La tarde del 4 de mayo de 1957 no era un día cualquiera de primavera. El viento traía consigo dos frentes abiertos en una batalla vocal por demostrar a su equipo que el choque que iba a presenciar desde una posición privilegiada, Wembley, no era uno más, significaba la vuelta al mundo para el Aston Villa tras vivir años en las sombras más húmedas del fútbol inglés y después de la consagración del Manchester United como uno de los pilares sobre el que se sostiene el balompié británico.

Las gradas mostraban la ilusión que produce el torneo más antiguo y tras los esfuerzos que tuvieron que hacer ambos equipos para estar en la gran final, sobre todo el Aston Villa que tuvo que hacer más de un replay a lo largo del camino para estar presente en el encuentro. Ambos conjuntos tuvieron un choque inicial complicado, pero impusieron su calidad para seguir con fuerza durante el trayecto.

Camino  del Aston Villa

El conjunto de Birmingham tuvo un duro comienzo ante la poca expectación que traía consigo el torneo, debido al mal momento deportivo que se está viviendo en el barrio de West Midlands. Una competición que se auguraba imposible para los villanos ante la considerable baja de nivel de la plantilla en comparación a la de finales del S.XIX donde logró ser el equipo con más FA Cup -siete-.

El inicio no fue fácil ya que el equipo tuvo un duro encuentro ante un Luton Town que consiguió empatar frente al equipo de Birmingham, obligando a disputar un replay que ya llevaba consigo el primer desgaste extra de la temporada. Sin embargo, en el segundo encuentro los villanos no tuvieron piedad ante su afición venciendo con autoridad con un 2-0.

El equipo de Eric Houghton se plantó en la cuarta ronda ante un equipo de mayor grado como era el Middlesbrough. Un partido de alta tensión que provocó los nervios en los aficionados del 'Boro' que tenían la fortuna de disputar la eliminatoria en su escenario. Los locales venían de vencer en tercera ronda al Charlton Athletic por un resultado de 2-3. Precisamente el mismo resultado que se dio en el encuentro entre Middlesbrough y Aston Villa. Una victoria para los de West Midlands que hacía recuperar las buenas sensaciones y esa alegría escondida entre el paso del tiempo.

El Bristol City era el siguiente obstáculo en el camino tras vencer sin apuros al Rhyl (3-0) en la anterior ronda. Y, una vez más, el Aston Villa repetía el marcador con el que su rival había logrado vencer en la siguiente ronda y superó a los de Bristol por un 3-0 dejando en evidencia la diferencia de potencial entre ambos equipos. Los cuartos deparaban un interesante Burnley-Aston Villa, como así deparó el primer encuentro que finalizó 1-1 en un choque igualada, empero el feudo villano volvió a ser decisivo con una afición llevada por el sentir del equipo que vio como los jugadores conseguían pasar a las semifinales.

En semifinales, el eterno rival -West Bromwich Albion-. Máxima expectación en el ambiente perfecto para volver a escribir historia en un libro que llevaba años sin escribir una palabra. En este caso tras un vibrante empate en casa del Aston Villa, fue Molineux quién dictó sentencia a favor de los villanos.

Camino del Manchester United

Por su parte, el Manchester United comenzaba a escribir su gran historia en el fútbol inglés tras un comienzo difícil superado por otras entidades, pero que con trabajo y un equipo competitivo año tras año logró ser uno de los clubes más laureados, sobre todo en la FA Cup -líder del momento con once títulos-. En esta ocasión volvían a salir como uno de los equipos favoritos a proclamarse campeón del torneo, no obstante, no tuvo un comienzo sencillo ante el Hartlepools United donde los red devils sufrieron para doblegarse y conseguir el 2-3 definitivo en la eliminatoria para pasar a la siguiente ronda.

El siguiente paso era el Wrexham que dio la sorpresa en la tercera ronda eliminando al Reading en el replay. No obstante, poco pudo hacer ante los diablo que se impusieron con suma facilidad con una manita delante de la afición del Wrexham. Los rivales se complicaban y el Everton era el nuevo obstáculo y con esa pose autoritaria les eliminó sin problemas por 2-1.

El Bournemouth and Boscombe Athletic y el Birmingham fueron sus dos siguientes rivales antes de llegar a la final. Partidos que parecían que harían peligrar la condición de favorito del conjunto de Manchester, sin embargo la calidad de la plantilla no defraudó y se deshicieron de los dos para presentarse en Wembley.

Jugadores como Tommy Taylor, Bobby Charlton, David Pegg o Duncan Edwards daban al Manchester United ese escalón extra frente a sus rivales, que le hacían ser el claro favorito para la final. Había sido un camino perfecto hasta la final, sin pasar mayores apuros que en la primera ronda ante un equipo más rodado.

McParland, el héroe de la final

Llegó el día y el encuentro comenzaba con un terrible susto en un fuerte choque entre Peter McParland y Ray Wood, donde el guardameta sufrió la peor parte tras una dura caída con la cabeza. Tras ello, ninguno de los dos equipo imprimió intensidad en el primer tiempo con la intención de dejar al rival que enseñara las cartas, no obstante la idea fracasó y el espectáculo no fue el protagonista durante los primeros cuarenta y cinco minutos.

El segundo tiempo comenzó con más ritmo por parte del Aston Villa, algo que sorprendió a los jugadores del Manchester United. Las primeras acciones llegaban y las gradas comenzaban a aumentar los decibelios. A falta de veinte minutos para el final del encuentro, McParland aprovechaba una buena jugada para hacer el 1-0. El tanto dejó anonadado a los hombres de Matt Busby que cinco minutos después verían como los de Birmingham anotaban el segundo gol, otra vez por mediación de Peter McParland.

Con la ventaja el equipo de West Midlands buscó jugar con el tiempo que quedaba a base de posiciones largas y transiciones con pases cortos para no cometer errores. El Manchester United subió las línes presionando a la línea defensiva de los villanos hasta que se topó con un despiste para que Taylor a placer recortara las diferencias. Una desventaja que no pudo voltear y que hizo que el Aston Villa saboreara un nuevo título 37 años después.