Corren malos tiempos en Florencia. Su equipo, que empezó la temporada de una manera cuanto menos ilusionante, se ha ido cayendo semana a semana, mes a mes. La eliminación en dieciseisavos de Europa League ante el Tottenham, así como la caída en Serie A desde la tercera a la actual quinta posición, unida a la pronta eliminación en Coppa a manos del Alessandria; ha hecho que la campaña viola deje de ser buena para ser simplemente común. El objetivo marcado a principio de temporada era Europa, pensando en que equipos como Inter, Milan o la sorprendente Lazio estarían en la pelea, poniéndose muy difícil llegar al tercer lugar de Liga de Campeones. Sin embargo, el mal rendimiento de Milan y Lazio dejaba la Champions al alcance de los de Sousa, a pesar de que deberían batallar con Nápoles, Roma e Inter. Finalmente, las pocas opciones de entrar en la máxima competición continental y un equipo que va a menos, han hecho que los tifosi no estén nada contentos.

Sólo 200 espectadores acudieron al Artemio Franchi de la capital toscana para presenciar el entrenamiento a puertas abiertas de su equipo. Cifra que contrasta con el millar que solía estar presente en otras ocasiones esta misma temporada, incluso bajo la lluvia y el frío.

Sólo 200 espectadores acudieron en un día primaveral al Artemio Franchi, cuando en invierno, con frío y lluvia, se llegaron a dar cita un millar de aficionados

Y no sólo eso, sino que los pocos aficionados abuchearon al equipo y desplegaron una gran pancarta en la que se podía leer: "Vogliamo rispetto" (queremos respeto). Cuatro empates y dos derrotas en Serie A han sacado de la lucha por la tercera plaza al equipo de Florencia, que cayó además en el derbi de la Toscana ante el Empoli este mismo domingo.

De todas formas, fue a la entrada de los jugadores al campo cuando se produjo el gran enfado de los hinchas. Cánticos como: "La camiseta debe ser honrada" (la maglia deve essere onorata), marcaron el inicio del entrenamiento ante unos futbolistas que aplaudieron a su afición. 

Solamente jugadores como Bernardeschi o Ilicic provocaron algunos aplausos, así como gritos de "Forza viola". Tampoco se produjeron pitos ni peticiones de dimisión contra Paulo Sousa. Ningún aficionado pidió explicaciones al entrenador portugués por la marcha del equipo. A propósito, el dueño de la sociedad florentina, Andrea Della Valle, llegará este jueves a la ciudad para hablar con el técnico luso, supuestamente sobre su futuro en la entidad viola.