El encuentro comenzó con dominio de balón alterno y con un ritmo de intensidad que fue subiendo poco a poco con el paso del tiempo. El Nápoles no estaba consiguiendo manejar la posesión de balón, pues se estaba replegando cuando lo perdía, y le costaba recuperarlo, mientras que el conjunto local estaba teniendo algún tramo de circulación de pelota, aunque estaban siendo muy lentas, y no estaba buscando la portería rival. El equipo de Sarri estaba teniendo poca continuidad con la pelota, pero Higuaín se encontró con el 0-1, cuando Barreto cometió un error en la entrega, y se plantó en el mano a mano con Viviano al que batió sin mucha dificultad. Tras el tanto, el partido bajó en intensidad, y el cuadro azzuri tuvo un tramo de control de balón.

Dominio alterno sin fluidez

Llegados al primer cuarto de hora del encuentro, pocas cosas cambiaron, los partenopeos siguieron controlando la situación, mientras que la Sampdoria tenía el balón pero mostraba muy poca ambición cuando atacaba. El 0-2 llegó por medio de Lorenzo Insigne que batió a Viviano tras un penalti cometido sobre Raúl Albiol. Tras el segundo tanto, prevaleció un ritmo muy bajo de intensidad en el partido, y el cuadro de Vincenzo Montella trató de llevar la inciativa dominando la redonda, pero los Napolitanos estaban creando mucho peligro cuando lanzaban un balón a la espalda de los defensores. El conjunto dirigido por Maurizio Sarri tenía la situación muy controlada y cuando no tenía el balón se replegaba con un 4-5-1.

El último cuarto de hora de juego, prosiguió bajo los mismos cauces que la media hora anterior de juego, dominó el Nápoles con un algún tramo de presión de alta, mientras que el conjunto blanquiazul tenía los mismos problemas para profundizar en campo rival, y sus llegadas no se traducían en remates salvo en contadas ocasiones. Después, el cuadro genovés llevó la iniciativa, mientras que los vistantes se mantenían inmutables en defensa cuando el rival no llegaba, y además estaban aprovechando algunas imprecisiones para salir a la contra y atacar la espalda de los zagueros rivales en transición rápida. En los últimos instantes, los locales fueron muy inofensivos con la pelota en campo rival. Justo antes del descanso, el cuadro local consiguió reengancharse al partido gracias a un gol de Correa que batió a Reina sin oposición.

Segunda parte equilibrada, condicionada por la expulsión

La segunda parte comenzó con un ritmo alto de intensidad, y sin un dominador claro, pues ninguno de los dos equipos estaba jugando con mucha claridad, a pesar de que la Sampdoria estaba intentando llevar la iniciativa en el juego, mientras que los de Sarri aguantaban replegados, y buscaban con un balón largo a Higuaín, cuando recuperaban la pelota. Pero mientras no recuperaban la bola, se replegaban con un 4-4-2 con Insigne y Callejón por las bandas y con Hamsik en su posición original, en la mediapunta por detrás de Higuaín, aunque lígeramente más adelantado de la línea de cuatro centrocampistas. El 1-3 llegó por medio de Hamsik que batió a Viviano desde el suelo tras una gran jugada individual dentro del área. 

Tras el gol, el Nápoles empezó a tener mucho más balón, y ha tocar en campo rival, e incluso en alguna ocasión se acercaba a la portería rival sin apenas oposición. Mientras que el equipo de Vincenzo Montella, tenía muchos problemas para salir con la pelota jugada, al mismo tiempo que su rival estaba volcando el campo de su lado cuando recuperaba la redonda en terreno de juego rival o en el centro del campo. Con el paso de los minutos, se mantuvo la baja cadencia de intensidad en el partido, y la Sampdoria consiguió meterse de nuevo en el partido de la mano de Éder que marcó de cabeza a la salida de un córner. Tras el gol, el equipo partenopeo trató de recuperar el control del partido, mientras que los locales se mantenían atrás, y cuando tenían la pelota se preocupaban mucho de asegurar el pase, para no cometer errores, y les costaba más avanzar. 

En el último cuarto de hora de juego, el equipo del sur de Italia trataba de controlar el partido tocando en el centro del campo, y buscando el ataque de vez en cuando con una presión alta para recuperar a buena altura. Dries Mertens se encontró con el 2-4 en una jugada aislada en la que recortó en banda izquierda, y realizó un disparo que sorprendentemente se convirtió en gol. La Sampdoria quedó noqueada tras el tanto, y perdió la poca posesión de balón que tenía antes, además, poco a poco se fue embotellando atrás, al mismo tiempo que su rival se metía hasta la cocina combinando. El encuentro estaba prácticamente sentenciado, aunque aún así, el cuadro genovés, todavía seguía buscando un tercer gol para meterse en el partido, mientras que los visitantes se gustaban tocando el cuero por todo el campo.