El partido comenzó con dominio del cuadro napolitano que trataba de salir de su campo con la pelota jugada, ante un Frosinone que se defendía con las líneas de presión a buena altura. El equipo de Sarri estaba llegando al área rival, pero no estaba teniendo continuidad en sus ataques. Después de unos minutos, los visitantes siguieron llegando, pero el conjunto local estaba defendiendo muy bien las jugadas verticales, pues habían tejido una tela de araña entre los cuatros defensas y el doble pivote para cerrar los espacios por el centro, y cuando recuperaba la pelota, sacaban la pelota gracias a los extremos que bajaban a recibir a campo propio.

Amplia superioridad de los visitantes

Después del primer cuarto de hora, el equipo del sur de Italia seguía dominando la pelota, aunque empezó a asediar a su rival atacando con más continuidad. El 0-1 llegó por medio de Albiol, que remató un córner en el segundo palo. Después del gol, el nivel de intensidad descendió en el partido, y el conjunto celeste siguió manejando el partido con una circulación de balón muy lenta. El 0-2 del Nápoles llegó por medio de Higuaín que batió Zappino desde los once metros. Tras el gol, el Frosinone seguía sin reaccionar, mostraba una gran pasividad en defensa, y tampoco amagaba con salir al contraataque.

En los últimos quince minutos de juego, el equipo con la sede en San Paolo, levantó el pie del acelerador, y el Frosinone tuvo más balón, aunque era muy poco consistente con él, y tenía muchos problemas para acercarse a la portería de un Nápoles muy sólido y muy bien plantado en el último cuarto de campo. En los últimos instantes, el cuadro de Sarri mantuvo el control del encuentro en campo rival, e incluso tuvo alguna ocasión para hacer el tercero, aunque su rival también gozó de alguna llegada, aunque no pudo rematarla con éxito.

Impotencia local, ante la brillantez y la pegada de los visitantes

La segunda parte comenzó con dominio del cuadro napolitano, que estaba moviendo la redonda por toda la zona del último cuarto de campo, bajo un ritmo bastante lento de juego. Mientras tanto, el Frosinone se mantenía replegado en su campo, y en contadas ocasiones salía de él, aunque estaba presionando al rival en la salida de balón tanto en saque de puerta como con el balón en juego, con los jugadores de ataque. El 0-3 llegó por medio de Hamsik, que batió a Zappino con un disparo raso con la pierna izquierda tras una diagonal desde la banda derecha, hasta la frontal del área. Pocos minutos después, Higuaín logró el 0-4, tras una gran jugada individual en la que regateó a tres defensas y dejó en el suelo al portero.

Tras el gol, el equipo celeste siguió controlando el partido, y siguió llegando a la portería rival con mucha facilidad frente a un Frosinone que no daba señales de vida, pues sus jugadores deambulaban por el campo sin sentido, y los defensores no tenían ninguna contundencia ante los atacantes partenopeos que se gustaban cuando llegaban a la frontal. El encuentro seguía manteniendo el mismo ritmo de intensidad, y el Nápoles estaba jugando con una gran brillantez. El quinto gol llegó por medio de Gabbiadini que recibió la pelota a 30 metros de la portería tras una recuperación de Callejón, y desde allí colocó el balón en la escuadra con una parábola preciosa.

En el último cuarto de hora de juego, prevaleció un ritmo soporífero de juego, que solo las ocasionales llegadas del Nápoles rompían. El gol del honor de los locales, llegó por medio de Sammarco que batió a Reina en el mano a mano con un disparo potente. Tras el gol del modesto club italiano, el conjunto napolitano siguió manejando la pelota ante los gritos de “olé” de su hinchada que concluyó un partido, en el que el cuadro del sur confirmó el campeonato de invierno.