Y el Liverpool lo volvió a hacer. Este idilio con la suerte cuando los partidos se tuercen viene acompañando a los "reds" en el último siglo. Eso sí, está claro que no todo está basado en la buena fortuna. La mítica final de la Copa de Europa ante el Milán en 2005, los cuartos de esta Europa League contra el Bosrussia Dortmund, o el mismo encuentro versus el Villarreal, vienen dotados por una garra, una intensidad, y un juego combinativo que se da en las grandes citas.

No obstante, habría que añadir otro elemento a la fórmula: la afición. Es espectacular el empuje de la hinchada británica a su equipo. El "You'll never walk alone" retumba en todos los muros de Anfield y proporciona a su equipo la valentía necesaria para lograr lo inimaginable. Cuánta emoción contenida en las 45000 gargantas que se hallaban en el estadio. Qué bonito es este desporte.

Centrándonos en lo estríctamente futbolístico, el Liverpool salió con su once de gala en estas fechas. Emre Can volvía al centro del campo y Sturridge se encargaría de cazarlas arriba. El delantero inglés ha vuelto a sufrir una temporada irregular en cuanto a lesiones, pero llega mejor que nunca al tramo decisivo de la temporada.

En relación al Villarreal, dos cambios con respecto al conjunto que ganó la semana pasada la ida de esta eliminatoria por 1-0. Eric Bailly (por lesión) dejaba su sitio a Mateo Musacchio. Y Areola se hacía cargo de la portería en detrimento del español Sergio Asenjo. Sorprendente esta decisión.

El apoyo de la afición volvió a ser clave. Foto: Sky Sports
El apoyo de la afición volvió a ser clave. Foto: Sky Sports

Ambiente sensacional y la pelota empezaba a rodar por el césped de Anfield. Lo cierto es que un entorno así no se le había presentado hasta el momento a los chicos de Marcelino. Es verdad que habían sido capaces de derrotar a Nápoles y Bayer Leverkusen, pero Inglaterra tiene algo especial. El nerviosismo se adueñaba de las piernas de un "submarino amarillo" que tuvo su primera ocasión al minuto cinco. Una buena combinación en banda derecha, con una gran dejada de pecho de Soldado, obligaba la estirada de Mignolet a raíz del tiro de Mario Gaspar. Control local hasta el momento pero el Villarreal avisaba, por si acaso.

Un aviso que se trató más bien de un espejismo. Y es que dos minutos más tarde, llegaba el primer gol "red". Barullo brutal en el área que aprovecha Firmino para meterla, y entre tantas piernas, el balón terminaba colándose en la portería de Areola. Gol en propia de Bruno, y por consecuencia, locura local. La eliminatoria volvía a estar igualada y al Liverpool se le veía muy metido.

La presión arriba, comandada por la línea de tres cuartos y Milner, obligaba al Villarreal buscar a Bakambu a base de pelotazos largos. El dominio del partido y de la eliminatoria se estaban escapando a las manos de Jürgen Klopp. Y Lallana estuvo a punto de corroborarlo. Pase milimétrico de Milner, y el media punta inglés, que le gana la espalda a Víctor Ruíz, no consigue contactar plenamente con la bola para introducirla al fondo de las mallas. No habían pasado ni veinte minutos y la que se le venía encima al conjunto español era brutal.

La presión fue una constante. Foto: Sky Sports
La presión fue una constante. Foto: Sky Sports

Sin embargo, el robo en campo contrario del Liverpool no venía acompañado de ocasiones claras. A pesar del gran juego combinativo entre Coutinho, Lallana y Firmino, el peligro nunca llegó a ser real durante los últimos minutos de la primera parte, y se notaba que ambos equipos necesitaban el descanso para aclarar sus ideas y la forma con la que deberían afrontar la segunda mitad.

La venida de los segundos 45 minutos, trajo consigo un cambio de mentalidad visitante. El Villarreal daba un paso adelante y aprovechaba la bajada de ritmo del Liverpool para plantarse en campo contrario y correr un poco con balón. El juego lento y con tensión se repitió durante los primeros veinte minutos del segundo acto. Vuelta de las semifinales de la Europa League, eliminatoria empatada y todo por decidir. Se palpaba la incertidumbre en el estadio y los entrenadores no querían modificar sus plantillas por si acaso.

Sturridge en el momento del gol. Foto: Sky Sports
Sturridge en el momento del gol. Foto: Sky Sports

Pero la suerte volvería a estar de lado "red". Otro pase de Firmino, esta vez entre líneas, dejaba a Sturridge solo ante Areola. No hay fuera de juego y el internacional inglés define por debajo de las piernas del portero. La remontada ya estaba aquí, y Klopp volvería a deleitarnos con su celebración tan característica. No es para menos, pues la llegada  de una final europea 9 años después era posible.

La desesperación amarilla quedó representada por Víctor Ruíz. El central recibió la segunda amarilla y fue expulsado a falta de veinte minutos para el final. A Marcelino se le acababan las ideas y al Villarreal, la oportunidad de jugar una final continental por primera vez en su historia. Con 10 jugadores, al "submarino amarillo" le fue imposible acercarse al área rival, y cuando estábamos entrando a la conclusión del partido, Lallana se encargó de sentenciar la eliminatoria. Y de nuevo Firmino. Acción por banda izquierda del brasileño, el cual consigue colocar un centro raso al primer palo, y tas una serie de rechaces, la pelota le cae a Lallana para que el ex jugador del Southampton la empuje.

El Liverpool volvía a vivir una noche mágica en Europa. Y manchaba la fiesta del fútbol español al eliminar al único conjunto nacional que no se ha clasificado para las fianales de Copa de Europa o Europa League. El 18 de Mayo espera Basilea, y allí la batalla contra el Sevilla (ha ganado las dos últimas ediciones del torneo) será bestial.