El azar, en ocasiones, es complicado de entender. Una temporada resumida en menos de un minuto, en una mala decisión y una mala ejecución. O todo lo contrario, si es el momento en el que la diosa fortuna ha elegido sonreírte, tocarte con la mano y llevarte a un éxito por el que se lleva luchando desde el inicio de la temporada.

"No os engañan vuestros ojos. Verdaderamente estáis viendo este final", gritaba fuera de sí el narrador de Sky Sports que retransmitía el partido en directo. Minuto 96 de la prórroga de hace dos temporadas, en las semifinales para dilucidar el último equipo que ascendería. El Leicester gozaba de un penalti más que dudoso que detuvo por dos veces Manuel Almunia. El árbitro dejó continuar la jugada, el Watford inició una contra y Forestieri le puso el balón a Troy Deeney, para que éste fusilase el arco de los zorros.

Explosión de júbilo, de incredulidad y de emociones. Parecía que el ascenso estaba consumado, que la promoción en Wembley solo era un trámite tras el impulso de moral de las semifinales, pero de nuevo un penalti se cruzó en el camino del Watford, aunque en este caso, el Crystal Palace y Kevin Phillips sí acertaron, y en la prórroga apearon a un equipo que no entraba en las apuestas.

Del cariño al odio, pasando por la apatía para terminar enamorados

La ocasión era pintiparada, y la habían perdido. El otro gran favorito que dejaron por el camino, el Leicester, consiguió de forma directa ascender en la siguiente temporada. Pero no el Watford, que se quedó por el camino. Un anodino 13º puesto les sirvió para darse un baño de realidad tras lo sucedido en el año anterior, y coger fuerzas para el siguiente.

El Watford, a falta de una jornada, es líder en Championship y matemáticamente nuevo equipo de la Premier

Ya con Zola camino de la Serie A, y con Jokanović en el banquillo, el cuadro de Hertfordshire ha utilizado el impulso de caer abajo en la tabla para crecer de forma exponencial. De la mano de un imperial Forestieri, y con refuerzos del calibre de Marco Motta, Heurelho Gomes o los Vydra o Ighalo, el objetivo principal se ha conseguido y con nota.

El Watford es matemáticamente nuevo equipo de la Premier League. Como primeros, a falta de un encuentro por disputarse, los de Slaviša Jokanović formarán parte de la primera liga inglesa, consumando un año de éxitos que celebraron subidos a un tren.

Y es que The Hornets vivieron su gran noticia de vuelta de su partido. Ellos habían cumplido ganando 0-2 al Brighton, pero dependían de las actuaciones de Middlesbrough y Norwich, que jugaba al Rotherham United. Los segundos empataron a uno, mientras que los de Karanka cayeron por 4-3 en Craven Cottage ante el Fulham, haciendo saltar las calculadoras.

El pitido final del colegiado desató el jolgoio en el tren. Los hinchas del Watford disfrutarían de su equipo en la Premier por primera vez en ocho años. Del éxtasis a la decepción, pasando por la medianía para terminar desatando la alegría en mitad del pasillo de un tren abarrotado, mientras que los allí presentes se procuraban una buena toma de video del momento.

La influencia de los Pozzo, determinante

La familia Pozzo es propietaria de varios clubes como el Udinese (matriz), Granada o Watford

La presencia en el equipo del 'otro Messi' ha sido determinante. Y es que Fernando 'Fessi' Forestieri se ha hecho un hueco en el corazón de los seguidores del Watford. El argentino, también de Rosario como la Pulga, comparte con el del Barcelona su tamaño, formas y maneras, pero les separa todo un canal de virtudes que hacen que uno luche por el ascenso, y otro por ser el mejor del mundo.

En el caso de Forestieri, con pasado en el fútbol español (jugó en el Málaga) y que llegó al Watford traspasado desde el Udinese, es un ejemplo más de la buena gestión de la familia Pozzo en las grandes Ligas. Llevaron al Granada en apenas dos años de Segunda B a Primera División. Han puesto en el panorama continental al Udinese, dándole al fútbol italiano a grandes nombres como los de Alexis Sánchez, Antonio Candreva o el mismo Antonio Di Natale, máximo exponente del cuadro de Údine.

Al Watford llegaron a préstamo para esta temporada Ighalo, Abdi, Angella, Ekstrand, retornó Vydra, y se unieron Anya y Pudil, del Granada, para conformar una plantilla redondeada por los que ya estaban, para optar al éxito consumado. El trío se convierte en una realidad para los Pozzo. Su inversión fructifica, y por fin verán a los suyos en lo más alto del fútbol inglés. Luchando, eso si, por no retornar al punto de partida.