La Champions se le fue de las manos ayer al Inter de Milan. El equipo dirigido por Mancini tenía una gran oportunidad de recortar distancia con respecto a Nápoles y Fiorentina. Sin embargo, el Torino sorprendió a propios y extraños gracias a su partido serio y su capacidad de sacrificio en defensa. El árbitro fue el mayor protagonista del choque, al expulsar a dos jugadores locales y  señalar dos penas máximas. No fue un partido sencillo de arbitrar, si bien las jugadas clave del encuentro parecen admitir poca duda.

Mancini puso sobre el tapete a su equipo más habitual, con Juan Jesus como pareja de Miranda y con Icardi solo en punta. Ljajic y Perisic ocuparon las bandas de los locales como de costumbre, mientras que Éder comenzaría en el banquillo el encuentro. Tampoco realizó demasiados cambios en su equipo Ventura, jugando con defensa de cinco en algunos momentos y dejando solamente a los tres centrales rezagados cuando el Inter se quedó en inferioridad numérica.

Un falso buen inicio

Tras unos primeros 15 minutos de tanteo inicial, el Inter se fue haciendo con el control del partido. El Torino salió con la consigna de defender bien a los habilidosos extremos neroazzurri y a Icardi, siendo estos la principal amenaza de los locales. Con una defensa tan cerrada, Brozovic encontró en su disparo lejano el mejor arma posible. El Inter intentó ponerse por delante pronto y así poder llevar las riendas del encuentro. Y lo consiguió en el minuto 17 de encuentro. Brozovic, que ya había avisado con un disparo desde media distancia, se encontró en la frontal del área con una buena oportunidad de chutar a portería. No se lo pensó demasiado el croata y, para su suerte, el disparo fue interceptado por Moretti. El defensor del Torino se lanzó al suelo con las piernas por delante con la intención de taponar el disparo, pero el balón acabó impactando en su mano. El árbitro lo vio con total claridad y acertó al señalar el punto de penalti. Mauro Icardi tomó la responsabilidad en un partido marcado por su enfrentamiento -más por la llamada "prensa rosa" que por el fútbol en sí- con Maxi López. El ariete italo-argentino no falló y puso a los suyos por delante (1-0). La noche parecía ponerse de cara para la afición interista. Pero lo plácido acabaría por volverse en contra de los locales. Quizá ahí encontremos la primera causa de la derrota, ya que los de Mancini se relajaron en exceso con el paso de los minutos.

Dos minutos después del gol de Icardi, era Miranda el que iba a ser amonestado por tocar el balón con la mano. Esa amarilla dejaba al central amonestado con más de 70 minutos aún por jugarse. Difícil papeleta para el central brasileño, que iba a tener que medir muy bien sus entradas. Ventura lo aprovechó y mandó atacar por la zona defendida por el exatlético. Brozovic, el más activo de los 22 futbolistas sobre el terreno de juego, probaría de nuevo fortuna chutando desde lejos y poniendo a prueba a Padelli. Sabiendo que la oportunidad llegaría, el Torino dio un paso atrás y buscó salir a la contra. Medel y Brozovic completaron además un gran trabajo de contención en la primera parte. Miranda, pasada la media hora de juego, tuvo la mejor ocasión para poner el segundo tanto en el marcador. El central remató un buen balón parado botado por Brozovic, pero el esférico se marchó lamiendo el poste. Así las cosas se llegó al descanso con menos ventaja de la que Mancini y los suyos querrían haber tenido. Aunque en ese momento, el 1-0 parecía más que suficiente.

Miranda y Maxi López cambian el choque

Tras el receso, el Inter salió al terreno de juego con una relajación excesiva, cediendo la posesión al equipo de Turín. Belotti iba a disfrutar de la primera ocasión de verdadero peligro de los visitantes en el partido. Su remate fue despejado cuando el balón estaba por entrar en la meta de Handanovic. La siguiente ya no sería un aviso. En una bonita jugada trenzada por la izquierda, Molinaro iba a hacer una fantástica pared con Maxi López para poner el empate. Su disparo cruzado apenas permitió reaccionar al guardameta local (1-1). Cabe preguntarse si, de no tener la tarjeta amarilla, Miranda hubiese permitido a Maxi López recibir en el área de espaldas y asistir fácilmente a Molinaro. Aún así, detalle de calidad de López.

Por si no hubiese sido ya lo bastante duro el arranque de la segunda mitad para los de Mancini, Miranda iba a cometer un error de novato. El brasileño llegó hasta el centro del campo presionando a Belotti. Para cuando Miranda realizó la entrada sobre el delantero, Belotti ya había controlado el balón. La entrada por detrás no dejaba duda alguna; Miranda llegó muy tarde a la acción y debía ver la amarilla. Segunda y expulsión clara que hasta el propio Miranda pareció recriminarse de camino al túnel de vestuario. Ahora sí peligraba realmente el partido para el Inter. Tanto fue así que Mancini decidió ingresar al terreno de juego a Jeison Murillo, retirando del verde a Ljajic, un cambio que fue reprobado por parte de la grada. Por otro lado, Maxi López parecía haberse despertado con el gol de Molinaro y controlaba a su antojo cualquier acción que ocurriese en el área neroazzurra. A falta de 20 minutos para el final, Icardi tuvo en su cabeza el 2-1, pero su testarazo fue parado en última instancia. Apenas en la siguiente jugada, el partido iba a dar un vuelco inesperado. Maxi López, al igual que en el primer gol, recibía con poca oposición en el área de espaldas al marco defendido por Samir Handanovic. Con un recurso de crack, López asistió de tacón a Belotti y el delantero se quedó en un mano a mano con Handanovic. En un intento por entorpecer el chut de Belotti, Nagatomo lo derribó claramente cometiendo penalti. Para colmo de males, el nipón vio la tarjeta roja directa.

El propio Belotti se encargó de ejecutar la pena máxima y certificar la remontada (1-2) de los de Ventura. Con dos jugadores menos sobre el césped del Giuseppe Meazza y poco tiempo de reacción, el Inter se volcó al ataque para buscar al menos un punto que arreglase ese desastre. Pero lo que estuvo a punto de llegar fue el tercer tanto visitante. Belotti disparó a bocajarro desde la derecha del área, pero su chut se marchó desviado. Éder entró con solo cinco minutos por jugarse y no disfrutó de ninguna jugada de peligro. En el último minuto, Perisic tuvo la ocasión de empatar gracias a un córner botado por Brozovic. El remate de cabeza de Ivan Perisic se marchó rozando la madera, acabando con toda posibilidad de puntuar.

Finalmente, derrota dolorosa de los de Mancini que ven muy lejos ya la posibilidad de jugar la Champions League. La Roma es tercera con siete puntos de ventaja sobre la "Fiore" y ocho sobre el Inter de Milán. La preocupación principal de los de Roberto Mancini debería ser ahora no perder su plaza europea, pues el Milán se encuentra a solo seis puntos de arrebatársela. Por su parte, el Torino suma tres puntos inesperados que podrían solucionarle la temporada. Tras verse en una situación de riesgo, los de Ventura suman con esta victoria 36 puntos, ocho más que los equipos que marcan el descenso: Palermo y Carpi.