En la tarde del domingo se ha disputado la sexta jornada de la fase de grupos clasificatoria para la Eurocopa 2016, que se jugará en Francia. En el grupo E se enfrentaron el líder destacado del grupo con 15 puntos, Inglaterra, y la segunda y sorprendente selección de Eslovenia, empatada a nueve puntos con la tercera, Suiza. Eslovenia actuaría como local, en el Stadion Stozice de la ciudad de Ljubjlana, y vestiría de blanco, por lo que Inglaterra pasaría a usar su segunda equipación, de color rojo.

Roy Hodgson formó con un 11 inicial eminentemente técnico, decidido a dominar el partido desde el primer minuto y ser incisivo y determinante arriba. Un dibujo de 4-3-3 con dos interiores y sin media punta central.

Inglaterra - Football tactics and formations

Por su parte, el técnico esloveno Srecko Katanec, inició con un tradicional 4-2-3-1 ordenado, dejando el ingenio ofensivo a la mano de los talentosos medias puntas Kampl e Illicic y la pegada a la efectividad del máximo goleador del combinado, con cinco tantos, Novakovic.

Eslovenia - Football tactics and formations

Desde el minuto uno, los planes de ambos seleccionadores se vieron perfectamente reflejados, asimilándose a la previsión. En posesión, Inglaterra trato de hacer llegar el balón a sus tres hombres de arriba mediante el pase a ras de césped, alternando en contadas ocasiones los envíos en largo para las rupturas de Rooney o, principalmente, del lateral izquierdo Kieran Gibbs.

Wilshere fue el jugador que formó inicialmente en la posición de '5' clásico, lo que le convertía, a priori, en el encargado de sacar el balón y hacerlo fluir. Pero nada más lejos de la realidad: el bueno de Jack se sintió desubicado, quizá en una posición demasiado retrasada a la de su zona de influencia; dejándose finalmente la salida de balón tanto a los centrales, Gary Cahill y mayoritariamente Chris Smalling, como al interior derecho Henderson, quien bajó a menudo a recibir y elaborar. Todo el peso del ataque inglés recayó en la banda izquierda, estando en ella los dos mejores jugadores de la primera mitad: el lateral izquierdo Gibbs y el mediapunta de banda sinistra, Raheem Sterling.

Durante todo el dominio británico, la salida de balón siguió la derrota Smalling-Gibbs-Delph, o sea, la banda izquierda. Sterling influyó más abandonando su banda e introduciéndose al interior para aliarse con el delantero centro, Wayne Rooney, quien en multitud de ocasiones, principalmente en jugadas fluidas, retrasó su posición para situarse de media punta central -puesto sin ocupante claro en el sistema- y asistir a Sterling, quien percutía por dentro en desmarques en ruptura entre lateral y central.

Así llegaron las primeras ocasiones inglesas, dos de ellas muy claras, finalizadas por Sterling con un disparo de vaselina que se fue por poco y con un tiro cruzado desde la frontal tras pase interior de Rooney que salió cercano al palo derecho. El dominio y las ocasiones de los primeros cuarenta y cinco minutos fueron ingleses, sumándose a las dos ocasiones antedichas otras dos. La más peligrosa de Wayne Rooney desde la izquierda, que únicamente la gran estirada del guardameta Handanovic evitó que se convirtiera en el primero de los goles. Después, un tiro lejano del extremo derecho Townsend, que blocó el portero sin mayores problemas.

En defensa, la selección inglesa jugó con la línea de retaguardia muy adelantada en posesión, para cortar las posibles contras rivales, mostrándose contundente y sin vacilación la pareja de centrales ante los balones largos eslovenos. Repliegue intensivo tras pérdida de balón de los tres del ataque, y una presión a mitad de campo fueron las dos señas de la táctica defensiva de Roy Hogdson. Eslovenia centró su estrategia en organizarse ordenadamente, cerrar líneas atrás, presionar en mitad de su campo y tras recuperar el balón intentar enviarlo con la mayor velocidad a sus dos estrellas, Kampl e Ilicic, para que estos, en transición rápida, lograran conectar con el goleador.

El rigor defensivo salió a las mil maravillas, concediéndose pocas oportunidades. El lateral derecho, Brecko, fue quien más sufrió en la primera mitad, viéndose superado en todo momento por el trío Gibbs-Delph-Sterling, pero estuvo bien respaldado tanto por la pareja de medios centros como de centrales. Al ser dominados por los británicos, Eslovenia en ataque no pudo brillar, estando los primeros treinta minutos prácticamente desaparecidos en esta faceta. Mediado el primer tiempo, Ilicic, la estrella local, abandonó por momentos la banda derecha y decidió centrarse, ayudando en la transición de balón y colocándose, aparentemente por decisión propia, ya que Kampl seguía situado como media punta central, como enganche entre líneas.

