Nuevo derbi de Roma y nueva victoria giallorossa. El equipo de Spalletti sigue demostrando su gran momento y se afianza al tercer puesto a costa de una Lazio que refrenda su horrorosa temporada en el derbi y no pasa de los 42 puntos, en una de sus peores temporadas de los últimos años. Corren malos tiempos en Formello. 

Y a pesar de la fácil victoria de la Roma, sobre todo en el resultado, un derbi siempre es un derbi, y como tal se juega. Y es que un equipo como la Laziruído anímica y físicamente tuvo sus opciones para llevarse al menos un punto, después del tanto de Parolo que ponía el 1-2 a falta de 15 minutos para el final del encuentro. Florenzi, en el 83 y Perotti, en el 87, mataron el partido cuando más enchufados estaban los hombres de Pioli.

Descafeinado partido en la primera mitad

Poca historia tenían los onces iniciales en este derbi. Por parte de los hoy locales, las cinco bajas en defensa, junto a la ausencia de un Lulic que podría haber hecho las veces como lateral, provocaron que Pioli se decidiera por sus dos únicos carrileros disponibles: Patric y Braafheid, y por Bisevac y Hoedt en los centrales. En el centro del campo, lo esperado por la ausencia de Milinkovic-Savic: Biglia, Parolo y Cataldi formarían la línea de medios. Arriba, la única duda de la punta, Klose o Matri, quedó resuelta pronto. El italiano disputaría su primer derbi como titular, acompañado de Felipe Anderson y Candreva.

Por otro lado, Spalletti, teniendo solamente la baja de Vainqueur, también se decidió por el 4-3-3. Poca historia en la defensa teniendo a todos los titulares y apostando en el centro del campo por contener con Keita y Nainggolan, dejándole a Pjanic algo más de libertad para poner en apuros a la defensa laziale. Pero sin duda el mayor peligro de los giallorossi vendría en la línea de ataque, con un Salah enchufado junto a Perotti y El Shaarawy. Dos cambios en esta línea con respecto al derbi de la primera vuelta.

Pero las alineaciones quedaron atrás cuando los 22 protagonistas saltaron a un Olímpico con una mala entrada para ser día de derbi. Era normal, ambas curvas siguen en su particular huelga. Y el partido comenzó de una forma descafeinada, había ganas de derbi y la intensidad era alta, no así la velocidad del juego y las ocasiones. Y aunque los de Pioli trataron de empezar presionando arriba, la Roma comenzó pronto a mostrar su superioridad en la posesión. Y no tardó mucho en llegar el gol. Un gran centro de Digne desde la banda izquierda del ataque romanista fue perfecto para que El Shaarawy, con un enorme poderío, rematara de cabeza a la esquina izquierda de la portería de Marchetti. El guion previsto para este derbi se estaba cumpliendo. La Roma, favorita por resultados y sensaciones, hacía valer su superioridad.

Florenzi y El Shaarawy celebran el primer gol del partido | Foto: AS Roma
Florenzi y El Shaarawy celebran el primer gol del partido | Foto: AS Roma

Y el partido, aunque con dominio giallorosso, cambió. Ambos conjuntos decidieron jugar y la tediosa posesión romanista dio paso a un intercambio de golpes con ocasiones para ambos equipos. El derbi se abrió, aunque la Loba seguía mostrando mayor fortaleza en defensa y mayor peligro en ataque. Un peligro en ataque demostrado por Pjanic, que, con un disparo al palo desde la frontal del área, metió el miedo del 0-2 a los de Pioli. La superioridad física, de calidad y, sobre todo, mental del equipo de Spalletti seguía marcando la diferencia en el Olímpico.

Poco a destacar en los últimos minutos del primer acto, solamente la gran cantidad de cartulinas amarillas que se llevaron los hombres de Pioli: Patric, Candreva y Biglia fueron amonestados en la primera parte. Por otro lado, la Roma seguía llegando con mucho peligro y cerca estuvo de dejar el derbi casi sentenciado con una gran jugada de Nainggolan que se marchó fuera por poco.

El comienzo de la segunda, como terminó la primera

Comenzó mucho más igualada la segunda mitad, a pesar de que seguía siendo la Roma la que llevaba el peligro. Un peligro que, en las botas de Perotti, primero, y de Salah, después, pudo dejar casi sentenciado el partido. 

Y Pioli, como viene siendo habitual, decidió hacer los cambios en la línea de ataque. El problema es que eran muy pocos los balones que habían llegado arriba, no habiendo hecho ni un solo disparo entre los tres palos en todo el partido. Ingresaron Klose y Keita en lugar de un desaparecido Matri y de Candreva. Por parte romanista, Spalletti decidió dar entrada a Dzeko, en lugar del goleador El Shaarawy.

Y fue Dzeko quien dejó el partido visto para sentencia, en una ley de la ventaja que aprovechó Perotti para mandar un misil al palo, no desperdiciando el jugador bosnio el rechace.

Un derbi es un derbi

Sin embargo, los derbis dejan siempre una oportunidad para todos los equipos, aunque estén en la situación de la Lazio. Pero cuando no es el día, ni el mes, ni la temporada; ni siquiera estas oportunidades son aprovechadas. En uno de los varios córneres que botaron los de Pioli tras el 0-2, Klose remató hacia Parolo y este se encontró con el travesaño. Pero es que en la jugada siguiente Keita se quedó solo ante Szczęsny, pero Manolas, de una forma providencial cortó el balón legalmente.

Y llegaron más: la tuvo Klose tras un gran desborde de Felipe Anderson por la banda izquierda, pero se marchó fuera. Y el tanto de la esperanza laziale llegó. Salió donde no tenía que salir Szczęsny y Klose le superó para que Parolo reventara la red poniendo el 1-2 en el minuto 75, con un cuarto de hora para buscar la machada. 

Bisevac y Salah pelean un balón | Foto: Lazio
Bisevac y Salah pelean un balón | Foto: Lazio

Y es que desde ese tanto el partido parecía ser biancoceleste. Los de Pioli se fueron arriba a por la épica, y estuvieron cerca del empate en varias ocasiones, pero el premio fue para los giallorossi. Tras un rechace en un córner, Florenzi empaló un gran derechazo que ningún defensor pudo parar, sentenciando así el encuentro.

Debacle laziale tras el tercero

El fútbol es un estado de ánimo, y si ya de por sí el de la Lazio es horrible, el 1-3 anotado por Florenzi hundió a los de Pioli. Tanto fue así que, tan solo cuatro minutos después, Perotti entró hasta la cocina y definió perfectamente para el éxtasis giallorosso. La Lazio acabó el partido con diez por la expulsión de Hoedt en el descuento. 

Tres puntos más para una Roma que sigue demostrando su gran estado de forma y afianza el tercer puesto con 63 puntos, a solo cuatro de la segunda plaza que ocupa el Nápoles. Por otro lado, el cuadro biancoceleste dice casi definitivamente adiós a Europa, no habiendo aprovechado el pinchazo del Milan en Bérgamo y queda octavo, con 42 puntos. Se prevén muchos cambios para la próxima temporada, después de la increíble caída del equipo esta campaña en comparación con la pasada.