Héroes. No para el deporte, puesto que poco o nada le importará a un aficionado neutral que el 25 de mayo de 2005 el Liverpool remontase al AC Milán una final para la historia de la Champions League. Héroes para todo aquel aficionado de una entidad que poco acostumbra a dar alegrías a sus aficionados en el último siglo pero que, sin embargo, quiso dar a los suyos la mayor de todas ellas.

Con la marcha de Steven Gerrard dice adiós el último hombre que quedaba de aquella final en Estambul. Pero, ¿quiénes eran el resto de hombres que acompañaron al capitán en su andadura hacia la gloria europea?

Jerzy Dudek

(Foto: UEFA)

Quién le iba a decir al guardameta polaco que tendría un lugar privilegiado en la historia de la Champions League. Su mágica actuación en el partido y en la posterior tanda de penaltis siendo 'más listo que el diablo' hicieron que Jerzy se coronase por todo lo alto, salvando el lanzamiento decisivo de Shevchenko, uno de los mejores delanteros de los últimos quince años. Pirlo, otro jugador que todo el mundo conoce, también sucumbió ante él.

Tras su momento de gloria, su papel en el fútbol se vio muy reducido en cuanto a partidos disputados. En 2007 fichó por el Real Madrid, club en el que estuvo cuatro temporadas, disputando un total de 12 partidos y ganando tres títulos para, posteriormente, colgar definitivamente las botas en mayo de 2011.

Steve Finnan

(Foto: UEFA)

El irlandés ocupaba la demarcación de lateral derecho en el conjunto de Benitez. Su actuación en la final no fue la más acertada, como la de ningún defensor de la entidad en la primera parte. Fue cambiado en el descanso por el gigante Dietmar Hamann en uno de esos cambios tan atípicos del entrenador español buscando un cambio de rumbo a un partido que parecía perdido, pero que como la historia demostró, no lo estuvo.

Su carrera deportiva en el Liverpool se alargó hasta 2008 siendo un activo importante del club. Finalmente se marchó al RCD Espanyol y posteriormente al Portsmouth para retirarse allí en la temporada 2009-2010.

Sami Hyypiä

(Foto: Goal)

Cuando el 'pequeño' finlandés tocaba el balón, nadie veía en él a Paolo Maldini; sin embargo cada vez que se jugaba un balón por alto, nadie lo quería ver frente a él. Sami Hyypiä colaboró a la remontada a base de sacrificio defensivo y arriesgar en los momentos decisivos. Disputó los 120 minutos del encuentro, pero no participó en la tanda de penaltis.

Tras más de diez años al servicio de los reds, Sami se marchó al Leverkursen, donde en 2011 se retiraría como jugador e iniciaría su carrera como entrenador, dirigiendo el club durante dos temporadas. Lo fichó el Brighton & Hove Albion de la Championship inglesa para intentar el ascenso a la Premier, pero no dio resultado y rompieron su vinculación, por lo que actualmente está libre.

Jamie Carragher

(Foto: LFC photo)

723 partidos y 16 años. El único adjetivo capaz de describir al central inglés es el de hombre de honor, hombre fiel a un club al que mostró respeto en cada uno de sus partidos disputados. Seriedad defensiva y mano dura, al igual que su compañero Hyypiä.

Con una primera parte para olvidar, su figura en el centro de la defensa tomo mayor importancia en una segunda mitad mucho más acertada en sus intervenciones, mostrando una seguridad pocas veces vista en la zaga defensiva del club los últimos años. Fue, como es obvio, el mejor trofeo en sus vitrinas, y es que Jamie se retiró del Liverpool en 2013 sin obtener una Premier League, un trofeo que el club a día de hoy aún desconoce.

Djimi Traoré

(Foto: UEFA)

Un trotamundos en estado puro. Ocho clubs han contado con el extraño lateral de más de 1'90 de estatura en sus filas. El Liverpool lo hizo en dos ocasiones, siendo cedido al Lens previamente. En aquella final, fue la sorpresa de Rafa Benítez. Empleando una táctica chapada a la antigua, el entrenador dió salida a Traoré junto con Riise.

La actuación defensiva del nacido en Mali y nacionalizado francés no fue estelar, sin embargo su presencia no fue cuestionada durante el encuentro, cerrando a la perfección las subidas de Riise en la segunda mitad y aportando la seguridad necesaria en momentos trascendentales. Tras dejar Merseyside, Traoré pasó por Charlton, Portsmouth, Mónaco y Marsella hasta desembarcar en su emplazamiento actual: el Seattle Sounders, de la MLS.

