Leicester se ha convertido en la ciudad del momento. Situada en el centro de la enorme isla británica, miles de aficionados al fútbol se desplazan hasta el King Power Stadium para disfrutar de un equipo de leyenda. Una de las mayores gestas en la historia de este deporte. Luchando contra equipos que rozan los 500 millones de presupuesto, el conjunto de Claudio Ranieri ha demostrado que, con esfuerzo y sacrificio, todo se puede.

Estamos seguros de que hace justo un año, a comienzos del verano de 2015, la mayoría de los hinchas "foxes" habrían firmado conseguir la permanencia dos o tres jornadas antes del final de temporada, y que durante el mercado de fichajes se fichara bueno, bonito y barato, para lograr de esta manera una mayor competitividad que no complicase el objetivo marcado a principios de la campaña. Quién les diría que acabarían ganando la Premier League por todo lo alto.

No obstante, tal y como se explicó anteriormente, la permanencia era la meta. Por lo que, ajustándose al presupuesto, se armó una plantilla para ello. Y llegaron Gökhan Inler, el conocido N'Golo Kanté, Nathan Dyer, Andrej Kramaric o el futbolista del que queremos hablar: Christian Fuchs.

Fuchs durante su etapa en el Schalke. Foto: Sky Sports
Fuchs durante su etapa en el Schalke. Foto: Sky Sports

Lateral izquierdo, 29 años y un gran golpeo con su zurda. Aquellos que se acuerden un poco le recordarán de su estapa en el Shalke 04. Pasó cuatro años en el club de Gelsenkirchen, llegando a compartir vesturario con grandes baluartes como Raúl Gonzalez Blanco, Huntelaar, o Julian Draxler. Y enfrentándose a conjuntos de talla mundial como lo son Real Madrid, Arsenal o Chelsea.

Pero como toda travesía, el final es lo único seguro en un viaje. Así que el defensa austriaco acabó su contrato con el club alemán y comenzó a manejar varias propuestas para mantener su carrera futbolística. Y se le presentaron dos. Seguir en Alemania o mudarse a Estados Unidos. Está claro que no son malas. Cuando un futbolista entra en el "ocaso" de su carrera, suele decantarse por los lugares más cómodos. Y él los tenía en su mano.

Sin embargo, un entrenador lo cambió todo. Hablamos de Nigel Pearson, el exentrenador del Leicester City. El técnico inglés convenció a Fuchs de fichar por su equipo, otorgándole un rol importante dentro de la escuadra, y que gracias a su experiencia compitiendo al máximo nivel, lograrían la permanencia. 

Fuchs con Albrighton y Schmeichel, celebrando una victoria. Foto: Mirror
Fuchs con Albrighton y Schmeichel, celebrando una victoria. Foto: Mirror

Al defensa austriaco le gustan los retos, y aceptó la oferta del equipo inglés. Pero un día, cuando se encontraba en una playa de Antigua (Guatemala) recibió una llamada de su representante: "Han despedido a Pearson". Se trataba de una destitución repentina, sin antecedentes. Según el máximo mandatario del Leicester, se projudo debido a unas condiciones "muy difíciles" para manejar a la plantilla, debido a la relación que mantenían el cuerpo técnico y los jugadores. Quién sabe si en realidad lo hizo para nombrar a Claudio Ranieri como mánager. Algún día lo sabremos.

El caso es que Fuchs decidió mudarse a Leicester gracias a Pearson, y ahora iba a jugar en el club inglés sin haber entrenado ni una sola vez bajo sus órdenes. Una situación más que rara. ¿Qué pasaría ahora con él y sus minutos de juego ante la llegada del nuevo entrenador? Había pasado de ser uno de los fichajes estrella para la próxima temporada, a convertirse en un problema para Ranieri. Un jugador no deseado.

No obstante, tras un inicio titubenate, con varias idas y venidas, el exjugador del Shalke 04 convenció a su nuevo técnico y pasó a ocupar el carril izquierdo, para asentarse como titular indiscutible. Puede que en este Leicester campeón, el papel de Fuchs no sea tan representativo como lo pueden ser los Vardy, Mahrez o Morgan. Pero nadie niega que, habiendo jugado 31 partidos, con más de 2800 minutos en sus botas, y llegando a regalar hasta cuatro asistencias, su papel haya sido más que determinante.

Su papel, su experiencia de cara a los partidos más importantes, o simplemente su figura dentro del vestuario, han sido aspectos importantísimos para la consecución del sueño de los "foxes".

Fuchs y Jamie Vardy. Foto: The Sun
Fuchs y Jamie Vardy. Foto: The Sun

El éxito del Leicester no viene por las genialidades de sus estrellas, que también. Llega principalmente por el esfuerzo, la dedicación y la pasión por este deporte que los hace inconfundibles. Ya lo dijo Fuchs en su momento: "Nuestro espíritu está marcando la diferencia". Esperemos que lo siga haciendo y que nosotros, los que disfrutamos de este deporte a través de la pantalla, tengamos la posiblidad de conocer más historias como esta. 

VAVEL Logo
Sobre el autor