En la noche del jueves, la desgracia se cebó con el West Ham. Lo que en un principio parecía un partido cómodo se tornó en una auténtica pesadilla. Tras ir 2-0 arriba en el marcador, y con dos lesiones y una expulsión de por medio, los rumanos del FC Astra lograron empatar el partido y darle vida a una eliminatoria que parecía encarrilada para los locales.
Durante la primera hora de partido, el West Ham jugó su mejor fútbol de lo que va de temporada. Con Payet como líder, los goles de Enner Valencia y Mauro Zárate así lo evidenciaron. "Definitivamente, jugamos muy bien en la primera hora, pero los partidos duran 90 minutos y tenemos que reaccionar mejor cuando juguemos con un hombre menos", declaró Bilic. La expulsión de James Collins por doble amarilla en el minuto 59 fue "Jugamos muy bien hasta la expulsión"el factor clave del partido. Los hammers pasaron de dominar claramente a ser empatados, y así lo vio Bilic: "Es muy frustrante, porque estabamos jugando muy bien hasta la expulsión. No culpo a Collins, pues fue una falta muy profesional y quizá la segunda amarilla fue excesiva".
La falta de puntería es claramente el "talón de Aquiles" de este nuevo West Ham. Los irons tuvieron varias ocasiones claras para hacer el tercero, pero no supieron aprovecharlas: "Ellos metieron un gran gol y luego nos metimos uno en propia. Nosotros tuvimos varias ocasiones para hacer el tercero, pero no supimos aprovecharlas", admitió el croata.
La trágica noche del West Ham no acaba en el resultado, pues en apenas dos minutos, dos jugadores fundamentales, Valencia y O'Brien, se retiraron lesionados. Esto obligó a Slaven a gastar muy pronto los dos primeros cambios: "El problema es que no pudimos cambiar muchas cosas, pues ya habíamos gastado dos cambios con las lesiones y debíamos esperar". Especialmente grave parece la lesión de rodilla del ecuatoriano: "El viernes le harán pruebas en la rodilla. Pero la verdad es que tiene mala pinta", confirmó el técnico hammer.
Malas noticias para los de Boleyn Ground, que tendrán que jugarse el pase a los play-off finales en tierras rumanas y afrontar el inicio de la campaña sin dos de sus piezas clave.