Este año que se despide ha sido para la Sampdoria una auténtica montaña rusa. El equipo empezó la temporada pasada de forma fulgurante y llegó al comienzo de años con aspiraciones muy altas. Pero todo se torció en el mercado invernal cuando el Nápoles le arrebató a su mejor jugador, Manolo Gabbiadini. Esto hizo que el equipo tuviera que readaptarse para poder seguir estando en la zona alta de la tabla. Para ello el equipo entrenado en ese momento por Sinisa Mihajovic trajo a Muriel procedente del Udinese.

A pesar de este revés recién empezado el año, el conjunto de Génova terminó la temporada en el séptimo puesto de la clasificación con un total de 56 puntos. En liga consiguió trece victorias, 17 empates y tan solo ocho derrotas. Solo la Juventus y la Roma consiguieron menos derrotas que la Sampdoria. La irregularidad del equipo hizo que la diferencia en goles marcados y goles encajados sean parecidas, en concreto 48 frente a 42.

El premio de disputar la Europa League llegó en los despachos

Esta clasificación pudo significar buena relativamente pero lo cierto es que el equipo estuvo casi toda la temporada situado en puestos europeos pero al final de la temporada, acusó un bajón físico e hizo que perdiera la sexta posición en beneficio de su eterno rival, el Genoa. El golpe fue duro de aceptar pero la historia dio un giro para que saliera la Sampdoria vencedora. La UEFA no aceptó la licencia del Genoa y por lo tanto, el otro equipo de la ciudad se quedaba sin poder disputar la Europa League y su puesto lo debía ocupar el séptimo clasificado, curiosamente, la samp.

Foto: primocanale.it
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Aparentemente, el verano del equipo debía ser ilusionante, tranquilo y enfocado a hacer una plantilla preparada para entrar en la fase de grupos de la Europa League y seguir creciendo cada vez más. Pero el día 1 de julio, el que había sido entrenador durante casi dos años, Sinisa Mihajlovic, abandonaba el club. El serbio declaraba en rueda de prensa que el momento de irse había llegado y lo hacía sin tener nada hablado con ningún otro club. Se fue muy orgulloso de haber entrenado a la Sampdoria y con la satisfacción del trabajo bien hecho tras haberse hecho cargo en 2013 con el equipo en descenso y dejándolo casi en competición europea.

Desconcierto ante el nombramiento del nuevo técnico

Mihajlovic terminaría fichando por otro club italiano, el Milan para empezar un nuevo proyecto, exactamente lo mismo que tenía que hacer la Sampdoria. Era un nuevo volver a empezar y Massimo Ferrero, el extravagante presidente del club, ponía todo su apoyo en Walter Zenga para que ocupara el banquillo. Este nombramiento de Zenga como nuevo capitán de la nave genovesa fue recibido con cierto recelo por los aficionados. Había multitud de entrenadores que ya habían entrenado en Serie A disponibles mientras que el ex guardameta solo había entrenado en otros países como por ejemplo Arabia Saudí.

Foto: undergroundfootball.com
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La expectación por ver de qué era capaz el nuevo técnico era importante y los comienzos no fueron fáciles. Para empezar, en el mercado de fichajes hubo desavenencias con la secretaría técnica ya que hubo varias decisiones que no terminaron de gustar. La más sonada de ellas fue la vuelta de Antonio Cassano al club. Zenga no era partidario de la vuelta del media punta porque de todos es sabido los problemas de comportamiento del jugador.

Para colmo, el míster dejó caer que incluso podría llegar a dimitir si llegaba Cassano pero finalmente tuvo que lidiar con su fichaje a cambio de la firma de una cláusula de profesionalidad en la que se comprometía a dar más de sí.

Descalabro en Europa para empezar la temporada

Solventados los problemas en el mercado, el primer varapalo de la temporada. La Sampdoria llegaba a la ronda eliminatoria de la Europa League con el papel de favorito ante el Vojvodina. Era el primer partido oficial del nuevo entrenador y que mejor escaparate para ver de lo que era capaz de ver el equipo. Contra todo pronóstico, el conjunto serbio le endosó al italiano un contundente 0-4 en su casa. Los jugadores con Zenga a la cabeza pidieron perdón a la afición por este descalabro.

La vuelta de la eliminatoria terminó con victoria de la Sampdoria pero no fue suficiente para remontar y por lo tanto, la aventura europea de Massimo Ferrero y su club duró mucho menos de lo esperado.

Futuro difícil de afrontar y destitución a la vista

Con este nuevo panorama a la vista, el club empezó la temporada cambiando las expectativas. Los objetivos eran igualar lo máximo posible la temporada anterior y a ser posible, mejorarla pero se planteaba complicado.

Foto: resumenes.info
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El equipo empezó debutando con victoria ante un recién ascendido, el Bologna e incluso en su casa empezó a hacerse fuerte tras vencer a Roma, empatar con el Inter y golear al Hellas Verona. Pero fue a partir del mes de octubre cuando la cosa se torció. Tras transmitir el equipo mucha irregularidad y varios resultados negativos, el detonante fue la goleada sufrida de manos de la Fiorentina en su casa. La paciencia de Ferrero se terminó y Zenga fue sustituido.

Los motivos de su despido, además de los resultados deportivos fue que según el máximo dirigente del club, Zenga no había compaginado bien ni con la plantilla, ni con la afición ni con la filosofía del club blue.

Nuevo entrenador por segunda vez en la temporada

Para intentar poner solución al problema se puso en el banquillo a otro exjugador del club y que podría entender perfectamente la filosofía del club. El candidato elegido fue Vincenzo Montella, técnico en paro tras ser destituido de la Fiorentina la pasada temporada y firmaba con la Sampdoria hasta 2018. Montella ya sabe lo que es jugar con la camiseta de la Sampdoria ya que jugó cuatro temporadas divididas en dos etapas.

Foto: gazzettaworld.gazzetta.it
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Los inicios del nuevo técnico no han sido los mejores por decirlo de alguna forma. En su debut, perdió frente a Udinese y luego encarriló varias derrotas seguidas frente a Milan y Sassuolo y además fue apeado de la copa frente al Milan también. El equipo mostró cierta mejoría cuando empató ante la Lazio en el Olímpico de Roma y tras un mes y medio como técnico, antes del parón invernal, el equipo vencía por dos goles a cero al Palermo. 

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