La jornada traía un partido prometedor, un Chelsea que nunca se sabe cómo puede jugar recibía a un Norwich que venía tras derrotar al Swansea en su campo y después de haber realizado previamente  una serie de muy buenos partidos.

Mourinho volvió a apostar por la magia en su equipo y , tras unas jornadas de castigo, sacó a Hazard de titular, acompañado de Cesc Fábregas, Pedro Rodríguez, Matic y Willian, un centro del campo que cualquier equipo de la Premier desearía. Por su parte el conjunto canario comandado por Alex Neil salió con un equipo ofensivo, con Redmond y Mbokani en punta, pero que no fue capaz de generar demasiadas ocasiones de peligro.

El Norwich comienza dominando

Parece que ya es tradición que los canarios comiencen los partidos en teoría complejos dominando y dando la sensación de que van a ganarlos, así ocurrió frente al Everton o el Manchester City, y el pasado sábado no fue diferente. El Norwich comenzó con la posesión de pelota y con un destacado O’Neil  que no dejó de buscar o bien con balones largos, o bien con pases entre líneas, a los dos puntas que había alineado su entrenador, pero los balones apenas llegaban. El partido estaba como a este Chelsea de Mourinho le gusta, el equipo rival tenía la posesión pero no generaba, ante eso el equipo de la capital británica salía con una serie de contras peligrosas que no logró finalizar por no ser capaz de hallar ese último pase en el área, durante esta primera parte Diego Costa estuvo participativo fuera del área, pero apenas recibió balones dentro de ella.

Segunda parte, territorio Costa

Así fue la segunda parte, como le gustan al hispano-brasileño, un correcalles durante prácticamente los segundos 45 minutos en los que el Norwich decidió dejar de tener posesiones sin sentido y que con las cuales apenas lograba inquietar la meta de Begovic y salir más al ataque. Precisamente en un ataque rápido que estaba realizando el equipo amarillo un error de comunicación en el centro del campo les hizo perder la pelota, y cuando se quisieron dar cuenta, ya se encontraba Diego Costa solo dentro del área frente a Ruddy tras un gran pase de Willian y un maravilloso recorte del internacional español a Bassong , y como ya es habitual -con el Chelsea- Diego no perdonó y ajustó la pelota al palo derecho con un disparo colocado para poner por delante a su equipo en el minuto 64.

Después del gol el Norwich hizo un amago de reacción con un disparo lejano de Brady, pero se encontró con una espectacular estirada de Begovic que mandó el balón a córner, y ahí se acabó el Norwich. Viendo al equipo visitante derrotado y con el apoyo de la afición, que una vez más volvió a corear el nombre del técnico portugués, el Chelsea se vino arriba, y pudo matar el partido con un remate de cabeza de Zouma pero no lo hizo; pese a no crear muchas ocasiones más el conjunto londinense tuvo hasta el final del partido la posesión de balón con un Hazard que demostró que el castigo de Mourinho le ha hecho despertar, ya  que cuajó un gran partido.

Algo más que tres puntos

Solo hubo que ver la celebración que se vivió en Stamford Bridge tras la victoria de su equipo para darse cuenta que lo que había en juego era algo más qué tres puntos, con esta victoria el equipo del portugués José Mourinho coge oxígeno y se aleja de los puestos de descenso con 14 puntos en su casillero y con un equipo plagado de estrellas que poco a poco van recuperando la confianza.

Por su parte el Norwich se estanca en los 12 puntos - a solo dos del Chelsea precisamente- y está a solo tres del descenso, pero con algo muy positivo, el equipo lleva durante mucho tiempo una idea de juego clara, y va con ella hasta el final, es un equipo con personalidad que corre cuando tiene que correr y toca cuando debe hacerlo, pero -pese a que suene a tópico- en el fútbol lo que importa es meterla, y el conjunto de Alex Neil lleva varios partidos (obviando el del Swansea) sin hacerlo, Alex Neil no está cuestionado precisamente por esto, porque si por resultados fuera sería bastante distino.

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