En la noche de este lunes arranca la segunda jornada para el Liverpool. Empieza ya lo que es el primer partido del mítico Anfield en la nueva campaña y contra un rival que, a priori, puede parecer pequeño, pero a buen seguro que dará guerra: el Bournemouth.

Después de la victoria contra el Stoke City en la anterior jornada gracias a un cañonazo de Philippe Coutinho, el balón volverá a rodar en los pies del capitán Jordan Henderson y compañía en un partido en el que se espera a unos reds llevando la baza y controlando el juego. Si bien es cierto que, en el anterior partido, con Jordan Henderson y James Milner en la sala de maquinas, control fue lo que se echó en falta.

Las estadisticas están a favor de los de Rodgers, puesto que nunca se ha perdido contra el Bournemouth en partido oficial en seis ocasiones disputadas. Por lo tanto, sobre el papel, el Liverpool es superior y tiene suficientes estrellas como para ganar sin brillar, pero la irregularidad es la tónica dominante en este equipo y las estadisticas están para romperlas. Los 'cherries' llegarán con un plan de juego ya ideado, basado en un fútbol creativo y de toque. Irán a la rueda de prensa como cenicientas; diciendo que no se espera mucho de ellos. Pero eso ya no sirve. Su fútbol es ya conocido por todos y, gracias a este, se espera un juego más atractivo que el visto en el Britannia.

Por parte red, se espera que arranquen los mismos que la jornada anterior, pero quizá remplazando a Adam Lallana por Roberto Firmino o a Jordon Ibe por Emre Can con el fin de tener más control del juego y no convertirlo en un correcalles.

El balón está ya sobre el tejado del Liverpool y ahora toca demostrar que esta es su campaña, y que sí se puede combinar una buena campaña liguera con competición europea.