Adalid, emblema, jugador franquicia. Estos son solamente algunos de los calificativos con los que se podría definir al capitán del Chelsea. John Terry ha sido y es desde hace ya más de 15 años uno de los centrales históricos, junto con el mítico Ron Harris, del equipo del norte de Londres. Un futbolista que, salvo una breve cesión en el Aston Villa y un corto paso por el histórico ganador de dos Copas de Europa, el Nottingham Forest, ha desarrollado toda su vida deportiva en uno de los grandes de la capital británica. Lleva desde el comienzo de este siglo XXI en un club que le ha dado todo y al que él ha correspondido como el que más, en las buenas y en las malas, en la época gloriosa del equipo londinense durante estos últimos diez años y en un comienzo dubitativo de siglo, en un club absolutamente asediado por las deudas hasta la compra por parte de Abramovich del equipo inglés.

Este emblema, esta luz que ha guiado al Chelsea durante más de diez años, quieran o no los aficionados, empieza a apagarse. Es evidente que no es algo que a los seguidores del balompié en general, y los del fútbol inglés en particular, les pueda gustar pero es evidente, también, que la formación de una leyenda en este mundo exige la etapa del fin de la vida deportiva. John Terry, es por muchas razones una leyenda. No está acabado, ni mucho menos; pero lo que está claro es que el jugador inglés está en franca decadencia.

Retirada de la selección inglesa

Hace ya unos tres años desde que Terry se retirara del combinado nacional inglés. Retirada que se debió, al menos en mayor medida, a las polémicas desatadas por el central de Barking, tras salir a la palestra una supuesta relación con la pareja de un compañero del Chelsea. Fue en ese momento cuando perdió la capitanía del combinado nacional, una de las sombras que se pueden encontrar en su carrera. Y aunque los motivos de su retirada del combinado inglés fueron en su mayoría extradeportivos, se empezaba a adivinar que, la retirada de un jugador que contaba con 32 años en ese momento, significaba de una manera u otra que el central inglés no se veía con la fuerza suficiente para continuar compaginando equipo con selección.

Foto: AFP

Poca continuidad

El central del Chelsea no está teniendo mucha continuidad durante este inicio de temporada, si bien ha jugado cinco de los ocho partidos de Premier League de titular. El equipo perdió tres de ellos, empató otro y perdió el restante.

Los de Jose Mourinho no han dado aún con la tecla y, por si esto fuera poco, Terry no está jugando tanto como a él seguramente le gustaría. El central, después de sus múltiples ausencias desde el comienzo de la temporada, volvió a ser titular el pasado sábado ante el Southampton, después de que Zouma y Cahill hayan formado en la defensa durante la mayoría de encuentros disputados hasta este momento. Su actuación ante el equipo de Ronald Koeman no fue acertada, pero un jugador de 35 años, si no se le da continuidad, es muy complicado que esté al cien por cien en los pocos partidos que está jugando este año. Veremos si Mourinho decide empezar a contar más con él a partir de este momento.

El error de darle por 'muerto'

Si John Terry es ya una leyenda del fútbol inglés, nadie se atrevería a decir lo contrario, debemos saber también que las leyendas nunca están acabadas hasta su retirada oficial. Fijémonos si no en el caso de Raúl González. Cuando el delantero español salió, por la puerta de atrás, del Real Madrid, la mayoría de los medios de comunicación dieron por acabado al madrileño. Sin embargo, Raúl rindió a un muy alto nivel en sus tres temporadas en Alemania, llegando a disputar la Champions y dejando el récord de goles en competiciones europeas en 71, ni más ni menos. Podemos encontrar multitud de similitudes, y también de diferencias, entre el caso de Raúl y el de Terry, un parecido que es evidente que tienen el delantero y el central es que su contribución al fútbol, en estos primeros año del siglo XXI, es incuestionable.

Como leyenda consagrada que es, aunque no vuelva el mejor John Terry, lo que deja atrás ya es lo suficientemente importante como para tenerlo en cuentra durante mucho tiempo. Con esta son ya 18 temporadas en el Chelsea y, esperemos, puedan alargarse lo máximo posible porque, aunque las leyendas del fútbol nunca mueren, seimpre es un placer seguir viéndolas jugar.