Lo del Palermo empieza a ser insostenible. De ser un equipo que debía soñar con engancharse a la Europa League ha pasado a ser la sombra de sí mismo. Palco, entrenador y jugadores, todos son culpables de una situación que sufre, cada domingo, la afición. Lo peor de todo es la impotencia, ya que hoy el Atalanta no ha necesitado un partido demasiado brillante para vencer por tres goles a cero. El Atalanta sigue a lo suyo, metiendo presión a la Juventus, y situado sexto a expensas de lo que hagan Sassuolo y Milan.

Un inicio de partido igualado

El Atalanta afrontaba este partido como favorito, más aún tras la baja de Franco Vázquez, de lo poco salvable este año. Ballardini dio, finalmente, la oportunidad a Trajkovski, el ariete macedonio que marcó en Coppa.

Los primeros minutos se desarrollaron en condiciones de igualdad. Incluso se podría decir que eran los jugadores sicilainos los que se habían convertido en los dueños del balón en los primeros minutos. La chispa de apagó a los diez minutos. Lazaar y Trajkovski se escondieron para siempre, iba a comenzar el asalto bergamasco sobre la portería del incombustible Sorrentino, que hoy vestía, curiosamente, de rosa.

El Atalanta no tardó en inaugurar el marcador

Tras un paradón del propio Sorrentino, el gol del Atalanta llegaría a los 18 minutos de partido. De Roon disparó a gol, pero en su trayectoria el balón se detuvo a los pies de Denis que, como si de un penalti se tratase, batió al portero del Palermo, que se venció al lado contrario.

Ni siquiera habían pasado diez minutos cuando el knock out del Palermo se iba a volver aún mayor. Los palermitanos deambulaban por el campo sin saber qué hacer, cuando un córner botado por Gomez lo remató Cherubin, solo de marca, en el área pequeña, para hacer el 2-0. La alegría de la afición local contrastaba con el ánimo de los visitantes.

Insuficiente reacción del Palermo

Los palermitanos no se volvieron locos en su intento de marcar algún gol antes del descanso. Lazaar tuvo la ocasión más clara al lanzar una falta a la portería de Sportiello, aunque lo cierto es que el Atalanta pudo sentenciar en el primer tiempo con una ocasión marrada por Moralez.

Después del descanso, el ritmo del partido murió por completo. A los locales les valía el resultado e incluso renunciando a la pelota podían hacer más daño al Palermo. Los rosaneri, por otra parte, no lograban crear ocasiones claras en la zona de ataque. Gilardino, Hiljemark (sustituido por Quaison) y Trajkovski apenas inquietaban a la zaga del Atalanta, y solo Chochev parecía generar algo de peligro por la izquierda.

No hubo fe ni contra diez

Los minutos pasaban y el Palermo seguía en su particular letargo. Gilardino se movía demasiado solo por el frente de ataque, y daba la sensación de que si el Atalanta metía una marcha más al partido este podía acabar en una goleada sonrojante.

Ni siquiera contra diez el Palermo fue capaz de inquietar mínimamente al Atalanta. Migliaccio fue expulsado nada más salir al terreno de juego por un pisotón en el hombro de Chochev totalmente injustificado y a destiempo.

Todo parecía que ante diez, y con catorce minutos por delante, el Palermo podía irse mínimamente al ataque en busca de un gol que espolease al equipo. Pero no fue así. Cuatro minutos más tarde, De Roon marcaba el 3-0 tras un pase atrás magnífico de D’Alessandro que permitió al mediocentro empalar un trallazo a la portería de Sorrentino, bastante impotente en la tarde de hoy.

El Palermo cayó con estrépito ante el Atalanta. Ahora, todos los focos están puestos en el presidente Zamparini. Si hace unas semanas destituyó a Iachini, y esta semana apartó a tres jugadores de la plantilla palermitana, quién sabe si el banquillo rosanero puede tener un nuevo inquilino de aquí al próximo partido, ante el Frosinone.