Recordaban los aficionados al llegar al Britannia Stadium lo maravilloso que fue la derrota al Liverpool en la última jornada de la pasada campaña de la Premier League, mientras ocupaban sus localidades esperando hacer lo mismo ante los mismos, un muy renovado Liverpool que comenzaba en la primera jornada, su vida sin hasta la fecha, su capitán, Steven Gerrard.

Para hacer olvidar a Gerrard, Brendan Rodgers decidió contar en el XI inicial con el recién llegado Milner, que ha sido nombrado vice capitán. Además, como referencia ofensiva jugaría el aclamado Benteke, jugador que todos los aficionados esperaban con ansia. Por sorpresa, en un movimiento ya clásico de Rodgers, acostumbrado a equivocarse desde el inicio del encuentro, retrasaría a Coutinho para dar entrada a Lallana, dejando a Emre Can o Firmino en el banquillo.

Por su parte, Hughes sorprendió dejando fuera a Bojan Krkic, que ni siquiera se sentaría en el banquillo. Sumada así a la baja de Arnautovic, Afellay acabaría por ser titular en la banda izquierda. El resto de jugadores serían los habituales, dejando a Crouch en el banquillo para dar salida a Diouf y con Van Ginkel debutando en el centro del campo, con el incombustible Whelan y el menos batallador, pero más técnico, Charlie Adam.

45 minutos de ¿fútbol?

Infierno, y no por el calor, el que vivieron los aficionados a partir del pitido inicial. Afellay saldría al campo guerrero, queriendo demostrar a los aficionados que merece ser titular. Tantas serían sus ganas que tatuaría al recién llegado Clyne los tacos de sus botas en el pecho del lateral inglés, como buen recuerdo de su debut. Poco después Ibe intentaría sorprender al mundo con un caño que acabaría en falta, pero la magia terminó ahí para él, contando todas sus apariciones como pérdidas de balón o pases hacia atrás.

El Stoke, en su muestra de cambio futbolístico hacia un trato más delicado del esférico, acabaría controlando la posesión a la par que el Liverpool, repartiéndose los minutos de balón en interminables posesiones repletas de fallos, pases a los centrales y saques de banda, homenajeando así al fútbol espectáculo.

Tras una primera mitad apasionante, donde se vivieron la friolera de cero tiros a puerta, el encuentro llegaba a un descanso merecido para que los aficionados pudiesen retomar su ritmo cardiaco normal, ante tales muestras de fútbol ofensivo.

Rodgers recapacitó con Can

Tras el regreso al césped, Rodgers empezaría a evaluar su estrategia de salida. Por cada minuto que Lallana seguía en el campo, el Liverpool se venía a menos. Es por ello que Emre Can saltaría al terreno de juego tras 60 minutos de partido disputados. Con él, Coutinho volvería a su lugar habitual en la mediapunta del Liverpool, dejando más libertad de movimientos a Henderson y Milner. Por su parte Lallana se iría al banquillo, lugar que parece, ocupará de forma habitual de no realizar mejores actuaciones.

Con Emre Can en el centro del campo, el Liverpool empezaría a poner en apuros al Stoke City. Incapaces de hacer llegar balones a Benteke, los reds buscarían en Milner y Coutinho sus mejores referencias para crear peligro, dejando a Ibe la labor de desbordar, algo que le vino grande durante todo el encuentro, hasta que tuvo que ser sustituído por Roberto Firmino, debutante e inexplicablemente, suplente. 

Con la salida del otro mago brasileño, aparecería un Liverpool mucho más ofensivo, que se plantó en el campo del Stoke City que parecía dar por bueno el empate tras un gran remate de Diouf que acabaría en córner al rebotar en la espalda de Clyne. La tuvo antes para anotar de falta directa el Stoke, pero el remate del mismo ariete no llegaría a la red gracias a la actuación de Mignolet.

Coutinho, el salvador

Todo transcurría hacia un empate sin goles en un fantástico domingo con un fútbol magistral, nótese la ironía, cuando Coutinho decidió aparecer tras 85 minutos para anotar un gol de gran calidad desde fuera del área para hacer saltar a los aficionados del Liverpool desplazados hasta el estadio del Stoke City.

Justificando así su permanencia en el campo, Coutinho demostró en el partido lo irregular que puede llegar a ser y a su vez el talento que dispone y que lo hace capaz de lograr jugadas magistrales. 



 

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Sobre el autor
Daniel Martin
Encargado sección boxeo, colaborador en F1. Viajante gracias al noble arte.