Un 24 de junio de hace dos años, Diego Godín eliminaba a la selección italiana del Mundial de Brasil en fase de grupos. Las ilusiones vertidas por todos los tifosi en la selección subcampeona de Europa dos años atrás se esfumaban y Cesare Prandelli presentaba su dimisión pocas horas después.

A partir de ahí, la Federación se movió y la sorpresa fue evidente cuando el elegido fue Antonio Conte. Un técnico que, después del escándalo Calciopoli y la bajada a la Serie B, había cogido a la Juventus en mitad de tabla, llevándola a volver a reinar en Italia nada menos que durante tres temporadas consecutivas. En ese momento, contando y sin contar los dos títulos de la Serie A retirados por el Calciopoli, la Juve había hecho historia una vez más en el fútbol italiano, llegando a los 30 títulos y obteniendo la tercera estrella en su escudo.

Fue por esta inmejorable situación de Conte en Turín por lo que extrañó su marcha de la entidad bianconera, con la que había renovado un mes antes. Pero la decisión era clara, el de Lecce dirigiría a la Nazionale de cara a la Eurocopa de Francia, y así lo hizo.

Volver a empezar

El fiasco del Mundial tenía pocas explicaciones. Italia llegaba como una de las favoritas a luchar por él, es más, así lo demostró su victoria frente a Inglaterra en el primer partido del torneo. Pero todo quedó ahí. La llegada de Antonio Conte fue cuanto menos sorprendente. El joven técnico italiano dejó una Juventus hecha a su medida y escogió el camino difícil. A partir de ahí, llegaron los cambios. No muchos, pero sí importantes. Mientras Prandelli se rodeaba de un grupo de unos 30 futbolistas, Conte comenzó a diversificar más, aprovechando los momentos de forma de los jugadores en sus respectivos equipos.

Sorprendió su primera convocatoria, sobre todo, por la ausencia de Pirlo. El veterano mediocampista italiano no fue convocado por Conte en su primera llamada. Eso sí, en la segunda dio marcha atrás. Andrea volvía para ser fijo. Su tiempo, como demostró durante el temporadón que se marcó en la Juventus campeona de liga y copa y subcampeona de Champions, no se había acabado. Pirlo seguiría siendo el estandarte de la Azzurra. A partir de ahí, las diferentes selecciones realizadas por Conte durante este año y medio presentan las siguientes características.

En primer lugar, el joven técnico de Lecce ha llevado en estos 18 meses a casi 60 jugadores diferentes: veteranos y debutantes, altos y bajos, de equipos grandes y pequeños... Mucha diversidad se ha observado en todas sus convocatorias. De todas formas, sus selecciones hay que analizarlas línea por línea.

En la portería, los dos fijos son el gran Gianluigi Buffon y el guardameta del PSG, Salvatore Sirigu. A partir de ahí, la tercera plaza se la han disputado entre varios cancerberos, dependiendo de la situación de sus respectivos equipos. Marchetti, cuando la Lazio maravillaba por su remontada en Serie A; Padelli, que nunca falla con el Torino y es un portero de muchas garantías y; sobre todo, Perin. El guardameta de 24 años es, junto a Donnarumma, que a sus 17 años ya juega para la sub-21, el futuro de la portería de la Nazionale, y tenía todas las papeletas para ir a la Eurocopa como tercer portero, pero su grave lesión ha dado la oportunidad al meta laziale Marchetti.

La defensa no tiene mucho aquél, los fijos en el Mundial siguen demostrando su valía. Es el caso de los tres tenores de la Juve: Chiellini, Barzagli y Bonucci, de sobra conocidos por el míster; del carrilero del United, Matteo Darmian o del milanista De Sciglio. A partir de ahí, muchos cambios. La poca continuidad de Maggio en el Nápoles esta temporada por la gran campaña de Hysaj ha supuesto la entrada de otros laterales como Ranocchia de la Fiore o del romanista Florenzi, cuya función de carrilero en el habitual 3-5-2 es importante. 

Es en el medio del campo donde más cambios se han producido: Pirlo volvió a ser fijo, aunque su marcha a Estados Unidos le restó importancia. A pesar de todo, este caso tiene su aquél. Pirlo confirmó antes de la disputa del Mundial que dejaría la selección, pero con la llegada de Conte, reconsideró su postura y volvió a ser fijo, aunque no estará en esta Eurocopa. Además mitos del calcio como el propio Pirlo, De Rossi o Aquilani, han dejado hueco para nuevos futbolistas. A los de siempre: Verratti, Marchisio, Insigne, Candreva o Montolivo, se suman diversos jugadores como Jorginho, Valdifiori, Giaccherini, Parolo...

Y en el ataque es donde mayor cambio se ha producido, con la entrada de Pellè, Bernardeschi, Eder o Zaza, en lugar de Cerci, Balotelli o Cassano.

El sistema, dependiente de las lesiones

Si algo ha demostrado esta Italia en los últimos años es que el sistema es lo de menos. Y para muestra un botón. En la propia Euro del año 2012, Prandelli utilizó indistintamente el 4-4-2 o el 3-5-2, aunque, sobre todo con Conte, ha predominado más este último. Es precisamente este sistema el que tiene todas las papeletas para imponerse en el torneo de este verano.

Sin embargo, las numerosas lesiones, además de muy importantes para el juego de Italia (Verratti, Marchisio…), apuntan a que cualquier convocado puede tener la opción de ganarse el puesto, como ya apuntó Conte en una de sus ruedas de prensa, donde afirmó que quería un equipo intenso y en el mejor estado de forma posible. Por el momento, en el primer partido de preparación ante Escocia, el de Lecce alineó a Buffon en portería; Barzagli, Bonucci y Chiellini en la defensa, hasta aquí todo lo previsto. Aunque si por algo se caracterizó el resto de la alineación fue por los numerosos jugadores de banda utilizados, con Candreva y Florenzi alternándose por la derecha y con Giaccherini y Darmian por la izquierda, jugando De Rossi como pivote defensivo y con Pellè y Eder arriba.

Hacerlo bien  antes de viajar a Londres

Pronto pondrá Conte punto final a su etapa en la Nazionale. El mismo seleccionador afirmó que necesitaba “entrenar a diario”, por lo que su estancia en la dirección técnica azzurra finalizará cuando termine la Eurocopa. Será entonces cuando el de Lecce ponga rumbo a Londres para levantar a un Chelsea hundido en su peor temporada en 20 años.

Hasta entonces, en este mes y medio, si Italia llega a la final de París, Conte podrá dejar su impronta en una selección para la que ya suenan Giampiero Ventura, hasta ahora técnico del Torino, o Vincenzo Montella, exentrenador de Fiorentina y Sampdoria estas dos últimas temporadas. Habrá que ver si Conte consigue su objetivo y, con una selección sin grandes estrellas, puede volver a llevar a Italia a lo más alto, porque, aunque parezca que no, la Azzurra siempre está ahí y es un error darla por muerta.

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Sobre el autor
Javier Diez Colino
Coordinador General de Fútbol Internacional. Redactor en las secciones de Inglaterra, Italia y Portugal. Fútbol es fútbol.