Victoria del Manchester United sobre el Brujas con una actuación colectiva nada destacable, pero que fue suficiente ante un rival que no gozó de ninguna ocasión ofensiva y que se vio recompensado con un gol a favor fruto de la suerte. Depay puso toda la voluntad, y se estrenó con sus dos primeros goles como red devil.

Reacción a medias

Empezó muy centrado el conjunto local, espoleado por una afición ávida de fútbol europeo tras un año de ausencia. El trío Depay-Januzaj-Rooney estaba muy móvil, buscando inaugurar el marcador cuanto antes. Especialmente el segundo, que agarró la pelota y apenas la soltaba. Se internó por la parte central sin levantar la cabeza, pero le arrebataron la posesión antes de poder crear ocasión alguna. El primer acercamiento visitante al marco de Romero acabó en el fondo de las mallas: una falta de Mata la colgó Vázquez al corazón del área, pero Carrick metió el pie a destiempo y desvió a gol. La fortuna se cebaba con los mancunianos nada más comenzar.

Pero había un hombre sobre el tapete que no iba a permitir una noche de pesadilla en Old Trafford. Memphis Depay, en su segundo partido en su nuevo estadio, se plantó ante cuatro jugadores contrarios y consiguió disparar, batiendo a Bruzzese y tranquilizando a Van Gaal. Vormer estuvo a escasos centímetros de volver a poner en ventaja a su equipo, pero no precisó su remate. Blind, Darmian y Mata buscaron envíos largos hacia el trío de ataque, pero la pareja Mechele-Duarte estaba impecable al corte, ayudados por Simons, que se intercalaba entre ellos.

Depay remata para marcar su primer gol. (Foto: ManUtd)

Romero salvó a los red devils con una buena estirada tras cabezazo de Cools posterior a un saque de esquina. El partido entró en una fase de centrocampismo en la que el Brujas se sentía más cómodo, y el United era incapaz de generar peligro para adelantarse en el electrónico. La lesión de Simons complicó el esquema de Preud'homme, y Claudemir demostró menos contundencia que su compañero.

Así, justo antes de que Aytekin señalase el descanso, Depay apuñaló nuevamente al rival con un zarpazo desde fuera del área, escorado hacia la izquierda aunque con su pierna diestra, poniendo el esférico completamente inalcazable para Bruzzese. De este modo se llegó al entretiempo, con el United por delante 2-1 tras un primer tiempo soso y sin emoción.

Depay, su guante en la diestra, y la cabeza de Fellaini

Tras la reanudación, Van Gaal buscó dar un paso al frente y cambió a Carrick por Schweinsteiger, que hacía su debut en Champions con su nuevo club. El Brujas trató de estirarse tímidamente e intentar encontrar la relajación post-vestuarios en su rival: Diaby se iba solo frente a Romero, pero en posición antirreglamentaria, y posteriormente Dierckx envió un buen centro que no encontró rematador, por lo que no supuso peligro alguna para la zaga mancuniana. Poco tardó Depay en volver a imponer su ritmo, con un disparo desde la línea del área al que Bruzzese metió una buena mano para enviar a córner. El United dominaba con calma, teniendo el marcador a favor aunque una renta corta, esperando encontrar el hueco preciso para atestar el golpe definitivo a su rival.

Rooney probó fortuna hasta en tres ocasiones prácticamente consecutivas. Primero, con una internada solitaria que se topó con Mechele; después, con un amago de conexión con Depay que no fructiferó, y para terminar, mediante un chut desde la frontal que se marchó desviado del poste izquierdo del arco. Preud'homme también movió el banquillo y dio entrada a Oulare en lugar de un desaparecido Diaby. Un choque entre el propio Oulare y Romero dejó al guardameta argentino tendido sobre el césped doliéndose del pie, y el juego estuvo parado durante tres minutos mientras recibía atención médica. Cuando se reanudó, Darmian y Depay llegaron hasta la línea de fondo por las partes derecha e izquierda respectivamente, pero ninguno de los dos precisó un envío adecuado para alguno de sus compañeros.

(Foto: ManUtd)

Mediado el segundo período, llegó una inmejorable ocasión para el cuadro red devil. Luke Shaw recuperó el balón casi en su propio área aprovechándose de la lentitud de Oulare y echó a correr por la banda diestra. Combinó con Mata y prosiguió con el esférico en su poder, y colgó el balón a las inmediaciones rivales con su pierna derecha -teóricamente, la mala-. Rooney la dejó de espuela de primeras hacia Depay, que llegaba desde atrás completamente solo por el centro, pero el neerlandés se llenó de balón y lo chutó por encima del travesaño cuando lo tenía todo a su favor para firmar su hat-trick.

El de Moordrecht volvía a erigirse como protagonista en la siguiente jugada, cuando eligió centrar en vez de correr, y por poco no llegó Rooney a cabecear. En cambio, se adelantó Duarte y despejó el cuero. Schneiderlin quiso sumar su nombre a la lista de goleadores, pero su disparo rebotó en Claudemir y se perdió la ocasión. El resultado era demasiado corto como para viajar a Bélgica con algo de tranquilidad, por lo que Van Gaal intentó revolucionar la situación con sus cambios: Chicharito y Fellaini entraron por Januzaj y Rooney. El mexicano consiguió la expulsión de Mechele al sacarle la segunda cartulina amarilla a diez minutos del final, lo que hacía prever un tramo final bastante agónico para el Brujas. En cambio, el momento del espigado centrocampista belga llegaría más tarde.

Los mancunianos seguían intentándolo por activa y por pasiva, pero pecaban de falta de puntería. Los de Preud'homme esperaban el pitido final como agua de mayo, encerrados atrás, lo más compactamente que les era posible contando con un hombre menos. Pero no lo hicieron bien. En el último minuto del tiempo añadido, Depay colgó la pelota al área con su pierna derecha, con rosca, medida hacia la cabeza de Fellaini, que no tuvo ni que saltar para perforar la red de Bruzzese para sellar el 3-1 definitivo y que permitirá a los red devils estar algo más tranquilos en el duelo de vuelta.

Fellaini celebra su gol. (Foto: ManUtd)