Inglaterra regresó al camino correcto en su campaña por lograr el título europeo sub-21 en el Ander Stadium de Olomouc, República Checa, al derrotar a Suecia por la mínima diferencia gracias a un gol del sustituto Jesse Lingard en los minutos finales.

Sabedores de que los tres puntos en juego eran obligatorios para el sueño de trascender en el campeonato, los ingleses se lanzaron al frente en busca del gol.

Leones feroces, vikingos cautelosos

Desde el silbatazo inicial del español Javier Estrada, sabedores de que los tres puntos en juego eran obligatorios para el sueño de trascender en el campeonato, los ingleses se lanzaron al frente en busca del gol que les fue esquivo contra Portugal. Tan pronto se hicieron con la esférica, los dirigidos por Gareth Southgate hicieron gala de la posesión que mostraron contra los lusos; los minutos iniciales se jugaron en terreno sueco, la principal arma inglesa fueron los desbordes por ambos costados para buscar a Kane con centros al área. Fue así que, apenas al minuto tres, Luke Garbutt casi abrió el marcador con un centro que terminó pasando muy cerca del arco escandinavo.

Los suecos, conocedores de la necesidad inglesa de ir al frente, se refugiaban en su cancha, a la espera de encontrar un contragolpe que les permitiera abrir el marcador. Fue tras la ocasión de Garbutt que se animaron a presionar la salida de los ingleses que, aunque seguían controlando el flujo del balón, tenían problemas para llegar al arco de Carlgren. La presión sueca metía a los ingleses en su territorio, donde intentaban reconstruir avances con pases hacia atrás que terminaban por llegar hasta Butland que, deficiente con el balón en los pies, estuvo cerca de regalar la esférica a sus adversarios en zona de seguridad en un par de ocasiones.

Kane y Baffo disputan el balón durante el encuentro. (Foto: UEFA)

Fue hasta el minuto 13 que Suecia ganó su primer tiró de esquina. Ya con la posesión de balón nivelada, los de amarillo se animaron al frente con centros que no le dieron problemas a Butland. Inglaterra respondió de inmediato con una pelota filtrada para Kane que exigió la salida de Carlgren para rechazar. Para entonces, el atacante de los spurs ya era el hombre más peligroso del campo, buscó entrar al área con balón dominado pero fue desarmado por la zaga sueca y se animó a disparar de larga distanca, estrellando el balón en un defensa.

Llegó el ecuador de la primera parte y los suecos recuperaron el aliento. Khalili se animó a disparar aunque su envío se fue desviado y Tibbling logró el primer disparo a puerta para su equipo al minuto 23, el mediocampista controló con el pecho un centro desde la banda derecha y le pegó de aire para forzar la atajada de Butland.

Para entonces, Suecia lucía mejor y metió al cuadro de Southgate en su mitad del campo, pero las mejores ocasiones seguían siendo para los leones. Se jugaba media hora de partido cuando llegó la oportuidad más peligrosa hasta entonces: Jenkinson desbordó por derecha y metió un centro a segundo palo que Kane remató apenas desviado del arco escandinavo, el grito de gol se ahogó en las gargantas inglesas presentes en el estadio.

Un minuto después llegó la primera falta de un partido que resultó bastante limpio y fluido. Inglaterra seguía presionado y encontró otra buena oportunidad en las botas de Hughes, que recibió el balón en el área y disparó ante la barrida de Helander para desviar a córner. Los suecos no se quedaron con los brazos cruzados, intentaron con centros de Khalili con pelotazos que lograron encerrar a los de blanco en su área por momentos, aunque sin verdadera sensación de peligro.

Así se fue la primera mitad, todavía, en los minutos finales, Pritchard intentó alguna jugada individual para entrar al área sueca pero su esfuerzo fue inútil y la zaga apareció para mandar el balón por la lateral. Kane tuvo un tiro libre desde fuera del área pero no fue efectivo y Carlgren se quedó con la pelota. Suecia intentó mediante su hombre más peligroso, Tibbling, que mostró variantes por el centro y la banda izquierda, y mediante un disparo de Guidetti y un cabezazo de Thelin, ambos controlados por Butland. Estrada Fernández hizo sonar su silbato y terminó el primer tiempo con una abrumadora superioridad inglesa de 62% contra 38% en la posesión de balón.

Misma tónica, distinto desenlace

Para la segunda parte, Southgate metió a Ings en lugar de Hughes y modificó de un 4-3-2-1 a un 4-4-2. La idea era anotar a cualquier costo y la modificación probó ser correcta al dar más libertad a Kane que pudo salir del área para recibir más balones y crear más peligro.

El propio Kane, en los minutos iniciales del complemento, se internó al área entre dos defensas y mandó un centro raso que la zaga sueca rechazó a tiro de esquina. La movilidad que ganó Kane con la sustitución al entretiempo empezaba a rendir frutos. Inglaterra se mantuvo tirada al frente, aunque menos revolucionada, elaboraba más y mejor las jugadas en lugar de intentar llegar al arco adversario en tres toques.

