Segundo partido de pretemporada, primero que se disputa de la gira americana, y segunda derrota del West Brom por 3-1 en un encuentro marcado por la insuficiente mejoría del conjunto inglés frente a los Orlando City. Los americanos, liderados por Kaká, aprovecharon su mayor rodaje y mejores condiciones físicas para imponerse en un encuentro marcado por el fútbol vertical de ambos conjuntos.

Este es el once inicial que sacó Tony Pulis. (wba.co.uk)

Imagen 1. Este es el once inicial que sacó Tony Pulis. Fuente: West Brom

El partido arrancó con un West Brom consciente de que debía basar buena parte de sus opciones en el inicio, ya que a medida que avanzarán los minutos la falta de rodaje empezaría a hacer mella en los jugadores. Con la formación habitual de Pulis y algunos retoques respecto al partido frente al Red Bull Salzburgo, el conjunto inglés encontró, durante los primeros compases, la fórmula para hacer daño al conjunto de la MLS. Fruto de ello, en el minuto 13, Calum McManan consiguió abrir el marcador tras un buen tiro cruzado que sorprendió a Ricketts. La jugada combinativa del West Brom llevando el esférico de lado a lado y la gran acción individual de McManan fueron de lo más positivo del encuentro. Era el 0-1 y la sensación era de que el conjunto de Pulis había entrado mejor en el partido, pero pronto se vio que era solo un espejimo.

Por su parte los Orlando City, con un 4-2-3-1, supieron encajar bien el golpe y, liderados por la magia del brasileño Kaká, consiguieron empatar antes de llegar al descanso. Corría el minuto 45, cuando el exmadridista recibió el balón cerca de la frontal y él solo se elaboró la jugada que acabaría en el empate (1-1). Esta acción puso de manifiesto la fragilidad defensiva de un equipo que necesita mejorar ese aspecto sino quiere sufrir en exceso en el campeonato regular.

Segundo tiempo para olvidar

Con el empate a uno y un West Brom de más a menos, los siguientes 45 minutos fueron un monólogo del equipo americano, que supo aprovechar a la perfección su mejor condición física y la falta de rodaje de los de Pulis.

Con muchos cambios en ambos conjuntos, fue Carlos Rivas el que consiguió adelantar a su equipo en el minuto 48 con un gran gol. Su golpeo de libre directo supuso un mazazo demasiado grande para el conjunto inglés que ya no dio síntomas de mejoría. Finalmente, Bryan Róchez puso la sentencia definitiva, en el 86, tras una buena acción individual que volvió a dejar en evidencia a la zaga del conjunto inglés (3-1).