El partido entre el Manchester United y el Bournemouth, correspondiente a la jornada 38 de la Premier League, fue suspendido después de que se encontrara un 'paquete sospechoso' en el estadio de Old Trafford. La policía confirmó que se hizo una explosión controlada del mismo. Según algunas informaciones de medios británicos dicho paquete se trataría de un teléfono móvil conectado a una tubería en los baños del estadio, aunque poco después, la policía de Manchester acabó confirmando que el objeto sospechoso era una bomba.

El encuentro fue retrasado inicialmente después de que el delegado del United le comunicara al árbitro de la contienda, el inglés Jon Moss, que había "un incidente en algún lugar del estadio". Minutos más tarde se anunció a los miembros de la seguridad del estadio que pusieran en marcha la "operación código rojo", por lo que comenzaron a evacuar a las 20.000 personas que se habían congregado en las tribunas.

Poco más tarde se terminó por confirmar la suspensión completa del choque. "Cuando se trata de aspectos relacionados con la seguridad es obvio que tanto el Manchester United como la Premier League anteponen la seguridad de los aficionados y los empleados del estadio por encima de todo", advirtió la liga inglesa en un comunicado tras tomar la decisión definitiva sobre el partido. Pese a no haber fecha confirmada para jugar el partido, la Premier ha asegurado en el comunicado oficial que el problema se solucionará "tan pronto como sea posible".

Al tratarse de una jornada unificada debía disputarse al mismo tiempo que el Swansea City-Manchester City, toda vez que los dos equipos de Mánchester se disputan la última plaza que da acceso a la Liga de Campeones. Sin embargo, el choque en tierras galesas sí empezó finalmente a la hora programada, en el que el City de Pellegrini consiguió asegurarse la clasificación para la Champions del año próximo.