La Premier League 2015/16 arranca el sábado, y la ciudad de Leicester acogerá el duelo entre dos equipos muy protagonistas en las últimas dos campañas. No por los fichajes que hicieron, no por los títulos que consiguieron, sino porque ambos estaban hundidos en el fango en el tramo final de la temporada y supieron agarrarse a un clavo ardiendo y salvar la categoría con una exhibición durante las útimas semanas.

El orgullo 'fox' salió a relucir

El mes de abril comenzó y el Leicester estaba totalmente desahuciado: los jugadores no eran capaces de reponerse a todos los fracasos acumulados a sus espaldas, y tanto propios como extraños y expertos daban por más que descendidos a los Leicestershire. El equipo ocupaba el farolillo rojo de la competición con cuatro triunfos en 29 jornadas. Su campaña estaba siendo más que mala (19 puntos de 87 posibles), y el riesgo de descenso era muy real desde varios meses atrás. Se encontraban a siete puntos de los puestos de tranquilidad, aunque con un partido menos, y se veían obligados a hacer en el último tramo todo el trabajo que no habían hecho a lo largo del año si querían jugar en Premier League la próxima campaña. Desde el diez de enero no saboreaban las mieles de sumar los tres puntos. Sumaban 13 goles marcados y 17 encajados como locales, con once puntos cosechados de 39 disputados.

El mencionado mes empezó con victoria ante un equipo pésimo en 2015 como el West Ham. Los de Allardyce ya habían hecho todo el trabajo en la primera vuelta, y en la segunda se dedicaban a pasearse andando por los campos de la Premier. Los foxes les batieron por 2-1, no sin sufrimiento en los últimos minutos. El punto de inflexión llegaría una semana más tarde en The Hawthorns, donde los de Tony Pulis se adelantaron en el marcador hasta por dos veces y controlaron el partido a su antojo, pero los visitantes no se rindieron en ningún momento y asediaron -con premio- las inmediaciones rivales. Huth, en el minuto 80, y Vardy, en el 90, firmaron la remontada que daba los tres puntos al Leicester. Los blanquiazules soñaban aún con la permanencia.

Vardy anota el 2-3 en the Hawthorns. (Foto: Paul Roberts / Offside)

Soñaron más aún en la siguiente jornada, cuando otra brillante actuación de garra y carácter les daba una nueva victoria, esta vez ante el Swansea City (2-0). De nuevo Vardy sería el salvador en un duelo directo por el descenso contra el Burnley y mandaría a los clarets virtualmente de vuelta a la Championship. Por estos cuatro triunfos consecutivos, el choque perdido ante el Chelsea (1-3) no importó. Dieron una buena imagen, pero el duelo clave no era ese, sino ante el Newcastle United tres días después. Y en ese, se dejaron la piel sobre el tapete. En una exhibición desde el primer hasta el último minuto de encuentro, el Leicester desbordó a los magpies en todas y cada una de las facetas del juego. Una contundente victoria por 3-0 sacaba al City del descenso por primera vez tras muchos meses.

Un nuevo éxito les deparaba en la antepenúltima jornada, cuando mantuvieron su plaza fuera de los puestos rojos tras vencer por 2-0 al Southampton, equipo revelación de la temporada y que se jugaba una plaza en la Europa League. La salvación matemática llegaría en la 37ª fecha, cuando sacaron un empate sin tantos del Stadium of Light y aseguraron su presencia en la máxima categoría del fútbol inglés en la próxima campaña. El último día de competición fue una fiesta y culminaron un último tramo espectacular con una paliza al descendido Queens Park Rangers (5-1), con cinco goles de cinco jugadores diferentes.

La estadística en las últimas nueve jornadas es extraordinaria: siete triunfos, un empate y una derrota, conformando un total de 22 puntos de 27 posibles. En cinco de esos nueve duelos consiguieron, además, mantener su portería intacta.

Los 'foxes' celebran el 5-1 al QPR. (Foto: Mirror)

El Sunderland ya había sentado precedente

Tras una racha más que nefasta que se prolongaba desde el 8 de febrero y que se compuso de cero victorias, un empate -sin goles ante el Crystal Palace- y siete derrotas (Hull, Arsenal, Norwich, Liverpool, West Ham, Tottenham y Everton) en ocho encuentros, el Sunderland se plantó a mediados de abril como colista de la categoría, con 25 puntos cosechados en de 96 posibles, lo que suponía una media de 0,26 puntos por partido. Seis triunfos, siete empates y 19 derrotas suponían su bagaje, y todo hacía presagiar que el descenso a la Championship era inevitable. Siete puntos les separaban del primer conjunto que marcaba la salvación, el Norwich City.

