El partido finalizó con el mismo resultado que inició, empate a cero. Un encuentro donde el Machester United mejoró sus carencias de partidos anteriores: generar ocasiones de gol. Si en los últimos encuentros se achacaba alguna cosa a este equipo era que no creaba ocasiones de peligro en la portería rival, pese a que había ganado todos los partidos. El dibujo inicial, que no varió de los demás partidos, fue:

La primera parte se inició con gran intensidad por parte del equipo de Louis van Gaal, que encerró al Newcastle en su campo y creando peligro a través de tiros desde fuera del área, pero con la posesión del balón en su poder. En las posiciones de ataque había mucha movilidad entre Rooney y Januzaj, donde este último se encargaba de ocupar los espacios que creaba su capitán, que bajaba a la zona de creación para recibir y también realizaba desmarques a la banda derecha. Una banda que en ataque estaba huérfana y que sólo Darmian la utilizaba para atacar. Mientras, Mata, como es costumbre en los últimos partidos, centraba su posición para crear juego y tener una mayor circulación del balón. Además, era el encargado de buscar ese último pase tan difícil de generar por la cerrada defensa del Newcastle.

En el centro, Mata se mostraba muy participativo y tenía gran parte de la posesión del balón de su equipo, ya que Bastian, que ocupaba el puesto de Carrick, es más defensivo que el inglés. El español fue el más peligroso de la primera parte, junto con Rooney, de su equipo, pero sin suerte de cara a puerta. Januzaj, que se mostró muy lento con el balón en los pies, y Depay estaban más desaparecidos. Y Shaw, en este partido, no se pronunció en ataque en demasiadas ocasiones debido a la marca que realizaba sobre Ayoze. Esto permitía al United formar con línea de tres defensas mientras el equipo atacaba.

Esto por lo que se refiere al ataque, mientras que en defensa, la solidez y equilibrio que ofrecían Schweinsteiger y Schneiderlin provocaba que los visitantes no realizaran apenas ataques y que el control del partido fuera para los locales. Aunque esta situación duró hasta mediada la primera parte, cuando el Manchester bajó la intensidad y el ritmo de partido y esto permitió al Newcastle realizar las primeras salidas de su campo mediante Mitrovic, que con espacios y al contraataque empezó a volver loca a la defensa, concretamente a Shaw y a Blind. Al primero porque con sus desmarques a banda derecha y asistencias para la llegada de los jugadores de segunda línea, provocaba un dos contra uno frente al defensa, ya que Depay no ofrecía ayuda defensiva. Al segundo, porque además de asistir y dar opciones en ataque, Mitrovic también se encargaba de finalizar jugadas y la gran movilidad que tiene hacía difícil su marcaje.

En el momento que los de Van Gaal perdieron la posesión del balón y el control del partido, fue cuando comenzaron a sufrir. Disponer de tantos jugadores volcados en el ataque daba lugar a inferioridad numérica en defensa y por tanto, trabajo para Romero, de quien se pudo ver, al fin, las primeras paradas. Y en esta situación se llegó al descanso, sin dominio claro del partido por parte de ningún equipo y con un Manchester United que fue de más a menos en esta primera parte.

La segunda parte se inició sin cambios en los equipos. Al inicio de esta, vimos a un Manchester que realizaba un juego más combinativo y elaborado que en el resto de partidos, donde se basaba más en el contraataque y en balones largos. Como ocurrió al final de la primera mitad, esta segunda comenzó igual, sin dominio de un equipo y con un Newcastle que plantaba cara generando también varias situaciones de peligro para la defensa local. Se produjo el cambio de Bastian por Carrick, que como dijo Van Gaal, no estaba todavía para ser titular y el alemán acabó agotado. Con Carrick se buscaba tener el control del balón que se había perdido y por tanto, más ataque. Un ataque donde Mata seguía estando muy participativo, ofreciendo apoyos a los compañeros continuamente y fabricando las jugadas de ataque de su equipo. Y una línea donde, mientras desaparecían Rooney y Januzaj, más aparecía Depay y Darmian, cada uno por su banda.

Con el control de nuevo de la posesión del balón y llevando el peso del partido el Manchester, el Newcastle empezó a retrasar las líneas y a su vez, habían más jugadores en el ataque de los de Van Gaal. Fue el momento clave para que Januzaj dejará su puesto a Chicharito y que con este cambio, Rooney retrasara su posición para volver a entrar más en contacto con el balón. Ambos jugadores dieron más opciones de pase a sus compañeros en ataque y generaron varias ocasiones de gol, siendo Chicharito el jugador más peligroso de su equipo durante el tiempo que estuvo sobre el césped.

En busca de más ataque y de fijar a más jugadores por delante del balón, Van Gaal dio entrada a Valencia en lugar de Darmian, que pese a que estaba atacando, sus subidas eran intermitentes y con Valencia se iba a conseguir un jugador más atacante y con una posición más avanzada. Pero el problema no estaba en crear ocasiones de gol, porque se estaban teniendo. El problema del Manchester era el mismo que arrastra de semanas atrás: falta de ideas en ataque. Pese a que había mucha movilidad en las líneas de ataque, no se producía el último pase y las jugadas se finalizaban o bien con centros laterales o con tiros desde fuera del área. Pocas ocasiones se finalizaron desde el interior del área. Y esto no sólo era culpa del Manchester, si no que los once jugadores dispuestos por el Newcastle en un tercio de campo, imposibilitaba la creación de espacios. Así se llegó al final del partido, en la situación de ver a ocho jugadores por delante del balón por parte de los locales y a los once visitantes por detrás del mismo. La disposición táctica con la que el Manchester United acabó el encuentro, y a su vez los jugadores que terminaron el encuentro fue: