Inglaterra dice adiós al Europeo sub-21 de la República Checa con dos derrotas y una victoria, quedando colista del grupo B. Pobre papel de una generación, dirigida por Gareth Southgate, que prometía mucho más de lo que ha dado, sobre todo por figuras que se presagiaba que tendrían un papel casi tan importante como han tenido durante toda la temporada, caso de Harry Kane en el Tottenham o Jenkinson en el West Ham. El castigo ha sido inevitable pese al buen trabajo de los dos últimos años. Gareth Southgate ya lo anunciaba la pasada semana en el hotel de concentración, admitiendo que ningún equipo que pierde dos partidos de tres en el grupo no podría esperar cualquier otra cosa que no fueran duras críticas. Y así ha sido. Toca reflexionar sobre qué se ha hecho mal, sobre todo en un partido en el que el combinado inglés nunca supo ni jugó de una manera consciente de la realidad e importancia de la victoria.

Dos contragolpes letales y derrumbe en 26 minutos

Dentro de un concepto adecuado, una derrota ante Italia era aceptable, pero no en unas condiciones en las que Inglaterra se derrumbó mansamente con dos goles en dos minutos, siendo esta la mayor derrota sub-21 que ha sufrido desde el 4-0 ante Alemania en la final de 2009. Todo empezó siendo alentador, con la astucia de Southgate dando a Danny Ings su primera titularidad en el torneo. De hecho, su intensidad en las primeras etapas del juego fue mejor que ante Portugal y Suecia. El mensaje que el técnico inglés pretendía mostrar era que el equipo intentase anotar en los 20 primeros minutos de juego, mientras empujaba a Italia a encerrarse y le presiona a balón parado. Sus palabras únicamente resonaron a retórica.

Luigi Di Biagio y Gareth Southgate, saludándose antes de comenzar el encuentro. Foto: EPA

El primer gol italiano llegó tras una ocasión fallada de Ings que habría cambiado el curso del partidoRedmond fue el primero en avisar de las intenciones inglesas en los primeros minutos, en una pared con Kane, en la que Romagnoli acabó desviando el balón fuera del alcance del atacante spur. Por momentos, Inglaterra empujaba con el corazón, pero en el minuto 13 tuvo lugar un momento profundo en el equipo de Southgate que cambiaria el curso del encuentro: Kane alzó la vista y vio a Ings en carrera junto a un defensor italiano, sirvió la bola al nuevo atacante del Liverpool, que acabó topándose con Bardi y trucando el objetivo de ponerse por delante en los primeros minutos en un partido en el que tomar la iniciativa habría sido decisivo.

La mala suerte se topó de nuevo en el minuto 23, cuando Kane obligó a Bardi a realizar una espléndida parada. Tan sólo 240 segundos después, la esperanza inglesa quedó en ruinas con dos contragolpes letales de Italia, los dos venidos desde la banda izquierda, la de Jenkinson. El primer gol, en el minuto 24, en un maravilloso centro de Benassi y pillado por la punta de la bota de Belotti, que se anticipó inexplicablemente a la marca de Gibson y Stones, poniendo el balón a donde no podía llegar Butland.

Belotti celebra el gol mientas Stones pide un fuera de juego inexistente. Era el 0-1, minuto 24. Foto: AP

Con el 0-2 en el 26, Inglaterra capituló y bajó los brazos ante la picaresca italianaInglaterra necesitaba, principalmente, mantener la calma y retomar la compostura. En el ataque consecutivo rival, un disparo de Benassi a pase de Crisetig sobre el área, era desviado por Gibson, que despistaba la estirada de Butland. En ese momento, ya era sabido cómo iba a terminar la historia. Inglaterra nunca trepó ni fue contra corriente, sino que agachó la cabeza y bajó los hombros en el minuto 26 de la primera parte. El partido parecía finiquitado por su parte. Italia aprovechó la ocasión para sacar su típica astucia en los saques de banda, libres directos y atenciones de los médicos, como el caso de Bardi en el minuto 40, en donde la frustración de Kane salió a relucir pidiendo al colegiado ruso, Sergey Karasev, que tomara medidas. Al descanso, Inglaterra luchaba contra algo más que contra la picaresca italiana, también contra ella misma.

Benassi, rematando el 0-2 dos minutos despúes del 0-1. Aquí capituló Inglaterra. Foto: AP

Segundo tiempo con esperanza italiana

Italia rozó el pase en el segundo tiempo, donde Redmond puso la honra haciendo el 1-3 en el descuentoTras el descanso, y con la imagen de un Southgate marchándose a vestuarios con cara de poner orden y Redmond mirando al cielo en un escenario imprevisto, el asunto posterior fue más o menos el mismo con una bajada considerable del ritmo, sin tener en cuenta ni haber mencionado que Portugal y Suecia seguían empatando a cero, un resultado que eliminaba a Inglaterra y a Italia. Loftus-Cheek sustituyó en defensa a Forster-Caskey en el minuto 64, en el que fue el único cambio inglés en todo el partido.

Ocho minutos después, todo el banquillo de Southgate alcanzó su punto más bajo con el doblete de Benassi, servido por Trotta, que hacía el 0-3 en otro fallo defensivo calamitoso. Tras esto, Italia confió en su pase con el gol de Portugal en el minuto 82, y estuvo clasificada durante siete minutos hasta el gol sueco en el 88', poco antes de que Redmond acortara distancias con un disparo impresionante desde fuera del área, que ponía la honra enmedio de los murmullos y risas de la grada por el pobre papel de Inglaterra en este campeonato europeo.

El portero italiano, Bardi, se alza a por el balón ante la insistencia de Gibson. Foto: EPA

Al rival, Italia, que murió sobre la orilla y que rozó el pase, de nada le sirvió la victoria en una eliminación en la que también tienen muchos puntos sobre los que reflexionar, casi tanto como en Inglaterra. Alemania tiene vía libre, o eso parece, con dos de los principales candidatos eliminados de forma decepcionante.