Xabi Alonso

(Foto: UEFA)

Un hombre del que todo jugador red ha hablado maravillas a lo largo de los últimos años, en especial Steven Gerrard, que siempre le guardó un cariño especial. Este mediocentro tolosarra vivió un momento muy dulce al anotar el empate a tres tras fallar un penalti y marcar el rechace.

Sería su gol el que cerrase el marcador hasta el comienzo de la tanda de penaltis, en la que no lanzó. Tras cinco años vistiendo con honor la camiseta del Liverpool, Xabi Alonso firmó por el Real Madrid y posteriormente con el Bayern de Munich. A día de hoy no ha pasado por el club inglés un jugador que pueda hacer olvidar a este mediocentro en cuanto a visión de juego y entrega dentro del terreno de juego.

Luis García

(Foto: Goal)

Mientras que Carragher entregó sus servicios al Liverpool durante más de 16 años, el caso de Luis García era el opuesto. Hasta 14 clubs han contado con los servicios del jugador de banda español, sin embargo fue el Liverpool el único capaz de retenerlo en sus filas más de tres temporadas.

Mientras Luis perteneció al club inglés, fue un jugador fundamental para el club, siendo a día de hoy uno de los más queridos por los aficionados reds, que todavía guardan un gran recuerdo de sus actuaciones. Pese a que su actuación en la final no fue decisiva, se mantuvo firme en sus intenciones los 120 minutos del encuentro en cuanto a actividad ofensiva llegando por banda, causando dolores de cabeza a Paolo Maldini, su par defensivo. Marcó el decisivo gol en la semifinal ante el Chelsea que daría el pase a Estambul. Actualmente su equipo es el Atlético de Kolkata, en La India.

John Arne Riise

(Foto: LFC photo)

Siete años y más de 20 goles a sus espaldas. Aguerrido lateral capaz de tapar sus carencias futbolísticas con trabajo y mucho juego táctico, incluyendo en su repertorio una zurda extremadamente potente y precisa que hizo mucho daño en las islas británicas.

El autor intelectual del gol de Steven Gerrard sería él, con un gran balón colgado al área donde el capitán se impondría por alto para dar esperanzas a un club que las necesitaba más que nunca. Pese a ser lateral izquierdo, el defensor participó como centrocampista en esta final. En este partido, Riise falló un penalti en la tanda de lanzamientos.

El noruego se marcharía a la Roma para posteriormente volver a Inglaterra de la mano del Fulham, donde no anotaría pese a disputar más de 100 partidos con la entidad londinensa. Actualmente milita en las filas del APOEL.

Harry Kewell

(Foto: Goal)

Tristes 26 minutos los que pudo disputar el internacional y leyenda australiana hasta lesionarse y tener que ser sustituído por Smicer. El mediapunta apenas pudo aportar nada a su equipo, pero su aportación durante toda la temporada le valió para ser titular en el encuentro decisivo del curso.

A día de hoy, Harry Kewell es el único jugador australiano de toda la historia en disponer en su palmarés de dicho título. Sin embargo, Harry ha sido un jugador que siempre se ha caracterizado por su debilidad física, padeció multitud de lesiones musculares que lo apartaron de los terrenos de juego en buena parte de su trayectoria profesional. Tras ocho años de carrera en Leeds, fue traspasado al Liverpool, donde en cinco años logró obtener una pírrica cifra de diez goles en más de 80 partidos con el club. De ahí se fue al Galatasaray para finalmente volver a ser profeta en su tierra, Australia, en la última fase de su carrera: jugó para los dos equipos de Melbourne (Victory y Heart), con un breve paso intercalado por el Al-Gharafa de la liga qatarí. A principios de 2014 anunció oficialmente su retirada.

Milan Baros

(Foto: Propaganda)

El punta checoslovaco no tuvo muchos años de grandeza en el fútbol, pero su etapa dorada transcurriría entre el 2004 y el 2006. Una gran Eurocopa lo catapultaría a firmar por el Liverpool, donde partiría en el once inicial de la final de la Champions League.

Su aportación aquel día quedó en entredicho, y es que el batallador ariete estuvo muy solo durante gran parte del encuentro, siendo incapaz de anotar o colaborar en los goles de su equipo. Única referencia fija en punta, tuvo que vérselas contra la mejor defensa que recuerda la época. Finalmente, Milan sería sustituído por Cissé en el minuto 85 del encuentro.

