Menos de un año. Durante un lapso menor a doce meses la selección de Holanda tuvo un cambio drástico en su accionar, el cual la hizo protagonista de uno de los episodios más llamativos del fútbol a nivel mundial de todo el 2015, esto cuando la Oranje no pudo obtener su cupo para la fase final de la Euro 2016, que tendrá lugar en Francia a inicios de junio próximo.

La selección de los Países Bajos no se ausentaba del máximo torneo continental desde 1984, teniendo que hacer mucha retrospectiva para recordar aquella desdichada selección de jugadores como Gullit, los hermanos Koeman o Van der Kerkhof que no llegaron al certamen en detrimento de España, que tenía igual puntaje e idéntica diferencia de goles, pero que dos tantos de más convertidos por los ibéricos eran suficientes para hacerles olvidar de aquella cita, que curiosamente también organizaba Francia.

Fracaso total. No había otra forma posible de describir lo conseguido por la selección neerlandesa durante el período de actividades 2015, donde aparte del escandaloso resultado, dejaba a la vista del mundo las falencias y más que nada, los miedos de un equipo en pleno proceso de transición generacional. El fútbol le dio una de esas dolorosas lecciones a un combinado que todavía dormía el sueño de lo logrado en Brasil 2014. De un repentino parpadeo a otro, lo que parecía imposible terminó siendo algo inevitable. 

Cuestión de banquillo

Mucha euforia había en el ambiente. Impensado. Apenas tres meses después de lo sucedido en Brasil, las eliminatorias a la máxima competencia a nivel de selecciones europeas. Como era de esperarse, estaban en el bombo de cabezas de serie para la ronda eliminatoria. República Checa, Turquía e Islandia eran los máximos rivales a vencer en un sector en donde también se encontraban Letonia y Kazajistán. Complicados pero domables por uno de los mejores en todo el viejo continente, al menos todo eso se decía en la previa.  

Foto: lanacion.com.ar
Robben y Van Gaal durante el Mundial 2014. (Foto: lanacion.com.ar)

Quedaba claro que la Oranje era amplia favorita para ganar su grupo, aún mucho antes de conocerse. El proceso de cara a la Eurocopa debía ser conducido por Guus Hiddink, a quien en los primeros planes se tenía para la justa en Francia, para posteriormente tomar el cargo Danny Blind, que fuese asistente de Van Gaal durante la pasada Copa del Mundo y, luego de lo aprendido de lo ocurrido en junio 2016 empezar a pensar en las eliminatorias de cara al Mundial del 2018.

Sin duda alguna quedaba cubierta la partida del entrenador del Mundial, por lo menos con los nombres. Pero algo que no se llegó a sopesar evidentemente al momento de tomar las decisiones fue que más allá de cambiar a una persona, lo que estaba por hacerse era cambiar el estilo de juego al completo del equipo. Los problemas se verían expuestos durante la eliminatoria y para su infortunio nunca se llegaron a corregir los mismos.

Guus Hiddink: los despistes del maestro

El año empezaba para Holanda con la primera serie de encuentros eliminatorios, luego de haber cerrado el 2014 con una goleada 6-0 sobre Letonia, pero que no dejaba de quitar las malas sensaciones resultado de las derrotas ante los checos y en Reikiavik, que debían tenerse presentes de cara a más encuentros decisivos. El principal problema se veía a la distancia: el viejo zorro volvía a utilizar el esquema 4-3-3 que tanto éxito le dio en su etapa durante la Copa del Mundo de 1998 a un equipo actual que vino de una presentación de fútbol muy conservadora con el 5-3-2, teniendo a esos dos laterales corriendo y sin mucha generación.

Nada de fútbol producía una selección que siguió cosechando resultados negativos

Pensando en los efectos sobre el equipo, era claro que no estaba funcionando el estilo de juego. Lucho entendió que los futbolistas de creación en el equipo neerlandés no estaban pasando por un momento óptimo como para poder cumplir su rol a la perfección, o como en el caso de Sneijder, ya sufriendo los efectos del desgaste y el tiempo. Casi nada de fútbol producía una selección que siguió cosechando resultados negativos y que en defensa mostraba las enormes deficiencias que el actual estratega del Manchester United supo maquillar durante el mes de competencia en territorio sudamericano.

