Han tenido que pasar 66 años para que alguien batiera el récord de goles anotados en una temporada de la Serie A. Hasta hace tres días, lo tenía el ya fallecido futbolista sueco Gunnar Nordahl, que en la temporada 1949-50 marcó 35 goles para el Milan. Que Higuaín iba a ganar este año el trofeo al máximo goleador era algo evidente, se veía venir conforme avanzaban las semanas. Incluso la posibilidad de que batiera el récord de Nordahl como mejor ‘capocannonieri’ (el equivalente al pichichi de España) estaba ahí. No iba a ser fácil pero Higuaín lo tenía en su mano.

Emoción hasta el último momento

Así se llegó a la última jornada, con el Nápoles jugándose la segunda plaza, y con el ‘Pipita’ como virtual galardonado como máximo realizador con 33 dianas, muy lejos de las 19 de Paulo Dybala, los 18 goles de Carlos Bacca o los 16 de Icardi. Higuaín debía marcar al menos un ‘hat-trick’ ante un Frosinone descendido para lograr el récord.

Dicho y hecho. El Nápoles ganó el partido por cuatro goles a cero y Gonzalo Higuaín pudo convertirse en el mejor goleador de la historia del ‘calcio’. El ‘hat-trick’, para mayor asombro, lo logró en apenas diecinueve minutos, los que hubo entre la asistencia de gol de Allan y la de Dries Mertens.

Pudieron ser más, porque Gonzalo estaba ansioso por superarse a sí mismo y por batir todos los récords. El Estadio San Paolo de Nápoles celebró con efusividad los tantos del ariete franco-argentino, especialmente el último, no solo por la belleza (remate de media volea o semichilena por encima del portero rival), sino por lo que significaba. Para muchos, Higuaín ha sido esta temporada lo más cercano a volver a tener a Maradona en el Nápoles, salvando evidentemente las distancias. Ha sido no solo su hombre gol, sino también la ilusión personificada en un jugador.

La clave, la regularidad

Casi todo lo que toca Gonzalo Higuaín se convierte en gol o en ocasión de gol. Eso tiene mucho mérito y habla del trabajo incansable del delantero en la que es su tercera temporada en el equipo partenopeo. Parecía que salir del Real Madrid e ir al Nápoles era un paso atrás, pero el tiempo ha demostrado que muchos estaban equivocados. La regularidad ha sido la clave.

Esta temporada, Higuaín ha jugado 35 partidos de Serie A en los que ha anotado 36 goles. Se ha quedado sin anotar en diez jornadas, lo que ha compensado con nueve dobletes y un triplete, el ya citado de la última fecha del campeonato.

De los veinte equipos de la Serie A, solo ante el Milan y la Roma se ha quedado sin marcar nuestro protagonista. Esta regularidad le ha llevado a pelear casi hasta el final la Bota de Oro con otros grandes jugadores del continente como Jonas Gonçalves, Robert Lewandowski, Cristiano Ronaldo o el flamante pichichi de España Luis Suárez.

Un equipo que juega para un auténtico ‘killer’

Solo tres de sus goles han llegado desde los once metros. El resto han sido gracias a su explosividad en las distancias cortas, su gran golpeo y, sobre todo, su olfato goleador. Maurizio Sarri sabía la calidad de este delantero, y el estilo de juego se ha adaptado a sacarle el mejor rendimiento a este ariete. Marek Hamsik, con siete pases de gol, y Lorenzo Insigne, con cinco, han sido sus más fieles escuderos en la batalla contra los arqueros rivales. Otros como Callejón, Allan, Mertens, Ghoulam, Jorginho o Hysaj también le han puesto en bandeja bastantes goles al delantero nacido en Brest.

El gol se paga en el mercado, y Gonzalo Higuaín es sinónimo de gol. Así lo ha demostrado esta temporada a lomos del Nápoles, el cual lo tendrá difícil para retenerle ante las mareantes ofertas que pueden llegar al despacho de De Laurentiis en los próximos meses. Porque si un equipo ficha a Gonzalo Higuaín se está asegurando muchos goles y mucho trabajo para su plantilla.