No había mañana en Eindhoven. La última fecha de la fase de grupos en el grupo B de actividades de la Champions League albergaría uno de los duelos definitorios de toda la fase de grupos en tierras holandesas, donde el actual Campeón de la Eredivisie tenía la posibilidad de meterse a la siguiente ronda.

Sencilla no era la tarea del PSV. A pesar de su categoría como equipo ya eliminado de la competencia, el CSKA tenía la posibilidad de hacerse con el cupo a la Europa League, y con el antecedente que tenía de los holandeses en el enfrentamiento que tuvieron en Khimki, las posibilidades de imaginar este resultado no eran descabelladas de ninguna forma.

Este partido debía re-encender la llama de la pasión de aquel viejo romance

Ganando se olvidaban de lo que sucedía en el otro estadio. Ambos equipos. Desde los Países Bajos el anfitrión esperaba un resultado positivo para los teutones, o al menos un empate en caso tal de no poder ganar ante el cuadro moscovita. Una victoria hacía olvidar la calculadora para el aficionado granjero, que ansiaba volver a saborear la textura de un viejo amor, que con mucha locura y pasión llegó a tener en sus años cuando era más protagonista dentro de los equipos grandes de Europa,  en aquellos días donde el equipo era más competitivo.

Con los años, esa competitividad se fue perdiendo y de igual forma el amor entre el club y la competencia. Un placer que además del equipo lo ha venido sufriendo el fútbol de Holanda en general desde un tiempo muy largo ya, puntualizando la espera a partir de la temporada 2006/07. Para el PSV todo estaba claro; este partido debía re-encender la llama de la pasión de aquel viejo romance.

El último pase

Eindhoven vibraba al inicio del partido, con un equipo local que ponía toda la carne sobre el asador en un claro mensaje de que la victoria debía ser el resultado a obtener. El CSKA no se dejó amedrentar y le quitó el balón a los locales, dando inicio a un sistema de juego cortado por los pelotazos largos, pero efectivo para los jugadores que en las bandas ponía el pintoresco estratega ruso. Transcurrieron los minutos y los rusos no supieron entonces que hacer con los dominios extendidos del balón. 

El PSV había comprendido que no debía tener calma. Había goleado el United en Alemania. La figura de Hendrix en el centro del campo empezó a tomar protagonismo para los holandeses, que encontraron la pelota a ras de suelo por las recuperaciones del joven mediocampista y distribuciones rápidas, principalmente realizadas al salir la esférica de los pies de Guardado. Por izquierda y derecha se buscaba la posibilidad de romper la defensa de un visitante muy bien planteado. La apuesta de la leyenda del mediocampo holandés era alta, tanto así que contó con Moreno como lateral izquierdo en un hecho inédito hasta el momento.

Posibilidades de hacer daño encontraron los pupilos de Cocu por el sector de la izquierda, el cual Locadia recorrió con mucha solvencia durante la primera mitad en mayor medida. Con goles se pudo haber ido al descanso el cuadro neerlandés de no haber sido por las displicentes maneras con las cuales los futbolistas ofensivos habilitaban a sus compañeros; De Jong con malos pases, Pereiro sin mucha tendencia a soltar la esférica, Locadia impreciso... una deficiencia estaba perjudicando a las aspiraciones de todo el colectivo. El partido del Wolfsburgo iba 1-1.

Locura y pasión

Empezaba el complemento y las cosas empezaron de grata manera para los locales, puesto que el partido en el vecino del este las cosas iban 2-1 en la remontada de los lobos. Dominando la pelota, el equipo de Eindhoven decidió tomar las cosas con calma y circular de un lado para otro sin mayores efectos a la portería contraria. Esa irritante pasividad para el local mostraba su conformidad con lo que estaba sucediendo en el otro estadio, luego de haber entendido que el rival al que tenía enfrente era díficil de golpear.

El CSKA haría pagar al conjunto local por tanto. Los rusos tomaron la pelota y con más intensidad empezaron a meterse dentro del área de Zoet, a balón parado y en jugadas de movimiento, tanto así que alcanzaron el gol que los ponía por delante en el marcador y los clasificaba a la Europa League. Un contacto de Guardado dentro del área fue decretado como penal por el central español, que a los 75 minutos dio oportunidad para que Serguéi Ignashévich engañase por completo a Zoet y pusiera contra las cuerdas al equipo holandés. Por esos mismos instantes, los Red Devils habían empatado.

Mantuvo apretado al rival hasta que el PSV obtuvo el empate, en lo que fue poco tiempo de ventaja para los rusos. En una jugada a balón parado con Hendrix que envió una habilitación correcta a los pies de Luuk de Jong, que con mucha calma hacía estallar el júbilo del estadio a los 78 minutos. Más y más apretaban los locales hasta que caía el 3-2 en la cancha del Wolfsburgo... por allí mismo la ansiada remontada. Tras un centro del recién ingresado Bergwijn que no había encontrado su destino primario, Davy Propper que venía desde fuera del área conectó un disparo raso al ángulo inferior derecho del portero Akinfeev, difícil de llegar. El éxtasis definitivo se vivía a los 85 minutos.

Lo lograron. El estadio le reconoció al equipo la perseverancia en un partido en el que no mostraron solidez propia del nerviosismo de la responsabilidad, pero el ambicioso equipo de Phillip Cocu elimina al Manchester United y mete a un equipo de Holanda en octavos de final de la Champions desde la temporada 2006/07. Algo que no pudo romper el Ajax, que estuvo cinco temporadas consecutivas intentándolo sin éxito. Eindhoven extrañaba muchísimo este romance.

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