Se encendieron los focos del White Hart Line, sonó el himno oficial y el colegiado decretó el arranque de la nueva temporada de la Europa League, que hacía que el viejo continente dirigiese sus miradas hacia el nuevo proyecto de Mauricio Pochettino. Lo hizo con ilusiones renovadas y con el triunfo del Tottenham frente al Qarabag (3-1). Sin margen de error, la victoria frente al conjunto de Azerbaiyán era obligada en la lucha, frente al Mónaco, por conseguir la primera posición del grupo J. Sin brillantez y con más sufrimiento de lo esperado, un juego de niños se convirtió durante algunos minutos en una pesadilla.

Pochettino planteó el encuentro como un banco de pruebas de cara a la competición doméstica. Consciente de las facilidades que podía depararle el rival, el técnico argentino introdujo seis variantes en el once. Pero su apuesta pronto se vio truncada, ya que el partido empezó de la peor manera posible. Cuando todavía no se había llegado al minuto seis de juego, Almeida transformó una pena máxima para poner el 0-1 haciendo inútil la estirada de Hugo Lloris.

El penalti de Trippier, tan absurdo como innecesario, obligó a los locales a remontar e ir a remolque, favoreciendo el sistema planteado por el Qarabag. Por si no habían suficientes dudas sobre los 'spurs' en este inicio de temporada, el verse por debajo desde el inicio frente a un rival inferior provocó las primeras quejas del White Hart Lane, que durante muchos minutos permaneció silenciado.

Durante los primeros veinte minutos, el Tottenham puso más voluntad que fútbol y solo logró inquietar la meta visitante a través de ocasiones esporádicas. Y en ese contexto, apareció la figura de Heung Min Son. Cogiendo las riendas del equipo y queriendo demostrar su potencial, el exjugador del Bayer Leverkusen anotó dos tantos en tan solo dos minutos.

El primero, tras un saque de esquina que consiguió rematar dentro del área pequeña frente la pasmosa pasividad de la defensa visitante, que dejó totalmente solo al ariete y mostró uno de los errores que no se pueden permitir a este nivel. Tocados tras el gol y sin tiempo para reaccionar, una buena recuperación en campo contrario y la combinación entre Dele Alli y Son, acabó con el segundo tanto del jugador coreano. Era el 2-1 y la remontaba se había materializado en dos minutos. Sin encajar el golpe, los visitantes no dieron señales de vida y el encuentro se fue al descanso con la sensación de que los ingleses tenían medio partido en el bolsillo (2-1).

Son anotando el primer gol. Fuente: UEFA

A medio gas

Tras reponerse del susto inicial y con la ventaja en el marcador, el Tottenham intentó contemporizar los 45 minutos restantes. Conscientes de las limitaciones del Qarabag, los hombres de Pochettino intentaron, mediante largas circulaciones de balón, dormir el partido e intentar reservar las máximas energías posibles de cara al duelo, del domingo, frente al Crystal Palace.

A medida que avanzó la segunda mitad, el Qarabag decidió dar un pase adelante y con descaro intentó la machada. Con intentos tímidos, el conjunto dirigido por Gurban Gurbanov llegó a soñar con sacar un punto de Inglaterra pero, a falta de cuatro minutos, se dio un golpe contra la realidad. Golpe que asestó Erik Lamela, tras una recuperación de Harry Kane, que había entrado en el segunda tiempo, y que dejó al argentino totalmente solo frente a Sehic. La calidad del jugador de los 'spurs' hizo el resto. 3-1, pitido final y primer triunfo de la temporada en Europa que permite cerrar la jornada como líderes en solitario tras el empate entre Mónaco y Anderlecht.