Si acudimos a cualquier atlas, nos marcará que la distancia entre Finlandia e Italia es superior a los 3000 km. Esto desde una perspectiva física; culturalmente, nos encontramos ante dos de los países más dispares de Europa. La región mediterránea está siempre vinculada al buen ambiente y la alegría de su población, mientras que el país nórdico siempre está relacionado con la seriedad y eficiencia.

Los fineses han aceptado el catenaccio por obligación

En el plano futbolístico, históricamente no distan tanto. Los italianos son los inventores del catenaccio, filosofía futbolística caracterizada por la seriedad defensiva y la efectividad en los escasos acercamientos al área rival. Mientras que el país transalpino estuvo años basándose en este estilo de juego por elección, ya que siempre ha tenido un plantel de gran calidad; los fineses lo han aceptado por obligación, siempre con plantillas de escaso talento, la solvencia defensiva era la única herramienta para alcanzar sus objetivos.

Esta diferencia histórica de talento se ve perfectamente plasmada en sus enfrentamientos. Los búhos reales solo han sido capaces de vencer en una ocasión al conjunto italiano; para rememorar ese choque debemos dirigirnos a las olimpiadas de 1912 en Estocolmo. Los nórdicos consiguieron la victoria en esa ocasión (3-2), en su primer enfrentamiento con la selección transalpina. Tras este triunfo, los finlandeses acumulan más de un siglo de enfrentamientos sin conocer la victoria ante Italia.

Los búhos reales solo han sido capaces de vencer en una ocasión al conjunto italiano: las Olimpiadas de 1912

Exceptuando la victoria finesa, todos los enfrentamientos entre ambas selecciones han tenido lugar en fases de clasificación - tanto de Eurocopa como de Mundiales - o amistosos. Estos once enfrentamientos se pueden resumir en diez victorias italianas por solo un empate (Fase de clasificación Eurocopa 1976). 

En las diez victorias italianas, el conjunto del norte de Europa ha encajado en dos ocasiones un 6-1 (1964 y 1977). A excepción de estas dos choques, los encuentros entre ambas selecciones están caracterizados por ser duros, a la selección transalpina casi nunca le ha sido sencillo conseguir la victoria a pesar de que la ha terminado sellando en la mayoría de ocasiones.

Roberto Bettega es la bestia negra de la selección finesa. El ariete juventino anotó cinco goles en tres encuentros a la selección nórdica entre 1975 y 1977. En su contra, presenció el único choque que no acabo en victoria italiana dentro de la época moderna, en 1975, encuentro en el que Bettega debutó con la selección azzurra.

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Sobre el autor
Pablo Marban Mesa
Apasionado del Fútbol, Baloncesto y deporte en general.