Bujumbura (Burundi), agosto de 1993. Llueven disparos sobre la capital de este minúsculo país centroafricano, que a lo largo del siglo XX pasó por las manos de Alemania y Bélgica. Esta vez, sin embargo, los disparos no son de colonizadores europeos. El abandono de los belgas dejó tras de sí dos etnias enfrentadas, los Hutu (85% de su población) y los Tutsi (14%), cuyas diferencias sociales derivaron en una cruenta guerra civil, un proceso parecido al que vivieron otros países cercanos como Ruanda o el Congo (entre 1971 y 1997 denominado Zaire).

Refugiados por un conflicto no resuelto

Independientes desde 1962, la transición, rey tutsi mediante (Mwambutsa IV) intentó tratar por igual a hutus y tutsis. Sin embargo, tres años más tarde, un tutsi asesinó al Primer Ministro, Pierre Ngendamdumwe, lo que derivó en revueltas hutus que desestabilizaron el país. La represión gubernamental creó un malestar que hacía evidente que en Burundi era complicado encontrar una paz social que contentara a ambas partes. El conflicto no quedó resuelto entonces, sino que se alargó varias décadas.

Saido y su familia huyeron de la guerra de Burundi hacia Inglaterra, donde consiguieron asilo político Represalias del gobierno, golpes de estado militares, tensiones entre minorías tutsi y mayorías hutu, suspensión de la Constitución, disolución de los partidos de la oposición... Burundi vivió un calvario que se prolongó de mala manera, sin que ninguna parte supiera o quisiera encontrar una resolución pacífica. En 1993, Melchior Ndadaye, del Frente para la Democracia en Burundi, se proclamaba elegido como el primer presidente hutu del país. En octubre de ese año, sería cruelmente asesinado a manos de fuerzas armadas tutsis. Un golpe brutal que alejaría de nuevo la paz del país.

Todo ello derivó en un conflicto civil armado entre hermanos de un mismo pueblo, y que se alargó hasta 2005. Por el camino, se contabilizan en alrededor de 300.000 los muertos, y unos 500.000 los refugiados. Entre éstos últimos, una de las muchas madres que había en la zona decidió emprender un viaje en solitario hacia Inglaterra, buscando un permiso con el que establecerse en las Islas Británicas. Para su suerte, esa madre, viuda de un padre que había perdido la vida años atrás, logró satisfacer su anhelo vital y salir del clima de guerra por el que pasaba Burundi para emigrar a Aston New Town, Birmingham, donde consiguió asilo político. Con 10 años, el pequeño Saido y su familia acababan de escapar de una muerte casi segura para volar hacia una tierra de oportunidades.

De las balas a los balones

Saido, su madre y sus hermanos, se hospedaron en el norte de una de las ciudades más céntricas de Inglaterra. El fútbol británico, que por aquel entonces vivía una transición, de la Football League First Division hasta la actual Premier League, supuso una vía escapatoria para aquel joven, un refugio pacífico con el que protegerse del ruido de los disparos, y empezar a olvidar una realidad que castigaba con dureza a sus compatriotas.

"Inglaterra me ha dado la mejor plataforma de mi vida", aseguró Saido "Sólo era un crío jugando fútbol en la calle", relataba recientemente Saido. Procedente de uno de los países más pobres del mundo, donde el hambre está al orden del día, este joven decidió probar suerte con el fútbol. No hablaba inglés, solo un poco de francés, y procedía de una cultura muy distinta, por lo que su adaptación al nuevo medio no resultó nada sencilla. Sí que entendía, sin embargo, el lenguaje del balón, ese que no distingue de orígenes ni de idiomas. El fútbol le permitió a Saido alejarse del aislamiento social que vivía en sus primeros días en Inglaterra.

"Ocurrieron muchas cosas en mi país, y estar aquí (en Inglaterra) me ha dado la mejor plataforma de mi vida", explicaba hace unos meses. No le faltaba razón. A través del balón se integró de forma más rápida a ese nuevo entorno. En 2004, con 12 años, se unió al Centro de Excelencia del West Bromwich Albion, un centro de formación para jóvenes. Partido a partido, fue quemando etapas en las categorías inferiores de los Baggies, hasta llegar a firmar su primer contrato profesional en 2011.

