Hay un nombre de moda en la Serie A, un defensor colombiano que está formando junto a Miranda la defensa más sólida del campeonato italiano. Para el público general, Jeison Murillo es un gran descubrimiento tras su fenomenal Copa América. Sin embargo, lo cierto es que el jugador “cafetero” ha pasado por muchas taquillas dejando siempre la misma sensación. “Este chaval es un grande y lo será aún más”. Esa frase es la que se oía en Cali y la que poco más tarde se iría escuchando por España. Murillo creció -y lo sigue haciendo aún a día de hoy- motivado por cada reto. Ser jugador profesional en Colombia, jugar en Europa, llegar a Primera División, jugar en un grande europeo... Hoy, consagrado como uno de los mejores centrales jóvenes del planeta, Murillo llama la atención de los equipos más grandes de Europa.

Humilde inicio en casa

Jeison Murillo nació en el Valle del Cauca (Cali, Colombia) hace algo más de 23 años. Su Colombia natal le vio nacer, crecer y dar sus primeros pasos y patadas a un balón. Desde bien joven, Murillo supo que su futuro pasaba por colocarse las botas de tacos y salir al terreno de juego. La meta de llegar a ser un jugador profesional la tienen no pocos niños, pero desde pequeño Jeison apuntaba maneras.  Fue así como entró a formar parte de lo que ellos llaman “bracitos”, o lo que es lo mismo, equipos de localidades colombianas que son en realidad controlados por equipos profesionales del país sudamericano. Murillo a la edad de ocho años ingresa en una de esas escuelas de fútbol. Solo pasaron seis meses hasta que Deportivo Cali lo incluyó oficialmente en su disciplina. Tras casi diez años de trabajo en el club más importante de Cali, el defensor se había creado cierto nombre a nivel nacional. Con Thiago Silva como referente, Murillo fue coleccionando buenas actuaciones a nivel individual hasta llegar a las categorías inferiores de la selección cafetera.

Su gran oportunidad llegó en septiembre del 2009. La selección sub-17 de su país lo convocó al mayor escaparate que puede tener un jugador joven: el Mundial de la FIFA sub-17. En Nigeria, Murillo completó un gran torneo, llegando a cosechar un cuarto puesto. La derrota ante Suiza, campeona a posteriori, rompió el sueño de los colombianos de ganar esa Copa del Mundo para menores de 18 años. La llamada “final de consolación” deparó un primer encuentro entre Murillo y los españoles. Aquella selección estaba liderada por dos jugadores de una gran proyección: Isco Alarcón y Sergi Roberto. A ellos dos había que sumar al que fue Bota de Oro del Mundial, Borja Bastón. Un gol del hoy armero dio la medalla de bronce a España y dejó a Colombia en un meritorio cuarto puesto.

En Nigeria derribó la puerta de Europa

Pero Murillo había conseguido destacar sobremanera y un club italiano estaba en contactos con Deportivo Cali para su compra. Ese defensor hábil al corte y con mucha calidad, debía salir de Sudamérica y terminar su formación en Europa. Así lo pensaron los Pozzo, una de las familias más influyentes del mercado futbolístico. Giampaolo y Gino –padre e hijo- eran dueños y presidentes de Udinese Calcio. Un equipo que, liderado por Iaquinta o Di Natale, había logrado disputar Champions y copar los puestos altos de la Serie A. Con el paso de los años, los Pozzo crearon una cartera de jugadores enorme, mayor que la de cualquier club. Además, de la mano del español Enrique Pina, los Pozzo se hicieron cargo de un club histórico venido a menos y al borde de la desaparición. No era otro que el Granada Club de Fútbol. Los rojiblancos habían salido con dificultades de la Tercera División y, tras no conseguir el ascenso a la categoría de plata, las deudas estaban acabando con él. El tándem Pina-Pozzo saneó las cuentas del Granada y confeccionó un equipo de campanillas para aquel año. Llegaron jugadores con una proyección muy alta: Dani Benítez, Diego Mainz, Allan Nyom y Odion Ighalo, entre otros, eran los jugadores más reconocibles de aquel proyecto.

