegó el primer y único tanto del encuentro.

Ljajic botó una falta escorada y su centro-chut acabó dentro de la meta de Perin sin que nadie llegara a desviar su trayectoria. El gol quitó una enorme losa al cuadro local y forzó a Gasperini a cambiar su mentalidad. Para ello entraron Diego Capel y Pandev en el terreno de juego. En su intento por buscar el empate, los defensores del Genoa dejaron espacios a sus espaldas. Brozovic, Jovetic y Ljajic triangularon para anotar el segundo, pero el juez de línea levantó el banderín y anuló el tanto en una decisión polémica. Los pupilos de Gasperini probaron fortuna desde lejos por mediación de Tino Costa, pero Handanovic se mostró seguro. A la contra, los locales pudieron poner tierra de por medio pero se encontraron con Perin. Biabiany estuvo cerca de cerrar el partido con un remate que Laxalt acertó a despejar. Del tanto de la sentencia a los minutos del miedo. Y es que D'Ambrosio cometió una falta sobre Perotti y vio por ella su segunda cartulina amarilla, dejando a los suyos en inferioridad numérica. Para su suerte, el partido no dio más de sí y el gol de Ljajic fue suficiente renta para vencer.

Así las cosas, con la victoria del pasado sábado, los nerazzurri se colocan líderes de la Serie A con 33 puntos. Dos menos tiene el Napolés, al que falta por jugar su partido correspondiente de la jornada número 15.