(Foto:Goal.com)

Fuera decisión suya o de su entrenador, el resultado fue que en el minuto 37 el equipo esloveno robó el esférico cerca de su área ante el ataque combinativo de Inglaterra, fue a parar rápidamente a Ilicic en la zona central del campo, Novakovic trazó un perfecto desmarque de ruptura entre la pareja de centrales muy adelantada, y el gran mediapunta esloveno colocó un precioso pase interior a la espalda de la defensa, plantándose solo con el balón Novakovic ante Joe Hart para batirle raso al palo opuesto al de su salida, convirtiendo el 1-0 en la única ocasión local de toda la primera parte.

Tras esto, Inglaterra no varió el plan, pero se notó algo de precipitación en los cinco minutos finales, llegándose al final con dicho resultado y sin ninguna ocasión más. El balance de la primera mitad (1-0) implicó un juego de toque inglés contra fútbol de contragolpe esloveno. Era -hasta el momento- un partido de guante blanco, con la deportividad reflejada en la ausencia de entradas duras y de tarjetas. Inglaterra produjo cuatro ocasiones y ningún gol. Sterling y Gibbs fueron los mejores, pero se vio a Wilshere desubicado en funciones y en su puesto, así como a Jones completamente inoperante. Eslovenia dispuso, por su parte, de una ocasión y un gol, siendo Ilicic y Handanovic los mejores y estando Kampl desacertado y Kirm desaparecido.

(Foto:depor.pe)

Ante el 1-0, Roy Hogdson no tardó en reaccionar en el descanso. Inglaterra saltó al terreno de juego en la segunda parte con el cambo de una sola pieza, pero con una general variación de la idea. El inutilizado lateral derecho reconvertido, Jones, se quedó en el banquillo y entró en su lugar el exquisito mediapunta del Liverpool, Adam Lallana. La variante se resolvió con la colocación de Henderson como '2' y de Lallana como enganche, tras Rooney, que continuó como delantero centro.

Inglaterra saltó al terreno de juego en la segunda parte con el cambo de una sola pieza, pero con una general variación de la idea.

La genialidad de Hodgson pretendía ser que, en la salida de balón, Wilshere quedara más liberado, centrando su posición Henderson, eliminando un inutilizado defensor y sumando en ataque y generación de juego un futbolista -en la figura de Lallana- que uniera las líneas del centro del campo y la vanguardia. En definitiva, poblar más la mitad de campo, liberar a Wilshere de sus funciones tan retrasadas y usar una nueva vía de conexión con el tridente de ataque. El resultado final daría la razón al míster.

Inglaterra comenzó con una presión más elevada, en cuanto a intensidad y localización en el césped. El juego dejó de recaer exclusivamente en la izquierda y se compensó en ambas zonas del campo, participando más Townsend que en el inicio. Sterling, Townsend y Lallana tuvieron libertad para culminar muchas más individualidades, potenciando así las principales virtudes de los dos primeros.

Los resultados de la gestión no se hicieron esperar. Corría el minuto 56 cuando Sterling y Lallana intentaron inventar dentro del área eslovena, generando el nerviosismo en la defensa rival y propiciando que el balón quedara rechazado en la frontal de área. Wilshere, llegando desde atrás, colocaría el esférico en la escuadra derecha de la meta de Handanovic con un disparo exquisito con el empeine-interior de su pierna dominante, la zurda. Era el 1-1 y el ritmo seguía aumentando, el partido no haría más que mejorar para el espectador.

Inglaterra no bajó la intensidad ni varió la idea. Así, en el minuto 57, Rooney aprovechó un rechace de una de las precitadas individualidades y envío el balón a escasos centímetros del larguero, desde dentro del área. Un minuto después, Sterling volvió a hacer la guerra por su cuenta, regató dentro del área y sirvió un pase de la muerte a Rooney quien, con la zurda y ya sin portero bajo el arco, envió por segunda vez el balón alto.

Incomprensiblemente, a juzgar por el pensamiento de Ilicic tras anunciarse el cambio, este, el mejor futbolista esloveno sobre el campo, fue sustituido en el minuto 59, dejando su puesto a un jugador que ocuparía la misma zona, Birsa. El partido siguió siendo dominado por el conjunto británico, y Katanec decidió pasar al plan B. En el minuto 71, el extremo izquierdo Krim, que prácticamente seguía sin aportar nada al juego, dejó su lugar al delantero centro de potencia Pecnik, quien pasaría a formar una dupla de ataque con Novakovic, transformando el esquema en un 4-4-2, sin extremo fijo en banda zurda, la cual sería ocupada por Kampl. Con la variación Katanec buscó aumentar la presión arriba y potenciar el juego directo, la lucha aérea y las segundas jugadas.

