Hacía mucho frío. El invierno ha entrado en Holanda de manera impetuosa desde finales de noviembre. Este clima es indicativo de la proximidad a la que está la mitad de la campaña y el parón invernal. Los meses que están por venir son los más sensibles en el período 2015/2016. Hay que cerrar de la mejor manera posible el ciclo de meses que en cuestión de semanas tendrá su pronunciada pausa.

Al falta de un partido para declararse ese parón, la necesidad de un triunfo retumbaba en las cabezas de los jugadores del Twente y De Graafschap, quienes se preparaban para cerrar la fecha sabatina en un duelo directo entre dos equipos que han estado muy lejos de sentirse cómodos tanto en juego como en resultados. Tres puntos que valdrían oro, ya que se obtendrían de un rival directo en la lucha por escapar del sótano.

Minutos de emoción

Tomaba el balón el conjunto local en un predecible inicio de partido. Un mano a mano entre Cabral y el portero Jurjus llegaría luego de un contragolpe clínicamente llevado hasta adelante en la primera jugada de peligro para los Tukkers, saliendo victorioso en la jugada el guardameta nacido en Lichtenvoorde tras una brusca reacción dando prueba de sus buenos reflejos desde temprano. Después de la media hora, el partido tuvo un giro de pies a cabeza, como si hubiese tenido una sacudida repentina.

Sin titubear el árbitro Ed Janssen señaló una falta sobre Kabasele por parte de Marsman dentro del área, lo que representaba la pena máxima y expulsión para el portero de 25 años. Olaitan terminó siendo el sacrificado para dar ingreso al joven guardameta Drommel. El penal fue pateado por Peters, que la pegó en el travesaño, pero que en el rebote terminó siendo ingresada por el inglés Andrew Driver. Iban 31 minutos del compromiso cuando la visita pegaba.

Poco le duraría la alegría al conjunto visitante, puesto que los de Enschede decidieron empujar mucho más después del tanto que los puso en desventaja. Una jugada a balón parado por el borde izquierdo del área chica era resuelta por Ziyech que ponía el centro al la media luna, encontrando casi de forma quirúrgica la cabeza del defensor danés Joachim Andersen para empatar el compromiso a los 34 minutos. El espigado jugador saltó ante la pobre marcación de la defensa visitante. De esta forma, se iban al descanso.

Capitán

Los primeros 15 minutos del segundo tiempo fueron de mucho asedio por parte del cuadro de Doetinchem, aprovechando la condición de los locales de contar con un jugador menos desde la jugada previa al penal en la primera mitad. Por el centro y las bandas presionaban los visitantes, teniendo en Peters una ocasión importante de cara a la portería de Drommel, pero el central del compromiso decretó invalidada la jugada por una falta de Kabasele dentro del área sobre un defensor.

Con el puñal entre los dientes pudo sobrevivir a los embistes del rival, encontrando un aire durante los minutos siguientes y pasando a ser entonces el dominador del encuentro. Generó oportunidades para dar con el gol de la remontada el Twente, primero con Cabral en una jugada donde no pudo conectar bien tras una aparición en el segundo poste y luego con Oosterwijk, en una jugada en que resolvió bien el portero Jurjus.

Se acaban los 90 minutos y el central del compromiso daba el tiempo de agregado. El empate parecía ser el inminente resultado. De pronto, los locales rompieron la inercia de los instantes finales en una aproximación iniciada por Gutiérrez en el medio del campo, poniendo un balón al hueco para Hakim Ziyech, que le ganó en la carrera a los defensores y con un fuerte disparo sobre la cabeza del guardameta ponía el definitivo 2-1. El Capitán se hizo presente en el momento más sensible para su equipo (minuto 90+1) y le volvió a dar alegrías a una afición muy maltratada.

De esta manera, el equipo dirigido por Rene Hake suma tres puntos que todavía no los sacan de la zona de promoción, pero que le motivan de cara a partidos difíciles y ante la imperiosa necesidad de levantar la cabeza. De Grolsch Veste pudo volver a sonreír, aunque hubiese tenido que vivir mucho dramatismo antes de lograrlo.