Pero no todas las promesas de Udinese llegaron al primer equipo nazarí. Jeison Murillo también llegó ese año a Granada. Tras su excelente Mundial Sub-17, el defensor había sido incorporado a Udinese Calcio, al comprar los Pozzo su ficha al Deportivo Cali. Murillo cuenta en repetidas ocasiones que se enteró por medio de una radio. Mientras él hablaba de lo que había sido su Mundial sub-17, el reportero le preguntó cómo se sentía por ser vendido a un equipo europeo como Udinese. Murillo no supo si creerlo o no, hasta que al llegar a casa sus padres se lo confirmaron. Era un primer sueño cumplido. Apenas después de pasar los exámenes médicos, sus derechos pasaron al Granada CF, club en el que por su juventud militó en el filial. Encuadrados en una humilde categoría (la Primera Andaluza), Murillo se hizo un fijo en el Granada B. En los entrenos y los partidos, los pocos aficionados que seguían a la cantera rojiblanca hablaban maravillas de un joven defensa llegado de Italia. “Saca el balón jugado como si fuera un mediapunta”, “ordena a la defensa como si llevara 20 años de profesional”, se solía escuchar en el campo de césped artificial Miguel Prieto. El eco de esas buenas palabras no tardó demasiado en llegar a Los Cármenes, estadio en el que el primer equipo del Granada estaba cambiando su sino. El Granada ascendió ante el Alcorcón a la Segunda División y los jóvenes del filial hacían lo propio al poco tiempo, elevando al Granada B a la Tercera división.

Cádiz: primera estación hacia la élite

No todo fue fácil para Murillo. Con la familia lejos, el defensor pasó momentos de soledad en los que su determinación y madurez crecieron exponencialmente. Su idea de llegar a la cumbre seguía intacto y sus posibilidades eran mayores tras su buen año en el filial granadinista. Sin embargo los pasos de Murillo, aún fuertes y decididos, no le llevaban aún a la Segunda División. Debía crecer y el Granada sabía que la Tercera División se quedaba pequeña a su promesa. Fue así como recaló en el Cádiz CF. El histórico club gaditano estaba en Segunda División B, la categoría que ese mismo verano había abandonado el Granada. Es una competición dura y larga, en la que comparten vestuario diamantes en bruto con grandes jugadores en el ocaso de su carrera. En el Carranza –nombre del estadio cadista- Murillo se hizo con un hueco como titular en la defensa. Al igual que había hecho con el público del filial rojiblanco, Jeison maravilló desde pronto a la afición local. A su calidad con el balón en los pies y su capacidad para sacar el balón jugado, hubo que añadir un incipiente sentido extraordinario para las jugadas a balón parado. Tanto en defensa como en ataque, Murillo se estaba formando como un excelente rematador de cabeza. En casi 30 partidos con la camiseta del Cádiz, anotó tres goles y jugó dos partidos de Copa del Rey. El Cádiz ganó el campeonato y pasó en primer lugar a la lucha por ascender a la Segunda División. En un amargo final, el Lugo eliminó al Cádiz en el estadio gaditano. Además, como internacional en las categorías inferiores, Murillo participó con Colombia sub-20 en el Torneo de las Esperanzas de Toulon (Francia). Colombia ganó el torneo en la final ante la anfitriona, tras una tanda de penaltis en la que Murillo convirtió el suyo.

Murillo es presentado con el Cádiz CF. Foto: Víctor López

Las Palmas de Gran Canaria: opción ante el éxito del Granada CF

A su vuelta a Granada, Murillo había crecido pero no lo suficiente para tener ficha con el Granada CF. El motivo no podía ser mejor para los aficionados rojiblancos, tras  una sola temporada en Segunda, el Granada había conseguido ascender a la Primera División y mantenerse. Jeison veía de nuevo separado su camino del primer equipo. Su destino iba a ser una nueva cesión. Su buena temporada en Cádiz y el hecho de pertenecer a un equipo de Primera División abrieron la puerta a equipos de mayor calibre y categoría. Tras recibir varias ofertas, el Granada decidió cederlo a la UD Las Palmas. Fue quizá su mejor año en lo profesional. El ambiente cálido de Canarias contagió al colombiano y su régimen de cesión fue muy positivo. Fue titular desde los primeros partidos con el equipo que dirigía Sergio Lobera. Murillo vivió de cerca una de las mejores temporadas del club canario en los últimos años. Disputó cuatro partidos de Copa del Rey, llegando hasta los octavos de final. En el camino eliminaron a todo un Primera División, el Rayo Vallecano, aunque después cayeron ante el Real Betis de Rubén Castro. En liga, tras jugar Jeison Murillo un total de 37 partidos y anotar tres goles, Las Palmas calificó al playoff de ascenso a la Primera División en sexto lugar.  En las semifinales, el Almería derrotó a Las Palmas y dejó a los canarios fuera de la lucha por ascender a la Liga BBVA. 