Pero los planes se le torcerían solo un minuto después, ya que, nuevamente, las ideas de Roy Hogdson se trazaron a las mil maravillas. En el minuto 72, la defensa inglesa robó un balón en su área y salió jugándola con rapidez hacia el lateral derecho, donde se encontraba Henderson. Este se encargó de sacar la pelota en transición, dando un pase medio-largo a ras de suelo a su compañero Lallana, quien, con un excelente taconazo al primer toque, dejaría el balón franco en la frontal del área rival para que una nueva incorporación de Wilshere, esta vez en contragolpe, acabara en gol de un fuerte disparo de empeine zurdo que entró por el mismo ángulo que el primero. Inglaterra se adelantaba y Hogdson sonreía. 1-2 en el marcador y aún todo por decidirse.

A ambos técnicos les tocaba mover ficha, ya que el resultado lo demandaba. El seleccionador inglés, sabedor de que la presión de Eslovenia debería ser más adelantada a fin de intentar empatar el encuentro, decidió, justo después del 1-2, retirar del campo a un cansado y desacertado Townsend para dar aire al contragolpe de su equipo, introduciendo al peligrosísimo en verticalidad Walcott. Katanec, efectivamente, exigió una marcha más a los suyos, pidiéndole que sacaran energía de donde ya casi no existía, tanto por su mermado físico como por el golpe psicológico de la remontada rival. En el 78, Lazarevic sustituiría a Kurtic, intentándose con ello introducir más físico en la zona centro para destruir con prontitud las jugadas inglesas. Los quince últimos minutos convirtieron el partido en un ida y vuelta constante, alternándose el empuje local con los intentos de contraataque ingleses. Este intercambio de golpes no favorecía, en principio, a los de Hogdson, quienes tenían el partido en su mano.

Los quince últimos minutos convirtieron el partido en un ida y vuelta constante, alternándose el empuje local con los intentos de contraataque ingleses.

La valentía de Eslovenia tuvo su recompensa, aunque momentánea, a tres minutos del final del tiempo reglamentario. En el 87, Kampl recibió un balón en la zona de media punta, abrió bien a banda zurda para que se produjera un centro preciso al área pequeña inglesa y el corpulento Pecnik aprovechara su superioridad física para elevarse sobre su marca, el endeble lateral Gibbs, y conectar un testarazo que acabaría en el fondo de las mallas, ante la estirada inútil de Hart. 2-2, el público enfervorecido y la historia repetida: segunda ocasión de gol clara de los locales y segundo tanto.

Roy Hogdson no bajó los brazos y, por tercera vez, la jugada planeada le salió bien. Un minuto después del gol, cambió a Delph por el lateral derecho Clyne, situando nuevamente a Henderson en el centro del campo. La jugada que siguió a la sustitución fue culminada con el definitivo 2-3, y nuevamente entre los protagonistas se encontró uno de los implicados en la variación táctica. Hogdson parecía leer el futuro.

En el minuto 85, Henderson recibió en la zona de interior derecho, en su mitad de campo, levantó la cabeza y vio, a metros, el espacio entre el lateral izquierdo rival y el central de la misma zona, donde pretendía colarse Walcott. Metió un pase interior potente de larga distancia, a ras de césped, y por milímetros llegó a cortar el lateral; pero el balón no quedó dominado, sino que favoreció a Wayne Rooney, quien, liberado por el efecto de que su central marcador, basculó a la izquierda para cerrar el posible envío de Henderson y aprovechó para finalizar la jugada con maestría, sin ponerse nervioso, ajustando el esférico al palo derecho del meta esloveno. Sería el 2-3 final que daría la victoria a la selección inglesa.

(Foto:BBC)

Con esta victoria, Inglaterra poco menos que certifica su clasificación para la Eurocopa de Francia 2016 como primera de grupo, al haber vencido en los dos duelos contra Eslovenia y colocarse con 18 puntos como primera destacada de grupo, doblando en número al rival de hoy. Hay días en que la táctica es fundamental en el fútbol, la toma de decisiones acertadas pueden decantar un encuentro, y hoy, tanto detractores como admiradores, deben aceptar con objetividad que el tantas veces criticado Roy Hogdson ha dado en la tecla en cada uno de sus pasos durante los 90 minutos.

El balance final del duelo implica un dominio total de Inglaterra y una merecida victoria por 2-3. Los jugadores del partido fueron Lallana por su gran segunda mitad y Wilshere por los dos tantos y su evolución en influencia.