Ya avisaba Wenger en la rueda de prensa previa al encuentro ante el West Bromwich Albion. Se sabía de la dificultad del rival y, desde luego, todo quedó plasmado sobre el césped del Estadio The Hawthorns. Los baggies sacaron mucha rentabilidad de las pocas ocasiones que tuvieron y fueron capaces de darle la vuelta al marcador, ya que Giroud, a la media hora de juego, abrió el marcador tras cabecear un lanzamiento de falta. El Arsenal, de esa manera, perdía la opción de colocarse líder en solitario de la Premier League aunque debería haber esperado al resultado producido en el Etihad. Ahora ya se sabe que el equipo de Pellegrini perdió ante el Liverpool por lo que se puede decir que la derrota gunner quedó minimizada. No obstante, ahora son cuartos con 26 puntos quedando por delante el equipo citizen, su rival eterno, el Manchester United, y el sorprendente Leicester, que es el equipo que comanda la clasificación.

La consecuencia de las lesiones

Si de algo padece el Arsenal es de lesionados. No solo esta temporada, sino que es algo que se viene repitiendo a lo largo de los años. Para el encuentro en West Bromwich, Wenger no podía contar con Welbeck, Rosicky y Wilshere, todos ellos lesionados de gravedad. Tampoco lo hacía con Oxlade-Chamberlain ni con Ramsey, por lo que fue Gibbs el que ocupó la banda izquierda del ataque gunner. A priori, el inglés es lateral izquierdo, pero en partidos donde el técnico galo ha tenido que mantener el resultado ya le ha probado como interior izquierdo. Sin embargo, la decisión no fue nada afortunada.

En primer lugar, Gibbs no tiene el desborde ni los automatismos que muestran los jugadores típicos de esa posición, por lo que el Arsenal adoleció de ofensividad en el perfil izquierdo. En segundo lugar, Alexis fue el gran perjudicado de la entrada del inglés, pues tuvo que desplazarse al perfil diestro y no hay nada que incomode más al chileno que no jugar a pierna cambiada. Por este motivo, “El niño maravilla” no tuvo su mejor día y fue una de las ayudas importantes que echó en falta el equipo londinense. Finalmente, a pesar de reforzar defensivamente la banda izquierda, derecha del ataque baggie, Wenger tampoco logró frenar las subidas de Craig Dawson, lateral local, con la inclusión de Gibbs en el once. En definitiva, mala decisión del técnico que sí influyó en el desarrollo del partido.

Coquelin salió lesionado. En su lugar entró Arteta, que también tuvo que se sustituido

No solo las bajas anteriores condicionaron el juego del Arsenal, sino que también lo hicieron las posteriores. En el minuto 12, Coquelin intenta robar un balón con una entrada a ras de suelo pero, al chocar con el jugador del West Brom, sufre un dolor en la rodilla y tiene que abandonar el terreno de juego. Precisamente, el centrocampista francés es el que más ha mejorado el juego del Arsenal no solo esta temporada, sino durante la anterior. Su ausencia estaba claro que se iba a notar, y así fue. La entrada de Arteta no tuvo repercusión alguna en el juego y, a pesar de que el donostiarra ha demostrado poder llevar los mandos de la nave gunner, ya no está en su mejor momento futbolístico. Además, no tuvo su mejor noche y, aparte de anotar un gol en su propia portería, tuvo que ser sustituido en el minuto 49 por Flamini. Así pues, dos cambios obligados de Wenger que también tuvieron su importancia en el devenir del partido.

Una defensa mermada

Directamente relacionado con el punto anterior está el rendimiento de Bellerín, uno de los integrantes de la línea defensiva. El español no estuvo tan participativo como acostumbra y, en parte, esto tiene que ver con su recuperación en tiempo récord de su lesión. No estuvo bien en ninguno de los dos goles, pero tiene mayor culpa en el segundo. No obstante, sus compañeros tampoco actúan de acuerdo a su nivel. Mertesacker se aventura en subir el balón hasta el campo contrario. Un mal pase suyo, acompañado por un control de Özil peor, provoca la pérdida de la posesión y, con ella, la contra del equipo rival. James Morrison encuentra a Rondón que encara a Koscielny, quien está fuera de su posición cubriendo el pico del área gunner. Bellerín, que también había subido al ataque, vuelve para intentar cubrir la espalda del central francés, pero es Rondón quien filtra para la entrada de McClean que, con un centro atrás, provoca el gol en propia puerta de Arteta. Remontaba el West Bromwich Albion y la defensa del Arsenal hacía aguas.

