El pasado miércoles la Roma cayó en su propio estadio ante el Real Madrid. Pese a que los pupilos de Spalletti hicieron un gran partido, la derrota ante el todopoderoso equipo dirigido por Zinedine Zidane obligaba a los giallorossi no solo a ganar ante el Palermo, sino también a dar una buena imagen.

A la resaca europea, además, habíamos de sumar un par de condicionantes previos. El primero, la exclusión de Totti de la convocatoria tras un desafortunado encuentro con su entrenador. Luciano Spalletti debe haber respirado aliviadamente tras la contundente victoria, puesto que sabe que si además de enfrentarse mediáticamente con un mito como el italiano el partido lo hubiera perdido, su puesto estaría en el aire.

Los once del Palermo homenajearon al lesionado Goldaniga.
Los once del Palermo homenajearon al lesionado Goldaniga. | Fuente: US Città di Palermo

Además de este conflicto, causado por unas palabras de Francesco Totti en las que pedía “respeto”, el otro gran foco de atención estaba en el Palermo. Era una incógnita saber si los rosaneri iban a estar a la altura del partido para, por lo menos, competir de tú a tú ante la Roma.

La incógnita se despejó rápidamente

Salió la Roma a dominar el partido y a demostrar el nivel superior de sus jugadores. Con un once muy similar al que se enfrentó al Real Madrid el miércoles, las pocas novedades fueron la entrada de Keita y, sobre todo, la presencia de Maicon en el lateral derecho, lo que desplazó a Florenzi hasta el extremo, donde rindió a un gran nivel.

El Palermo, por su parte, desplegó sobre el césped un extraño 3-5-1-1, con jugadores no demasiado habituales como el lateral izquierdo Pezzella o el guardameta Alastra, este último a causa de la lesión de Sorrentino.

Los primeros treinta minutos fueron de igualdad. Sin embargo, el partido era una “crónica de una muerte anunciada”. Daba la sensación de que en cualquier momento el equipo de la capital metería una marcha más y se adelantaría en el marcador. No fue fácil el cambio de mentalidad que tuvo que hacer la Roma del partido del miércoles al de hoy, puesto que pasó del rol de equipo que espera para salir a la contra al de equipo que domina los partidos. Por eso se explica la presencia de Seydou Keita junto a Pjanic y Nainggolan.

En el minuto 28, Edin Dzeko falló una ocasión clarísima en el área palermitana, pero dos minutos después el bosnio se rehízo y marcó tras un centro de Miralem Pjanic.

Festival de goles en el Stadio Olimpico

El tramo final de la primera parte solo tuvo un equipo durante el césped. El equipo local se hizo con la posesión por completo ante un Palermo que parecía una sombra de sí mismo. Pjanic tuvo dos buenas ocasiones en el último minuto. Una la mandó al palo tras una falta, y otra se marchó muy cerca de la portería.

Tras el descanso, siguieron sin aparecer los Franco Vázquez o Gilardino. El sistema dispuesto por Iachini no favorecía en nada a los jugadores de corte ofensivo del Palermo, que aún iban a sufrir más de aquí al final del partido.

Maicon pudo marcar de volea, pero el que lo hizo fue Seydou Keita, tras un córner. El Palermo bajó por completo los brazos, pero quedaban aún 38 minutos de partido, y la Roma se gustó por el césped del Stadio Olimpico.

Mohamed Salah anotó el 3-0 en el minuto 60 tras un pase de Edin Dzeko. El Palermo pudo recortar distancias a la jugada siguiente con un buen pase de Franco Vázquez, capitán por la ausencia de Sorrentino, pero el gol fue evitado, y contrarrestado con otro tanto de Salah un minuto después.

Mohamed Salah, de dos en dos
Mohamed Salah, de dos en dos. | Fuente: AS Roma

Iachini lo intentó de todas las maneras posibles, introduciendo sobre el césped a Maresca, Djurdjevic y Trajkovski, pero ya era tarde. El planteamiento excesivamente defensivo le pasó factura, y en el minuto 89 Perotti le regaló el 5-0 nuevamente a Dzeko. El delantero bosnio fue un quebradero de cabeza para el portero Fabrizio Alastra.

Caminos opuestos

Con esta victoria contundente, la Roma se coloca en cuarta posición con 50 puntos, dos por encima del Inter, y a dos, seis y ocho de Fiorentina, Nápoles y Juventus, respectivamente. El Nápoles, además, deberá jugar contra el Milan, por lo que puede recuperar el liderato. Gran victoria para la Roma quien, demuestra que tiene nivel para soñar, al menos, con poner en aprietos al Madrid en su visita al Santiago Bernabéu.

En cuanto al Palermo, poco se puede decir que no se haya dicho ya. Es cierto que enfrente estaba un rival que parece de otro mundo en comparación con el equipo del Renzo Barbera, pero después de tanto cambio de entrenador ya nadie sabe cuál es la solución. Los pinchazos de los equipos de abajo, Frosinone, Carpi y Hellas Verona, han mantenido al Palermo lejos de la zona de descenso. Ese lugar repudiado ahora se encuentra a tan solo tres puntos. La Serie A se aprieta por abajo tanto como por arriba.