En su trayectoria como jugador del Liverpool consiguió superar los 25 goles en más de 100 partidos jugados, cifras que por aquel entonces no parecían ser tan malas como podrían llegar a serlo ahora, aunque superen por mucho a las cifras goleadoras de los actuales delanteros de la entidad. Estuvo en seis clubs más antes de llegar al que aún pertenece, el Antalyaspor turco.

Los recambios

(Foto: UEFA)

El primer hombre en entrar al terreno de juego sería Vladimir Smicer, que sustituiría al lesionado Kewell en el minuto 26 de la primera parte. Un futbolista siempre tachado por su falta de talento que viviría su gran noche al hacer lo que parecía imposible, anotar un gol desde fuera del área. Por si fuera poco, se animó a lanzar y anotar uno de los penaltis de la tanda. Este sería además su último partido con el club antes de firmar por el Girondins de Burdeos y terminar su carrera donde la empezó: en el Slavia de Praga, en 2009.

(Foto: UEFA)

El segundo en saltar del banquillo sería el aleman Dietmar Hamann. Siete años en el club inglés parecen mérito suficiente para un hombre no muy talentoso que llegó a participar con la selección alemana en el Mundial del 2002, siendo subcampeón. El gigante europeo cuajó una buena actuación desde su salida al campo, aportando solided en el centro del campo y permitiendo a Xabi Alonso y Steven Gerrard adelantar ligeramente su posición. Fue uno de esos cambios tan extraños de Rafa Benítez que, sin embargo, mostró un gran resultado. Sería el encargado de lanzar -y anotar- el primer penalti de la tanda para el Liverpool.

(Foto: AFP)

El último en salir a jugar sería el siempre original Djibril Cissé. Mundialmente conocido por sus peinados, el delantero francés sufrió una terrible lesión a principios de temporada que le apartó de los terrenos de juego. Sin embargo el bueno de Cissé quería marcha, y es por eso que apareció milagrosamente en la Champions de nuevo, dispuesto a jugar la final. Dejó su marca en el trofeo al anotar en la tanda de penaltis con un lanzamiento que engañó a Dida. Actualmente milita en el Bastia, tras haber dejado atrás siete equipos después del Liverpool.

Sin embargo, ¿no faltan aún dos personas en esta lista?

El héroe

(Foto: UEFA)

Un número 8 que jamás volverá a lucir igual en Anfield. Una camiseta que se queda ya huérfana y un estadio que añora a su último héroe, al mejor de todos ellos. Dijo hace unas semanas Steven Gerrard adiós a su equipo del alma dejando consigo un trozo de su corazón, pero dejó algo más para la historia.

Lo que el capitán dejó es la mejor remontada que ha vivido jamás la Champions League, un hombre entregado antes de comenzar la segunda mitad en el centro del campo a sus compañeros, reuniéndolos a todos y gritando a cada uno de ellos. Sin saber qué palabras dijo el inglés, el partido vivió un cambio único. Aparecería convertido en el mejor Robbie Fowler para anotar con un gran cabezazo ante la defensa del Milán, que confiaba en no sufrir mucho más durante el partido.

Pero el capitán tendría tiempo para más. Si primero emuló a Fowler, minutos después se convertiría en el más listo de la clase, siendo esta vez la mejor versión de Ian Rush para colarse entre los defensores y provocar un penalti claro que Xabi Alonso se encargaría de convertir. No le tocaría lanzar la pena máxima en la tanda, ya que Dudek no dió opción a ello.

El arquitecto

(Foto: LPC photo)

Tras un gran equipo, existe un gran entrenador. Rafael Benítez consiguió hacer reina del baile a la chica menos popular del instituto. Sin grandes detalles ni muchas sutilezas, empleándose con dureza y luchando con entrega cada balón. Las señas de identidad de un Liverpool que aparentemente, nada tenía que hacer ante el todopoderoso AC Milán. Aquel partido hizo grande al hombre serio, ese que jamás, hasta ese día, había visto el mundo sonreir.

Tuvo motivos de sobra para hacer Benítez, un hombre criticado por su falta de humanidad, pero nunca por su rigor táctico. Su esencia llevó al equipo a alcanzar un trofeo que sigue estando muy presente en la memoria de todos los aficionados del Liverpool, y del fútbol en general.

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Sobre el autor
Daniel Martin
Encargado sección boxeo, colaborador en F1. Viajante gracias al noble arte.