Ings lamenta una ocasión desperdiciada. (Foto: UEFA)

Kane tuvo otra oportunidad al disparar por arriba del arco sueco, los ingleses eran amos y señores del balón. Fue hasta el minuto 51 que Suecia pusó el balón en el área inglesa, un pelotazo que Butland rechazó sin problemas. Un minuto después, Pritchard sufrió una lesión al comandar un contragolpe en mitad de terreno; el mediocampista, incapaz de continuar en la cancha, fue remplazado por Jesse Lingard al minuto 55.

Los suecos se derrumbaron en el complemento, incapaces de crear futbol y salir de su campo con pelota controlada, recurrieron a pelotazos sin idea para recuperar el aliento ante la presión de los británicos. Como consecuencia, Tibbling, el mejor escandinavo de la primera mitad, pasó de noche en los segundos 45 minutos y Butland tuvo momentos de absoluta tranquilidad. Y es que los dirigidos por Hakan Ericson no lograban generar peligro, por momentos despertaban y nivelaban la posesión, llegaban más a territorio inglés pero carecieron durante los 90 minutos de claridad en sus ideas y de creatividad.

Southgate metió a Ings en lugar de Hughes y modificó de un 4-3-2-1 a un 4-4-2. La idea era anotar a cualquier costo y la modificación probó ser correcta al dar más libertad a Kane

Inglaterra, por su parte, empezaba a desesperar ante la falta de gol. Hasta el 65' llegó la mejor ocasión británica del segundo tiempo: Jenkinson pasó para Kane en el área, el de Tottenham no logró dar la vuelta para disparar y le regresó el balón a Jenkinson que tiró desviado. Otra oportunidad que no subió al marcador.

Suecia no existía a la ofensiva. Intentaban generar algo mediante centros que no preocupaban a Butland. Finalmente, en el minuto 68', Tibbling y Khalili se combinaron al frente, aunque sin mucho éxito. Inmediatamente después Khalili fue amonestado por reclamar tras cometer una falta en medio campo. A veinte minutos del final, los vikingos se volvieron a manifestar en el área inglesa: un tiro de esquina de Augustinsson fue desviado por un defensa, la pelota pasó cerca del arco pero el autogol no se consumó.

De a poco, los escandinavos fueron creciendo. Guidetti mandó un centro al área que Thelin no llegó a rematar, la afición sueca, justo detrás de la meta inglesa, exigían un penal que Estrada Fernández no concedió. Un par de minutos después, otro centro forzó a la zaga británica a rechazar con apuros. Inglaterra, sin embargo, no bajaba los brazos. Jenkinson mandó un balón a ras de pasto que Lingard no logró rematar.

La sustitución que selló el triunfo inglés

A diez minutos del final, Ericson mandó a Ishak al campo en lugar de Guidetti y ahí cambió la historia. Ambos equipos habían usado poco el recurso del disparo de larga distancia; pues Ishak, en el primer balón que tocó, lo hizo. Su envío desde afuera del área forzó a Butland a lanzarse a su izquierda para detener un balón que amenazaba con colarse por la base del poste. Acto seguido, Redmond, desaparecido todo el partido pero inspirado por el buen intento de Ishak, pagó con la misma moneda: disparó de larga distancia para que la estirada de Carlgren le diera a los leones un tiro de esquina.

El portero sueco saltó más alto y desvió el balón con el puño, la pelota le cayó a Lingard que controló con el pecho y prendió una hermosa volea imposible de contener.

Faltaban cinco minutos para el final y la tensión era visible en el rostro de los británicos. Mientras el balón recorría la distancia del cuadrante de esquina al área, defensas y atacantes peleaban por ganar el mejor lugar para rematar pero fue el portero sueco quien saltó más alto y desvió el balón con el puño, parecía que el peligro había pasado pero la pelota le cayó a Lingard que controló con el pecho y prendió una hermosa volea imposible de contener por Carlgren. Fue juego, set y partido para los ingleses. Con el gol, que hizo recordar aquel que Joe Cole marcó contra los suecos en el mundial de Alemania, llegaron la alegría, el júbilo y, especialmente, el alivio al bando de Southgate, que veía como se le escapaban tres puntos vitales.

Kane estuvo cerca de marcar. (Foto: UEFA)

Con poco tiempo en el reloj, Suecia intentó responder pero estaban muy chatos al frente. Mandaron centros inútiles que no preocupaban a nadie, mientras Inglaterra buscaba cerrar el partido con la pelota en los pies. Y lejos, muy lejos de su arco. Aun así, y fiel al estilo inglés, los británicos sufrieron hasta el último minuto: Quaison tuvo una oportunidad de empatar con una volea similar a la de Lingard que fue desviada a tiro de esquina por la defensa. En el córner subsecuente, al minuto 92, la pelota fue peinada en el área británica para que Helander llegara a empatar. Para fortuna de los ingleses, el defensa no hizo contacto con el balón y mantuvieron la ventaja hasta el silbatazo final de Estrada Fernández.

Ahora, con un panorama más claro, Inglaterra se enfrentará a Italia el miércoles; mientras que Suecia se verá las caras con Portugal en busca de un boleto para la segunda ronda.