Otro chasco más para el Heracles Almelo. Y ya van cuatro seguidos (dos derrotas y dos empates). De hecho, hay que retroceder hasta finales de octubre para encontrar una victoria del equipo del hijo de Zeus. En ese entonces, empataba en puntos (24) con el PSV, y se hallaba a solo un punto del propio Feyenoord. Era entonces un momento de soñar, de aspirar a todo superando su condición de equipo modesto, y luchar como uno de los grandes. Pero estos últimos partidos, el sueño ha ido difuminándose.

El Feyenoord, en cambio, consigue con este triunfo una racha de tres victorias seguidas, muy necesaria para sus pretensiones de conseguir el título liguero. Las victorias del Ajax y el PSV exigían al tercer gran contendiente de la Eredivisie ganar, y cumplieron con su obligación. El equipo de Giovanni van Bronckhorst es consciente de que necesita afrontar todos los partidos, sea cual sea el rival, con mentalidad vencedora y con este partido parece claro que han encontrado la clave para conseguirlo.

Sería injusto, sin embargo, decir que fue un partido fácil para los locales. A pesar de lo que pueda sugerir el 3-0 del marcador final, el Heracles presionó e incluso tuvo contra las cuerdas durante buena parte del partido al equipo rival. Este equilibrio en el duelo duró hasta la expulsión de Ramon Zomer en el minuto 82, que supuso un desmoronamiento total del equipo de John Stegeman.

La primera parte del partido consistió en un constante rifirrafe de ataques y contrataques de ambos equipos, que mostraron con empeño la fuerza de sus delanteras. Pero en estos 45 primeros minutos solo una de las ocasiones tuvo premio: un afortunado (o desafortunado, según el punto de vista) gol en el minuto 31 de Eljero Elia, asistido por Terence Kongolo, que cogía desprevenido al guardameta Bram Castro.

No fue la única gran oportunidad de gol de la mitad inicial del encuentro, pues a los pocos minutos un contrataque por parte del Heracles iniciado por Gosens pudo terminar en empate, pero los jugadores no supieron rematar la ocasión y desperdiciaron la oportunidad.

Lo mismo se puede decir de la jugada que tuvo lugar en el minuto 40 en el otro lado del campo, que se quedó a unos centímetros de acabar en gol al dar en el travesaño para irse finalmente fuera.

Después del descanso, el partido siguió transcurriendo en principio de forma similar, pero la tensión entre los dos equipos se iba acumulando, hasta llegar a la pelea que provocó en el minuto 82 la expulsión de Ramon Zomer.

No pasaron ni dos minutos entre este suceso y el gol del capitán del Feyenoord Dirk Kuyt, a pase de Tonny Vilhena, que ponía el 2-0 en el marcador. El partido estaba casi cerrado y el Heracles había perdido su oportunidad de dar la sorpresa como visitante.

Pero no fue el último gol de la noche, pues ya en el minuto 90 el delantero del equipo de Rotterdam, Michiel Kramer marcaba tras un pase de Simon Gustafsson el último tanto del partido y que dejaría el marcador en el definitivo 3-0.

El Heracles debe actuar ahora que está a tiempo y volver a jugar como lo hizo en los primeros partidos de la temporada si quiere tener oportunidad de acabar la liga entre los mejores, porque cada jornada se aleja más del grupo de los tres primeros y se acerca más a las posiciones inferiores.

El Feyenoord, por otro lado, sale satisfecho y reforzado de un encuentro que podía haber tenido un cariz mucho menos agradable para ellos. Deberán demostrar su estado de forma la próxima semana en el Groningen - Feyenoord, un rival nada fácil y menos en su casa.