Casi once semanas después, vuelve la competición doméstica por excelencia, ese torneo nacional que une a amantes de todo el planeta ante el televisor para disfrutar del buen fútbol. La eterna espera ha terminado y la Premier League comenzará el próximo sábado con un invitado especial, el AFC Bournemouth. Los cherries se estrenarán en la categoría de oro ante su público que no dudará en llenar los asientos que conforman Dean Court.

La novatada en su debut se saldará ante uno de los equipos que fundaron la Premier -y en su día de la Football League-: el Aston Villa. El conjunto de Birmingham no está pasando por sus mejores resultados y está viviendo desde que entró el siglo XXI una de sus mayores sequías. El buen comienza del curso pasado debe ser el ejemplo a seguir, pero manteniendo una regularidad que se convirtió inviable durante la campaña anterior.

La primera piedra en un camino longevo

Un éxito rotundo. El mejor apelativo hacia la gran temporada pasada que realizó el equipo de Dorset. Un campeonato perfecto que cambió la dinámica de aquellos años con problemas económicos. La afición podrá disfrutar desde su asiento de grandes estrellas del fútbol mundial y equipos de primer nivel con el claro objetivo de dar guerra y mantener otra temporada en la categoría de oro del fútbol inglés.

Para ello, el equipo no ha pasado desapercibido en el mercado estival y ha realizado refuerzos en todas las facetas del juego para crear una plantilla equilibrada capaz de competir en todos los encuentros del torneo doméstico. Jugadores como Mings, procedente del Ispwich, Atsu, procedente del Chelsea, Wilson y, sobre todo, Gradel -máximo goleador de la Ligue 1 en 2015- buscan dar ese toque de dificultad a lo que la directiva ha añadido futbolistas como Boruc o Distin.

Olvidar un pasado 'villano'

Tim Sherwood se ha convertido en uno de los héroes en Villa Park tras solventar la difícil situación que pasaba el equipo cuando el técnico londinense llegó a Birmingham. Una plantilla descompuesta, sin ánimos y en la última posición de la clasificación. Su carácter motivador y su esquema hicieron que los de West Midlands cambiara su estilo de juego directo por uno de más toque y llegada por bandas, algo que agradecieron futbolistas como Benteke o Agbonlahor.

La dura derrota que cosechó el Aston Villa en la final de la FA Cup frente al Arsenal le sirvió a Sherwood para ver que necesitaba un cambio de aires, una restructuracción en la plantilla para ser más competitiva y luchar por hitos más altos. Su deseo lo ha cumplido la directiva a las mil maravillas dando de baja a varios futbolistas con escasos minutos la temporada pasada (Weimann, Lowton, Cissokho, etc..), además de marchas significativas como la de Fabian Delph o Benteke.

Las incorporaciones han buscado solventar todas las salidas posibles y con Jordan Ayew, Guestede, Gueye, Veretout, Amavi, Richards y Crespo, a lo que se añade las vueltas de Gardner, Sinclair o Kozák permiten tener al Aston Villa una de las mejores plantillas de la última década.

La pretemporada, un laboratorio de experimentos

El Bournemouth ha sabido elegir a sus rivales en pretemporada para ir 'in crescendo' con la intensidad e ir viendo lentamente los pasos de la plantilla. Comenzando por una victoria sencilla ante el Philadelphia por 1-4 seguida de un triunfo ante el Exeter por 1-2. El Selisbury dio la sorpresa con un 2-1, que se esfumó tras un empate digno ante el Nantes (0-0). El partido de presentación terminaría por una derrota amarga ante el Cardiff (2-3) y los 'cherries' acabarían con un empate sin goles ante gran equipo como el Hoffenheim.

Por su parte, la temporada del Aston Villa ha sido más irregular con detalles que no ha agradado como la excesiva relajación que se produjo en los últimos minutos en los partidos - Wolverhapton o Nottingham Forest. Su única victoria se produjo ante el Swidon por un contundente 0-2.

Posibles alineaciones