Además, el choque siguiente no era el más propicio para recuperarse: un Manchester City inmerso en la pelea por el título esperaba en el Etihad Stadium, sabedores de que no podían permitirse un tropiezo si no querían perder la estela del liderato. Un gol de Fernandinho en el segundo minuto de juego les ponía las cosas muy de cara a los citizen, pero dos goles de Connor Wickham en el tramo final de partido hacía enmudecer el territorio mancuniano y le daba los tres puntos momentáneos a los black cats. Pero Samir Nasri, en el minuto 88, aguó la fiesta a los de Gustavo Poyet, que aún así se fueron contentos con un punto de un recinto difícil. Pero al Sunderland ya no le valía sumar de uno en uno; había que hacerlo de tres en tres.

Tres días más tarde volvieron a disputar jornada liguera, nuevamente como visitantes, y otra vez en uno de los campos más complicados del país. Stamford Bridge acogía a los de Tyne&Wear, que volvían a tener una imperiosa necesidad de ganar, sin excusas. El guión se repitió, y Eto’o adelantó al Chelsea en los compases iniciales. Wickham empató poco después, y, a ocho minutos para el final, Borini transformó un penalti que daba la ventaja al Sunderland. Una ventaja que ya no dejarían escapar, sorprendiendo al país y propiciando una derrota que el Chelsea no sufría con José Mourinho como entrenador desde decenas de partidos atrás.

Borini marca el 1-2 en Stamford Bridge. (Foto: Daily Post)

El equipo se cargó de moral para recibir, en la jornada 35, a otro conjunto hundido como era el Cardiff City. Los bluebirds salieron apabullados del Stadium of Light (4-0) merced a otra brillante exhibición de Connor Wickham, con dos goles. Borini y Giaccherini se sumaron a la fiesta de un club que, por fin, y por primera vez en todo el 2014, conseguía terminar el fin de semana fuera de los puestos de descenso, y afrontar muy positivamente los choques finales.

Tras disfrutar de un sobrado triunfo con sus aficionados, tocaba volver a coger la maleta y viajar la ciudad donde empezó la racha: Manchester. Pero esta vez, para verse las caras por el otro equipo, con el más laureado de ambos, con el United. Los diablos rojos atravesaban una dura temporada en la que estuvieron perdidos sin Sir Alex Ferguson guiándoles por el camino correcto. El experimento Moyes había sido un fracaso, y deseaban que el curso terminase cuanto antes. De esa desidia se aprovecharon los del noreste de Inglaterra para sacar tres puntos absolutamente vitales, gracias a que Larsson supo aprovechar un buen centro de Wickham mediada la primera mitad.

No obstante, el trabajo aún no estaba completo. Habían conseguido ganar en Stamford Bridge y en el Old Trafford, y puntuar en el Etihad Stadium. Los horribles febrero y marzo parecían quedar definitivamente atrás, pero el fantasma del descenso aún planeaba sobre los de Poyet. Quedaban dos jornadas, y había que ganar al menos una para certificar matemáticamente una salvación por la que nadie hubiese apostado dos meses atrás. Los dos partidos restantes iban a ser en casa, y la entidad hizo un llamamiento a toda la afición para que abarrotase las gradas y ayudase al equipo a conseguir el milagro.

Y no dieron opción a la especulación. Un incuestionable dominio de principio a fin sirvió para mantener a raya al West Bromwich Albion de Pepe Mel y redondear la salvación con goles de Colback y Borini en el primer período. La derrota en el cierre de campaña ante el Swansea (1-3) no importó a nadie, puesto que el estadio era una fiesta en comunión con los jugadores. El Sunderland había logrado escapar de un abismo que había estado realmente próximo, y con un calendario bien complicado por delante.

The Telegraph

Terminaron la temporada en decimocuarto puesto de la tabla clasificatoria, con 38 puntos, cinco por encima del descenso. Diez victorias, ocho empates y 20 derrotas fueron su registro final, con 41 goles a favor y 60 recibidos. La media de puntos, por tanto, mejoró del mencionado 0,26 de mediados de abril hasta el 1,00 de finales de mayo.

Ahora, estos dos ‘escapistas’ miden sus fuerzas el próximo sábado para alzar el telón de la Premier League 2015/16. El King Power Stadium será testigo del inicio de una campaña en la que ambos conjuntos lucharán por conseguir sus objetivos mucho, mucho antes, por el bien de la salud de sus aficionados.