El Swansea se presentaba en su estadio con la sensación de tener los deberes hechos. No están matemáticamente salvados pero sería casi milagroso que descendiesen de categoría. El Liverpool, por su parte, tiene cerca la clasificación a Europa el año que viene pero su objetivo número uno es pasar a la final en la UEFA Europa League.

El Liverpool arrancaba el partido con muchas rotaciones pensando en sus compromisos europeos. El Swansea, que había sacado una alineación bastante ofensiva con intención de llevarse los puntos, manejaba el partido en los primeros compases del partido. Las ocasiones eran para los locales. Los reds no entraron bien en el partido y no sabían como frenar las internadas de los cisnes.

El partido se jugaba en el medio centro donde se sucedían errores en los pases en ambos equipos. En el ecuador de la primera parte llegaría la mejor ocasión del Swansea de manos de Ayew que finalizaba una buena contra pero los visitantes despejaron a córner. Al saque del córner se iba a marcar el primer gol del partido, obra de un cabezazo de Ayew que se zafó bien de la marca de Lovren. Un 1-0 que se veía venir debido a la pasividad defensiva de los reds.

Intervención milagrosa la que iba a realizar Ward apenas 5 minutos después. Gran jugada de Montero que acababa en un pase atrás y un remate que detendría el guardameta salvando al equipo de un más que posible segundo tanto de los locales. Sufría el Liverpool incapaz de parar el ataque local y tampoco crear ninguna ocasión peligrosa a su favor.

En el minuto 32, el medio centro Jack Cork iba a marcar un golazo con un gran disparo con rosca desde fuera del área ante el que nada pudo hacer Daniel Ward. Un gol que hacía justicia ante una de las mejores primeras partes del Swansea y, por contra, una de las peores del Liverpool que parecía tener la cabeza en el próximo jueves.

La agresividad e intensidad de los locales marcaron la primera mitad del encuentro que ganaban todos los balones divididos en medio campo y les permitía contragolpear con gran eficacia. 

Ayew celebrando uno de sus goles | Foto: Swansea
Ayew celebrando uno de sus goles | Foto: Swansea

Se reanudaba el partido con la ausencia de Coutinho. Klopp retiraba del partido al jugador brasileño para darle descanso previo al partido de Europa. El Swansea parecía haber perdido algo de intensidad, circunstancia que igualaba el partido debido a la gran calidad individual de los reds. El monopolio del balón lo tenían los visitantes pero los galeses se encontraban cómodos, no sufrían excesivamente en defensa.

En el minuto 64 el Liverpool conseguía recortar distancias gracias a un buen remate de Benteke tras saque de córner. El delantero belga salió en el descanso en sustitución de Chirivella y estaba cuajando unos buenos minutos intentando demostrar al técnico alemán que quiere disputar los partidos de titular.

Cuando peor estaban los cisnes, Ayew, tras un barullo en el área red, conseguía sentenciar el partido con un chut raso al que Ward no consiguió llegar. Dibujaba el 3-1 en el marcador y prácticamente la sentencia en el minuto 67.

En el 75, Smith trataba de cortar una contra peligrosa y recibía la segunda amarilla y en consecuencia, la tarjeta roja. El Liverpool iba a encarar el partido con uno menos durante 15 minutos y el partido prácticamente perdido. Klopp desde la banda se enfadaba ante la pasividad de su equipo.

Cuando el mejor del equipo es el delantero, Ayew, y el mejor del equipo rival es el portero, Ward, es evidente lo que habrá ocurrido en el partido. Mucha pasividad del Liverpool que está jugándose toda la temporada a la UEFA Europa League. Se le complica clasificarse para Europa mediante la Premier. El Swansea, por su parte, sentencia su permanencia con estos 3 puntos y le veremos en la liga inglesa la próxima campaña.