Murillo avanza con el balón en un Las Palmas-Betis. Foto: UD Las Palmas

Durante toda la temporada 2012/13, el nombre de Jeison Murillo fue sonando con más y más fuerza en Los Cármenes y en las oficinas del estadio granadinista. El Granada CF había conseguido mantenerse en Primera División in extremis y debían reforzar la defensa con varios fichajes. El primero fue la subida al primer equipo de Jeison Murillo. Tras dos años cedido en otros equipos y algo más de tres años lejos de su Colombia natal, el defensa cafetero era jugador de Primera División.

Con el Granada, por fin jugador de primera

Su debut le llegó en el primer partido de liga y como titular, ante el Osasuna. El Granada empezó la liga ganando a domicilio y el partido de Murillo junto a Mainz fue muy aplaudido. Con Lucas Alcaraz, Murillo se convirtió en un fijo y disputó 34 partidos entre liga y copa. Su primer gol en la élite del fútbol español llegó también esa temporada. Con una tijereta en el área, Murillo batía al meta del Valladolid y escribía su primer logro en el Granada. Aunque resultó una temporada muy complicada en lo deportivo, Murillo iba encumbrándose como relevo de Mainz y jefe de la zaga rojiblanca. En el último partido, el Granada ganó 0-1 y certificó la permanencia otro año más. Además, en marzo de 2014 el nombre de Murillo empezó a sonar en la agenda de equipos más importantes que el Granada.  Uno de ellos fue el campeón de la Liga BBVA y subcampeón de Champions League, el Atlético de Madrid. Otros rumores venían de Italia. Juventus, Milán, Inter de Milán o una repesca del propio Udinese, eran destinos futuribles para el defensor rojiblanco. Sin embargo el club de la ciudad de la Alhambra no se dejó sorprender y firmó la renovación de Jeison Murillo, subiendo su cláusula a 35 millones de euros. 

En Granada, Murillo defendió a las estrellas de la Liga BBVA. Foto: VAVEL

El verano de 2014 fue importante para Murillo. Los rumores dejaron de serlo y empezaron a llegar ofertas de equipos europeos a las oficinas del Nuevo Los Cármenes. Fue ahí cuando equipos como el Inter de Milán preguntaron por el defensa colombiano. Ninguna de las propuestas satisfizo económicamente al Granada CF y Murillo aceptó de buena gana continuar un año más en el club andaluz. La temporada no pudo comenzar mejor para él. Sus buenas actuaciones habían pasado desapercibidas siempre para el seleccionador de la absoluta de Colombia. Pero en octubre del 2014, José Nestor Pekerman premió la constancia y calidad de Murillo con una convocatoria para los amistosos ante Canadá y El Salvador. En Granada, poco a poco empezaban a sonar de nuevo las voces de las sirenas neroazzurri de Milán. El Inter estaba dispuesto a doblar su oferta por el defensa en el mercado invernal y el Granada decidió escuchar ofertas. No era sin embargo la mejor de las temporadas para Murillo en lo deportivo. Los aficionados más radicales dijeron que se encontraba pensando ya en su próximo contrato con un grande y de ahí alguno de los errores que cometió el pasado curso. Otros, más comprensivos, solo vieron en Murillo una mala racha de juego. A todo ello hubo que sumar varias lesiones musculares. Entre periodos de baja indefinida, rumores de traspaso y la posibilidad de jugar la Copa América, la temporada 2014/15 de Jeison Murillo estaba siendo muy criticada en Granada.

Agridulce final en Granada

En enero de 2015 saltó la noticia. Varios medios de Granada y de Italia decían que el jugador había firmado ya su contrato con el Inter de Milán y que ambos clubes estaban alcanzando el acuerdo. Pocas semanas después el anuncio del Inter de Milán se hizo oficial. Jeison Murillo era nuevo jugador interista, aunque no se incorporaría al equipo neroazzurro hasta verano. La temporada acabaría con Murillo señalado por parte de la afición rojiblanca. Las lesiones apartaron al central de muchos partidos importantes y no fueron pocos los que acusaron al jugador de “reservarse” para la disputa de la Copa América. Pekerman, a pesar de las lesiones y la poca continuidad de Murillo en su club, siempre contó con él para las convocatorias. Con la salvación conseguida, Murillo abandonó Granada entre la tristeza y agradecimiento de unos muchos y los reproches de otros que opinaron que el colombiano había dejado el club por la puerta de atrás y sin rendir como antes de firmar por el FC Internazionale. Lo cierto es que, más allá de sentimientos y opiniones, Murillo disputó la mitad de encuentros que el año anterior y no anotó ningún gol. Dejó su puesto a Babin y entró en muchas menos convocatorias de las esperadas.

