Decía la mitología griega que las puertas del inframundo estaban protegidas por el perro de Hades, el Can Cerbero, una criatura de tres cabezas que hacía imposible atravesar ese pasaje desde cualquiera de los dos lados. El lenguaje futbolístico, en un intento de mitificar el noble deporte del balompié, adoptó esta leyenda para renombrar a los porteros, los encargados de proteger lo más valioso que tiene un equipo, como cancerberos.

La identificación del guardameta con el perro guardián de tres cabezas ha cobrado especial sentido en las últimas fechas de la mano del Newcastle United. En las últimas jornadas, las lesiones y los imprevistos han obligado a la escuadra de Tyneside a innovar y rotar en una posición en la que suele haber un ocupante inamovible con compañeros que hacen competencia bajo su sombra. Pero los magpies saben que tienen en la zona crítica a un trío de protectores que hace que la comparación con el mito griego tenga más sentido que nunca. Tres cabezas se unen para formar un todo inexpugnable que ha sacado de los peores momentos de agonía a los blanquinegros. Son Tim Krul, Rob Elliot y Jak Alnwick: el Cerbero particular del Newcastle.

Krul: el muro holandés

La portería del Newcastle United tiene un titular indiscutible: Tim Krul. Aunque lleva años rindiendo a gran nivel en uno de los clubes más exigentes de Inglaterra, probablemente la mayor parte de los aficionados le conociesen gracias al Mundial de Brasil de este año. En el partido de cuartos de final que enfrentó a su Holanda contra Costa Rica, Louis Van Gaal decidió tomar la inverosímil decisión de sacar a su segundo portero para la tanda de penaltis. Y así, Krul entró en escena ante los ojos de medio mundo. Gracias a dos intervenciones, se convirtió en el héroe holandés al que nadie esperaba.

Ese momento de gloria tiene detrás mucho trabajo como magpie. Con toda una vida profesional ligada al Newcastle (el club que le hizo debutar), Krul vive un momento de auténtico esplendor. A pesar del mal inicio de los urracas seguido del espectacular momento de forma actual, el holandés no ha sido nunca esta temporada señalado por su afición. Incluso en los peores momentos, parecía que si no era por él el vendaval se transformaría en tormenta. Seguro por arriba y tremendamente certero bajo palos, Krul ha salvado varios puntos en la presente campaña para los blanquinegros. Las ruedas de prensa en las que Alan Pardew alaba a su portero titular han pasado a ser una costumbre en el Newcastle.

Krul fue un elemento indispensable en la racha de seis victorias consecutivas que consiguió el Newcastle entre el 18 de octubre y el 22 de noviembre. A pesar de enfrentarse a rivales de peso como Manchester City, Liverpool o Tottenham Hotspur, el holandés sólo encajó un gol durante el 'sextete' de triunfos.

El guardameta tiene una lesión de tobillo que le ha privado de disputar las dos últimas jornadas de liga, y en el club las previsiones indican que podría estar todavía hasta cuatro semanas más de baja. Sin embargo, su ausencia ha abierto la puerta a dos compañeros llenos de talento.

Elliot: la retaguardia irlandesa

La Copa y la lesión de Krul han dado paso a Rob Elliot, el portero irlandés de 28 años que, desde el banquillo, ha demostrado toda su valía cuando ha podido pisar el verde. Fue primero la Capital One Cup la que hizo brillar al portero con dos retos de altura: los dieciseisavos de final contra el Crystal Palace y los octavos contra el vigente campeón, el Manchester City. Que los magpies estén en cuartos de final tiene mucho que ver con el rendimiento de Elliot.

Especialmente importante fue su actuación frente al Crystal Palace. En un partido loco que acabó en la prórroga gracias a un gol de Dummett (2-3), Elliot tuvo que aguantar las embestidas de unos eagles que aprovecharon la superioridad numérica que les dio la expulsión de Abeid. En unos minutos finales de infarto, tras el gol de Dummett el portero irlandés fue un muro. Su acción más destacada llegó al parar un cabezazo a bocajarro asemejándose más a un portero de balonmano que de fútbol.

La lesión de Krul le ha permitido jugar también en Premier League, aunque sus apariciones han coincidido con la ruptura de la racha del Newcastle. Una derrota (1-0 contra el West Ham) y un empate (1-1 contra el Burnley) hicieron que las dudas regresaran a Tyneside.

Elliot tuvo la mala fortuna de lesionarse en el muslo al realizar un saque de puerta en el choque frente al Chelsea, privándole de jugar toda la segunda parte contra los blues. Según palabras de Alan Pardew, se perderá unos seis o siete partidos, y los plazos indican que podrá regresar a mediados de enero.

Alnwick: de revelación a única opción

Ante la plaga de lesiones en la portería, un actor secundario del que no se pronosticaba ni siquiera su debut esta temporada tiene ante sí el gran reto de su corta carrera. Jak Alnwick, portero inglés de 21 años, procedente del filial del Newcastle y tercer guardameta del primer equipo, es actualmente el único activo sano para defender los palos de los urracas.

Foto: The Telegraph

No todo el mundo puede presumir de haber debutado en el máximo nivel enfrentándose al todopoderoso Chelsea, pero Alnwick aceptó el reto de bailar con la peor pareja posible mirándola a los ojos. Agarró al toro por los cuernos y se metió a St. James' Park en el bolsillo.

La victoria del Newcastle sobre el Chelsea (2-1) encumbró a un joven guardameta que brilló especialmente por su valentía a pesar del escenario. Con 21 años, dio una clase magistral de dominio del juego aéreo, saliendo a veces incluso con un ímpetu casi rebelde para despejar con sus puños el esférico. Sin embargo, el fútbol premió su valor. Hazard lo intentó, pero se topó con la madera, aliada para la ocasión con el debutante. Sólo Drogba fue capaz de batir a Alnwick con un cabezazo en el que la responsabilidad fue de la defensa y su pobre marcaje.

Ahora Alnwick debe dar el salto a la madurez de forma inmediata. Los acontecimientos se han precipitado hasta dejarle como única opción de Pardew para defender la portería blanquinegra. Y sin embargo, en Tyneside no hay miedo a ello después de lo visto frente al Chelsea. Nadie sabía que el Can Cerbero del Newcastle tenía una tercera cabeza, pero Alnwick se ha encargado de reivindicarse con sus actos. Es su momento: ahora o nunca.