El encuentro comenzó con un buen ritmo de juego, y con dominio del Sassuolo que estaba manejando la pelota en campo contrario, y estaba llegando por banda izquierda con Sansone que estaba haciendo diabluras en la defensa del Nápoles. Fruto de esas diabluras, la defensa napolitana cometió un error y Falcinelli lo aprovechó haciendo el 0-1 de penalti. Tras el gol, el conjunto de Sarri recuperó el mando del partido, y empezó a dominar la pelota en campo contrario con una circulación de balón veloz, lo que le permitía crear sensación de peligro cuando Insigne arrancaba en velocidad desde la banda izquierda. A pesar del dominio celeste, el equipo de Di Francesco estaba consiguiendo salir de su campo con la pelota jugada, bajo una cadencia de intensidad bastante alta, en un encuentro que se convertía en un correcalles, por momentos.

Inicio trepidante con alternativas de ambos

Después del primer cuarto de hora, el encuentro perdió en intensidad, y el Nápoles consiguió domar al Sassuolo a base de tocar y tocar. El empate a uno fue obra de Callejón que remató de cabeza en el primer palo un centro de Insigne desde la izquierda. Tras el gol, el equipo napolitano se envalentonó y siguió teniendo el mando de un partido que había recuperado su buen ritmo. Mientras tanto, el cuadro visitante seguía saliendo de su campo de vez en cuando aunque tenía muchas dificultades, pues estaba sometido a una presión brutal por parte de los jugadores del conjunto partenopeo en línea de tres cuartos, y además mantenía a muy pocos efectivos en ataque. Después de unos minutos, el duelo entró en una fase de dominio de los visitantes que estaban llegando por la banda derecha con más insistencia que peligro con un Sansone inmenso.

En el último cuarto de hora, la escuadra verdinegra siguió acomodándose sobre el campo, mientras que su rival había perdido mucha continuidad en ataque, aunque esa circunstancia estaba siendo un arma de doble filo, pues por un lado el conjunto del norte de Italia evitaba un asedio, pero por el otro, esto permitía a los azzurri ser más imprevisible en ataque, y tener más posibilidades a la hora de realizar una ofensiva. Tras una posesión larga con muy buenas triangulaciones, Hamsik logró asistir a Higuaín desde la línea de fondo en la banda izquierda, con un centro raso para que el franco-argentino culminara la remontada de los locales con un toque sutil. 

Sentencia napolitana en un tramo de mucho desgaste

El segundo tiempo comenzó con un ritmo bajo de intensidad, y con dominio de balón del Nápoles que no estaba consiguiendo profundizar en campo rival. Mientras tanto, el conjunto verdinegro estaba tratando de dinamitar el juego del equipo local con balones aéreos, pero no estaba teniendo continuidad con el cuero. Tras unos minutos, la escuadra de Eusebio Di Francesco empezó a controlar el encuentro y a crear las ocasiones más claras, mientras que el equipo blanquiazul se mantenía replegado y se dedicaba a salir al contrataque con Hamsik e Insigne que estaban fallando en el último pase, a pesar de que Higuaín estaba realizando muy buenos desmarques. 

Después de los primeros 15 minutos de juego, un ritmo cansino de juego prevaleció en el partido que estaba atascado, pues no dominaba nadie y ninguno creaba ocasiones. Tras unos minutos, el Sassuolo tuvo un tramo de dominio de balón y de acercamientos a la portería del líder, pero estaba siendo muy previsible con la pelota. El Nápoles trataba de recuperar el control, pero estaba cometiendo algunas imprecisiones en la entrega, y sus circulaciones no estaban siendo excesivamente rápidas a pesar de que estaba consiguiendo llegar. Ninguno de las dos escuadras estaba teniendo continuidad, aunque es cierto que los visitantes se encontraban más cómodos en el campo, pues llegaban en una buena situación al final.

En el último cuarto de hora de juego, los dos equipos estaban mostrando un gran desgaste físico, y fruto de ello y del repliegue que estaba realizando, el Nápoles estaba muy limitado para salir a la contra, a pesar de que Sarri realizó cambios para revitalizar el ataque, como sacar a Insigne que ha sido el mejor del partido junto a Higuaín, y meter a Mertens. El Sassuolo estaba llevando la iniciativa del juego, pero empezó a notar el cansancio, y el cuadro azzurri retomó la presión alta por las bandas, pero estaba siendo algo inconstante, y el equipo de Di Francesco estaba encontrando la ocasión para salir. El partido se sumió en el desorden en los últimos minutos, ya que ninguno de los dos conseguía llegar al arco rival. Higuaín creó el 3-1 de la nada tras recibir un pase de Callejón desde la línea de fondo, en el pico del área derecho, y disparar con la izquierda.

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Sobre el autor
Tarek Guerrero
Redactor de fútbol inglés en VAVEL España.