Volver a salir para crecer

Más allá de la ambición, Saido tenía dentro de sí un talento que los distintos entrenadores que lo dirigieron empezaron a valorar. Sus capacidades ofensivas y su repertorio goleador asombraron a quienes pudieron presenciar sus primeros pasos dentro del fútbol británico. Había encontrado en el fútbol la oportunidad perfecta para olvidar todo aquello que le tocó vivir de pequeño. No es casualidad, por tanto, que años después decidiera unirse a las filas de las categorías inferiores de Inglaterra, su patria de adopción.

Jugando con los equipos sub-17 y sub-18, Saido soñaba con, algún día, poder vestir la zamarra del combinado absoluto de los Three Lions. Para ello, sin embargo, aún debía subir algunos escalones. "Empezó con nosotros con 12 años, y se ha convertido en un jugador y finalizador muy bien dotado", contó Mark Harrison, entrenador suyo en la Academia del West Brom, al Sunday Mercury. El propio Harrison, uno de sus primeros descubridores, no dudaba de su potencial: "Puede llegar tan lejos como quiera si sigue desarrollándose, pero necesita permanecer centrado". No andaba muy lejos en sus predicciones.

Tras criarse en la cantera del West Brom, encadenó tres cesiones a Northampton Town, Brentford y Peterborough United

Tras su paso por la academia del club de The Hawthorns, que le permitió escolarizarse, Saido optó para marcharse, aunque esta vez no demasiado lejos, y de forma temporal. Northampton Town, Brentford y Peterborough United fueron los tres clubs que le acogieron en calidad de cedido entre 2011 y 2012. En el primero de ellos, en la League Two, apenas jugó cuatro meses, en los que le dio tiempo a firmar 6 goles en 14 encuentros. En el Brentford, equipo de la League One, su periplo no fue mucho mayor: por diferencias con el técnico, volvió al West Brom a los dos meses. Eso sí, anotó 4 goles en 8 partidos.

Tras finalizar el curso en el banquillo del West Brom, donde apenas dispuso de minutos, volvió a hacer las maletas para firmar con el Peterborough United, equipo de Championship. A su llegada, el nuevo equipo era el colista, y finalizó la temporada duodécimo, posición que significaba el descenso. No fue aquella la campaña más prolífica de Saido, quien apenas dispuso de 10 encuentros, en los que marcó 2 goles. De vuelta a 'su casa', estaba muy cerca de hacer realidad su gran sueño: triunfar en el fútbol.

La eclosión de un 'Baggie' en tiempos difíciles

Otra vez en The Hawthorns. De nuevo vuelve al mismo punto de partida de los últimos dos años. A la tercera, sin embargo, llega la vencida. Esta vez, Steve Clarke, técnico del West Brom en verano de 2013, decide darle una oportunidad. Se quedará en la plantilla del primer equipo de los Baggies, donde no estará Romelu Lukaku, pero donde tendrá que competir con atacantes como Shane Long, Scott Sinclair, Victor Anichebe, Matěj Vydra o Nicolas Anelka. Pese a todo y a todos, Saido acepta el reto, y se dispone a pelear por un sitio en el equipo.

En su primer curso con el primer equipo 'Baggie', contribuyó con 5 goles a la salvación del West Bromwich Albion Aún no lo sabe, pero Saido será de las únicas noticias positivas de una temporada caótica del West Brom, que a lo largo del curso 2013-14 tuvo a tres técnicos distintos. Solo un milagro les salvó del descenso, que se terminó llevando al Norwich por apenas tres puntos. El curso arranca con algo de irregularidad (dos derrotas y dos empates), aunque luego lo compensa con actuaciones de mérito (empates ante Everton, Arsenal y Chelsea, y victoria en Old Trafford). Pese a ello, el equipo encadena cuatro derrotas consecutivas, y en diciembre despiden a Clarke.