La Copa América, trampolín a la élite

En el plano internacional todo iba a favor del viento. Tras otros cuatro partidos de preparación, Murillo se convirtió en candidato no solo a jugar la Copa América, sino a hacerlo como titular. Una de las lesiones más importantes de las que sufrió en el 2015 se produjo el mes de abril. Los servicios médicos del Granada confirmaron a los medios españoles y colombianos que Murillo tenía afectado el ligamento lateral de la rodilla, lo que lo tendría alrededor de un mes de baja. Jeison se perdería la recta final de la lucha por salvar al Granada y llegaría justo a una hipotética concentración con la selección colombiana.  Finalmente, el seleccionador incluyó a Murillo en una lista preliminar de 30 jugadores y, tras comprobar su estado físico, le convocó para la Copa América de Chile. Es quizá la mejor actuación de Murillo en cualquier torneo, ya sea de club o de selección. Murillo fue la gran revelación del campeonato a pesar de ser eliminados en cuartos de final. Colombia calificó como tercera y sin responder a las altas expectativas creadas por James, Cuadrado, Ospina… El mejor momento de la competición para Jeison Murillo fue el partido ante Brasil. Una derrota ante la “verdeamarelha”  dejaba fuera de la lucha a los cafeteros. Colombia ganó por 1-0 en un partido muy disputado y bronco. El gol, para mayor gloria, lo anotó Murillo. En cuartos les esperaba la favorita, Argentina. Murillo marcó a Messi (al que sacó un gol en la línea), Agüero, Higuaín, Tévez y demás atacantes de la albiceleste y firmó uno de sus mejores partidos como profesional. Sin embargo, no pudo quedar un poso alegre para Murillo. El central falló su lanzamiento desde los once metros, una vez el partido había terminado sin goles. Tras la final entre Argentina y Chile, con la anfitriona como campeona, Murillo se llevó una grata sorpresa. Había sido seleccionado como mejor central del torneo por delante de jugadores de la talla de Thiago Silva, David Luiz, Garay o Miranda. Junto con Otamendi y Medel, Murillo formaba la mejor defensa según la Conmebol. Además, Jeison Murillo también ganó el premio al mejor jugador joven de la Copa América.

Tras una excelente Copa América, Murillo es fijo en la absoluta. Foto: VAVEL

Incantato Milano

Después de un verano intenso, Murillo recogió los frutos de toda una vida dedicada a aprender y mejorar. Así las cosas, aterrizó en Milán y se hizo rápidamente con la titularidad. Ha formado junto a Miranda una de las duplas defensivas más efectivas de Europa. De momento, Murillo ha disputado 14 partidos de Serie A, en los que ha dejado actuaciones muy buenas y un gol ante el Frosinone. Su prometedor inicio de campaña con todo un gigante italiano – algo dormido en el último lustro- le ha hecho merecedor de buenas críticas. Algunos lo sitúan ya en el mejor once de la primera vuelta de liga. El colombiano no huye ni de retos ni comparaciones, y se muestra optimista y confiado a la hora de responder preguntas de sensibilidad para el aficionado del Inter de Milán. “Nuestro objetivo es el Scudetto, el Inter debe aspirar a lo más alto”, dijo hace poco el central. Además, al joven no le asusta la presión. “Creo que con Miranda hago una gran pareja, podemos hacerlo mejor que Samuel y Lucio”, afirmó hace poco a medios italianos. Pero si hay alguien autorizado para hablar, ese es Marco Materazzi. El exdefensor internacional alabó hace poco a Murillo. “La dupla Miranda-Murillo es muy parecida a la que hacían Lucio y Samuel.  Ves a Jeison jugar y no parece tener 23 años, es mucho más experimentado” contestó Materazzi.

Su historia en el Inter de Milán acaba de comenzar. Foto: VAVEL

Consagrado como uno de los defensas jóvenes más valiosos del mundo, son muchos los que lo ven lejos del Giuseppe Meazza pronto. Apenas seis meses después de llegar a Italia, se habla del interés de la Juventus, el Barcelona, el Real Madrid o el Liverpool. De momento, el colombiano ha transmitido su interés en seguir creciendo en el Inter. Mientras tanto, de la mano de la selección colombiana, Jeison espera este verano para jugar una edición especial de la Copa América y ya ha disputado como titular los cuatro primeros partidos de la fase clasificatoria para el Mundial del 2018. Los retos no paran de surgir en el horizonte de Murillo. Y eso, vista su trayectoria, no puede ser una mejor noticia para él. Un jugador que crece reto a reto y que aún no conoce su límite.