Arteta se lamenta tras su gol en propia puerta. Fotografía: Infobae
Arteta se lamenta tras su gol en propia puerta. Fotografía: Infobae

Aguas como las que hizo en el primer gol. La falta lanzada por Christ Brun es aprovechada por Morrison para igualar el marcador. El centrocampista no está bien marcado y consigue golpear con su pie derecho dentro del área londinense para batir a Petr Cech, que no se explicaba cómo el jugador baggie había conseguido entrar solo.

Aunque parezca un análisis ventajista, ya que se realiza tras el encuentro, surge la pregunta: ¿hubiera ocurrido lo mismo con Coquelin sobre el terreno de juego? Obviamente, es imposible de saber, pero basándose en los encuentros previos, todo hace indicar que el centrocampista galo hubiera podido salir al corte en la jugada del segundo gol. Desde luego, su perfil creativo y defensivo dista mucho del de Arteta, un jugador mucho más posicional. A la hora de atacar, no es lo mismo tener sobre el terreno de juego al joven gunner que al donostiarra, pues con el primero Cazorla puede aventurarse mucho más en ataque.

Un ataque tan estático como ineficaz

Si el juego defensivo no fue óptimo, tampoco lo fue el ofensivo. El Arsenal disparó once veces a la portería de Myhill, pero solo tres entre los tres palos, siendo una de ellas el gol de Giroud. Precisamente, el tanto del francés, que dejó su recuerdo para las víctimas del atentado de París en el momento de la celebración, fue similar al de Morrison. El ariete espera en fuera de juego el lanzamiento de Özil aunque, en el último momento, entra en la línea defensiva para estar habilitado y es quien remata. La defensa de los baggies no tiene tiempo de marcar por delante al delantero gunner, por lo que solo tiene que empujar el balón al fondo de las mallas.

Giroud celebra el gol del Arsenal. Fotografía: Arsenal
Giroud celebra el gol del Arsenal. Fotografía: Arsenal

Faltaban hombres que rompieran la hegemonía del West Brom en defensa

En el juego de ataque londinense sorprende la poca movilidad de sus hombres. El Arsenal tiene momentos del encuentro en los que juega al primer toque, desestabilizando la defensa rival y momentos en los que precisan de control, orientación y pase. Tres toques al esférico que provocan la lentitud en el juego y, con ella, la disposición ofensiva del rival. Los cambios de juego eran, prácticamente, inexistentes y la ausencia de hombres como Oxlade-Chamberlain o Ramsey provocaban la ausencia de movimientos por delante del balón. Frecuentes eran las imágenes en las que Santi Cazorla tenía el balón en su poder y pedía movimientos a sus compañeros pero estos, faltos de ideas, no se los ofrecían. Solo Özil, con algún pase en profundidad, consiguió romper el entramado defensivo del equipo de Pulis, no obstante, sin éxito final.

La mala suerte también se apoderó del equipo gunner y, en un partido realmente malo de los de Wenger, tuvo su importancia en dos ocasiones. La primera fue en el disparo al palo del jugador alemán en el minuto 48 de partido. Tras un balón rechazado en el área grande, Özil decide realizar un disparo cruzado que pega en la base del palo izquierdo de la portería defendida por Myhill. La segunda con el penalti errado por Cazorla. El asturiano tuvo la oportunidad de empatar en el minuto 84 desde los once metros, pero un resbalón antes de disparar provoca que envíe el balón por encima de la portería rival.

No fue la tarde del Arsenal. No fue la tarde ni de su defensa ni de su centro del campo ni de su delantera. No fue la tarde del equipo gunner y, por ello, pierden el liderato compartido con el Manchester City. Ahora son tres rivales los que tienen por delante en la clasificación, pero no hay dudas de que intentarán ocupar el primer puesto lo antes posible. Para ello, tienen que centrarse en recuperar a jugadores lesionados para formar un esquema de garantías que se mueva de forma equilibrada entre un buen ataque y una buena defensa. Alexis tiene que recuperar su posición, Bellerín y Monreal sus subidas por bandas y Coquelin su mando en el centro del campo. Además, Özil y Cazorla serán los encargados de devolver el dinamismo y los pases imposibles al equipo de Wenger.