Los números no mejoran mucho con sus sucesores. Keith Downing suma un triunfo, tres empates y dos derrotas, y Pepe Mel, tres victorias, seis empates y ocho derrotas. Pese a la inestabilidad en la que vive el equipo, Saido va acumulando minutos (1.404 repartidos en 32 encuentros, 11 de titular y 21 como suplente). Además, aporta cinco tantos de suma importancia, pues casi todos ellos dan puntos al West Brom. Debuta en la Premier League ante el Swansea City, y su estreno goleador es nada más y nada menos que en el feudo del Manchester United. Con 1-1 en el marcador, en el minuto 66, recoge un balón suelto en la frontal y lo cuela al fondo de la red con un latigazo con la zurda inalcanzable para De Gea.

Actuando casi siempre como recambio de lujo, empieza a cuajar varias actuaciones en las que muestra al público su potencial ofensivo. Jugador de área, su técnico en el Brentford, Uwe Rosler, le definió como "un delantero fuerte y buen finalizador". En su primer curso en la Premier, marcará goles de todas las formas: con la derecha (2), con la izquierda (2) e incluso con la cabeza (1). Sin esos cinco tantos, el West Brom habría sumado nueve puntos menos, lo que hubiese significado el descenso.

De la consolidación a la selección absoluta

El West Brom termina salvándose en la penúltima jornada gracias a que el Norwich no pasa del empate ante el Chelsea, lo que deja a los de Carrow Road sin opciones matemáticas de salvarse en la última jornada (la diferencia de goles favorecía al West Brom), en la que pierden ante el Arsenal en casa. Buena noticia, sin duda, para un Saido que logra contribuir de forma decisiva al club que le ha formado, y al que empieza a devolver todo lo que le debe.

En la presente campaña (2014-15), Saido ya es un fijo en el once. Tras 11 jornadas transcurridas, ha sido titular en todas ellas (las mismas que en todo el curso anterior), y ya ha dejado su huella en el marcador en 7 ocasiones. Sabe colocarse en el lugar oportuno, combina cada vez mejor con sus compañeros y dentro del área es un cazador infalible que agudiza sus sentidos cada vez que huele la oportunidad de atacar a su presa. Saido ha dejado atrás el ruido de las armas de Burundi, y ahora deja que sea su potencia física y mental la que gestione su vida sin ataduras de ningún tipo. Su guerra está dentro del campo, ese ecosistema donde ha encontrado la manera de ser feliz. Hoy es el tercer máximo realizador, tras Diego Costa y Sergio Agüero.

Los 7 goles en 9 partidos en la presente campaña y sus 10 dianas con la selección Sub-21 le han valido la convocatoria de Roy Hodgson con la absoluta Paralelamente a sus actuaciones con los Baggies, Saido también ha ido progresando en las categorías inferiores inglesas. Con la sub-17, forma parte del equipo que logra alzarse, en 2010, con el Europeo Sub-17 que se disputa en Liechtenstein, donde comparte equipo con promesas como Ross Barkley o Josh McEachran, y deja en el camino a la Francia de Paul Pogba y Yaya Sanogo en semifinales y, en la final, a la España de los Paco Alcácer, Gerard Deulofeu, Jesé Rodríguez o Juan Bernat, entre otros.

Su progresión no se detiene, y en 2013 lo convocan para la Sub-21. En un partido ante Finlandia, en el que firma un doblete, Saido no puede contener la emoción y lo celebra enseñando una camiseta interior que reza un mensaje muy especial, en honor a su padre, fallecido durante la Guerra Civil de Burundi: "RIP Love U Dad" ("DEP Te quiero Papá"). Con la Sub-21 ha disputado 10 encuentros, en los que ha anotado 10 goles, cifras que no han pasado desapercibidas por el actual seleccionador absoluto, Roy Hodgson, quien el pasado 6 de noviembre lo llamó por primera vez para contar con él para el encuentro clasificatorio para la Euro 2020 ante Eslovenia en Wembley. El sueño de debutar con la absoluta queda cada vez más cerca. Sus límites, solo los pondrá el tiempo. El pequeño Saido se ha hecho mayor, y en los campos ingleses la gente ya centra sus miradas en este joven al que desde la megafonía de todos los estadios llaman Berahino.