El resultado no debería sorprender a nadie. La victoria del PSV Eindhoven sobre el AZ no es algo nuevo, todo lo contrario, ha sido la tónica habitual en los últimos años. Los jugadores del equipo de John van den Brom no terminan de encontrarse a gusto en estos enfrentamientos, y eso al final se nota en el marcador.

El PSV Eindhoven venía de empatar frente al Manchester United, un resultado que, sin ser malo, deja en el aire la incógnita de si pasará de ronda, o por el contrario, tendrá que conformarse con el tercer puesto y pasar a dieciseisavos de Europa League. No es extraño pues que ante la incertidumbre en la competición europea hayan decidido poner intensidad en este encuentro y asegurar la victoria.

Además, el PSV, como actual campeón de la Eredivisie, necesita todos y cada uno de los puntos que pueda obtener en el camino a repetir su triunfo, y más teniendo en cuenta que “solo” son terceros, posición con la que sin duda no piensan conformarse.

El AZ Alkmaar, por otro lado, llevaba la derrota en Europa League frente al Partizan como una losa al empezar el partido. Y no era la única, pues esta temporada está resultando en una de lo más decepcionante para un equipo del que se esperaba mucho más después de lograr la posición de bronce la temporada pasada que le permitió clasificarse a la segunda competición europea de mayor importancia.

Desde el primer momento del encuentro, el resultado parecía claramente decantado para el equipo de Phillip Cocu. El PSV salió al campo con las garras afiladas y no desaprovechó ni un segundo a la hora de imponerse al rival atacándolo una y otra vez. Su esfuerzo por imponerse fue debidamente (y con un poco de suerte) recompensado con un gol en propia puerta del jugador nacido en Ámsterdam Derrick Luckassen, que marcó desafortunadamente en la portería equivocada solo tres minutos después de que tuviese lugar el pitido inicial del choque.

Tras este duro golpe. Toda posibilidad de sorpresa se disipó junto a la moral de los jugadores visitantes. El PSV Eindhoven cogió las riendas del partido firmemente y, sin conformarse con el 1-0, mostró con agresividad sus ganas de asegurar la victoria. Un ataque tras otro dejaba sin posibilidad de tomarse un respiro a la defensa contraria, que hacía lo que podía por pararle los pies a un equipo que se crecía minuto a minuto.

Y como no podía ser de otra manera, no pasó mucho tiempo hasta que el balón volvió a encontrarse con el fondo de la portería del AZ Alkmaar, esta vez por mérito de Luuk de Jong a pase de Joshua Brenet, en el minuto 15.

Tal y como sucedió después del primer gol, la euforia del triunfo poseyó a los jugadores, alimentados por la afición del Philips Stadion que como viene siendo habitual en el fútbol neerlandés, puso todo su corazón -y pulmones- en animar a sus representantes en el césped. Y una vez más, no pedían contentarse con el marcador del momento. No. Ellos pedían más.

El mismo jugador sería el encargado de marcar el tercer (y como se vería a posteriori, definitivo) gol del PSV, pues en el minuto 41 volvió a marcar Luuk de Jong, esta vez asistido por Gastón Pereiro.

Tras el descanso, por si quedaban dudas de quién saldría ganador del estadio, la tarjeta roja a Derrick Luckassen (mismo jugador que marcó el gol en propia puerta) en el minuto 60 dejó al AZ Alkmaar con 10 jugadores y sin posibilidad de remontada.

Tras el pitido final, el único aspecto positivo (o negativo) que podrán sacar los visitantes es que pudieron ser más los goles encajados. Este partido solo tuvo un dueño, y ambos equipos son conscientes de ello.

El resultado permite al PSV alejarse del cuarto puesto y continuar su carrera por la punta sin distanciarse mucho del Ajax y el Feyenoord, mientras que el AZ Alkmaar desciende un puesto hasta la décima posición debido a la victoria del Utrecht frente al Heracles.