Hiddink conversando con un árbitro. (Foto: Reuters)
Hiddink conversando con un árbitro. (Foto: Reuters)

Un empate 1-1 en Ámsterdam ante otros rivales directos como los turcos daban muestra de la grave situación que el equipo ya empezaba a enfrentar de cara al puntaje para el torneo. Posteriormente llegó una esperada pero bastante sufrida victoria ante Letonia, que no dejó de acallar las críticas al combinado y veía como el calendario se iba disminuyendo y las matemáticas todavía no estaban del lado del equipo. El 29 de junio Hiddink anunciaba que se hacía a un lado de las riendas de la Oranje; como todo buen conocedor del deporte, sabía que su proceso no estaba caminando y tenía que finalizar mientras todavía no se perjudicase tanto al equipo. El sucesor, claramente, Danny Blind.

Danny Blind: la voz de la (in)experiencia

El proceso se tuvo que apresurar. Las grandes decepciones que se presentaron en la gestión de Hiddink serían un problema bastante complicado para lidiar, y se lo entregaron en bandeja de plata a un entrenador cuya experiencia era ninguna antes de Holanda. Era momento de que todo lo aprendido durante los años como asistente tuviesen sus frutos. La primera prueba para quien fuese Capitán del Ajax ganador de la Copa del Europa en 1995 era nada más y nada menos que los islandeses, que llegaban con la moral por las nubes con la cercanía que tenían la clasificación.

Danny Blind en su debut ante Islandia. (Foto: foxdeportes.com)
Blind en su debut ante Islandia. (Foto: foxdeportes.com)

Una contundente goleada turca puso los clavos en el ataúd neerlandés

Ámsterdam presenció la tercera derrota de la campaña eliminatoria para los holandeses en el debut de Blind, donde un equipo sin iniciativa y que veía la temprana expulsión de Martins Indi, así como la lesión de Robben, no pudo responder a la pena máxima convertida por Gilfy Sigurdsson. Para el siguiente partido la presión era mayor, ya que no estaban en puestos de clasificación directa y Estambul era la próxima parada. Una contundente goleada turca puso los primeros clavos en el ataúd neerlandés. El triunfo posterior ante los kazakos no calmaba a nadie, y en la última fecha tendrían que jugárselas en casa ante los checos y esperar a que los pupilos de Fatih Terim perdiesen en su propio feudo.

Previo al último duelo había un aire muy perturbador, la eliminación ya parecía inevitable. Con aquel aire de derrotismo que tanto se desprecia en el deporte, el conjunto holandés cayó derrotado en casa 2-3 ante la República Checa y veía como se consumaba uno de los mayores fracasos futbolísticos de los últimos años. Tras la quinta derrota de la fase eliminatoria, el cuadro tulipán finalizó cuarto de su grupo muy lejos de posibilidades de meterse en la ronda próxima. La prematura toma de riendas por parte de Blind de la selección fue factor importante para que el estratega no diese oportunamente con la fórmula/la manera en que el equipo pudiese volver a responder favorablemente. El nivel de la responsabilidad que le pusieron de inicio al seleccionador neerlandés pareció demasiado.

Pasos a seguir

La competencia de selecciones europeas empezará a mediados del próximo año en Francia, donde será la primera vez que se dispute una fase final con 24 selecciones, ocho equipos más que durante los recientes formatos de competencia. Pensar en este nuevo formato de torneo, con el incremento de plazas, resalta de mayor forma el desafortunado performance del tercer lugar de la pasada Copa del Mundo. No caben dudas que todo le salió muy mal al equipo de Blind.

Foto: Getty Images
Foto: Getty Images

Holanda demostró fragilidad defensiva a niveles considerables e incapacidad de gestar fútbol desde sus entrañas. El equipo tulipán deberá enfocarse ahora en sentar definitivamente el estilo de juego que Blind aspira a que ejecuten los suyos, eso sí, pensando en que sea algo que no incomode a los futbolistas. Pulir igualmente algunos nombres en el equipo parece prudencial, tomando en cuenta que parte importante de la columna vertebral del equipo ya sobrepasa los 30 años. El trabajo deberá ser rápido y efectivo, para reencontrar a aquella lujosa y agradable Oranje.