El partido comenzó con un buen ritmo de intensidad a pesar de que no había un dominador claro en el partido, porque les verts que estaban alternando el 4-3-3 (cuando presionaban) y el 4-4-2 cuando se replegaban en su campo, no terminaban de imponerse con la pelota. Mientras que el cuadro romano que estaba plantado en el campo con un 4-2-3-1, estaba teniendo menos balón y menos continuidad. Después de unos minutos, el Saint-Étienne adelantó las posiciones de Corgnet que estaba posicionado de enganche y la de Maupay que jugaba de delantero centro. En los minutos siguientes, fue el cuadro galo el que se impuso en el partido dominando la pelota a pesar de que estaba fallando en el último pase.

A pasar el trámite

Después del primer tramo de juego, el equipo de Stefano Pioli estaba aprovechando las posesiones largas para acercarse por la banda derecha con Basta sin profundidad, mientras que el cuadro local estaba creando peligro con transiciones rápidas cuando recuperaba el balón en el centro del campo. Pese a que no estaba dominando la pelota, el cuadro azul estaba teniendo mucha más claridad con ella cuando Parolo y Cataldi aparecían en campo rival, que su oponente cuyos ataques estaban siendo muy atropellados.

En el último tramo de la primera parte, fue el equipo romano el que empezó a dominar la pelota, y el que comenzó a ponerle la pausa al juego cuando Parolo, que estaba dando un recital, entraba en contacto con la pelota, pues tenia enfrente a un rival que bajó mucho su intensidad y que perdió mucha continuidad en su juego, ya que no era capaz de lanzar un contraataque. En los últimos instantes, el encuentro se volvió a igualar y el ritmo de intensidad descendió a pesar de que el cuadro laziale seguía dominando el partido y la pelota, pues el Saint-Étienne adelantó las líneas y empezó a tener más balón en campo rival. El primer tiempo terminó sin apenas ocasiones en su último cuarto de hora.

A buscar la reacción ante un equipo que le dominaba

La segunda parte comenzó con un ritmo muy bajo de intensidad, y con dominio del equipo de la capital italiana. El 0-1 del cuadro visitante llegó por medio de Matri que definió en el mano a mano frente Moulin. Después del gol, el conjunto romano empezó a dominar la pelota y el partido, frente a un conjunto galo, noqueado, que se mantenía replegado. Felipe Anderson estaba siendo el hombre más peligroso en ataque de los visitantes, cuando se introducía en la defensa rival por todo la zona de ataque.

En el segundo cuarto de hora, el equipo verdiblanco empezó a tener más balón ante una Lazio que se estaba empezando a replegar más en su campo con los defensores y los mediocentros muy juntos defendiéndose sin hacer mucho ruido, y sin despertar a un rival que a pesar de que tenía la pelota no terminaba de reaccionar porque no trasladaba esas posesiones a campo rival, por mucho que los mediapuntas bajaran a recibir para sacar la pelota con mayor fluidez. El equipo italiano había perdido la continuidad con la pelota, y Stefano Pioli retiró a su delantero centro (Matri), para darle aires nuevos al equipo.

El 1-1 del Saint-Étienne llegó tras un disparo de Eysseric desde fuera del área que sorprendió a Berisha que ni se movió. El cuadro de Galtier había encontrado el empate sin merecerlo, y a raíz del gol, la Lazio empezó a tener más claridad con el balón y a llegar con más continuidad a zonas avanzadas del campo del Saint-Étienne. El ritmo de intensidad subió, y el equipo local empezó a llegar con peligro por la banda derecha y a crear ocasiones claras de gol. Después de unos minutos, el ritmo de juego volvió a bajar, y el cuadro verde pasó a jugar con un 4-4-1-1 con Bamba que estaba jugando de enganche, muy cerca del delantero centro Maupay, con el que no consiguió remontar el partido a pesar de que tuvo alguna ocasión más.