El verano estuvo marcado por la llegada de tres jugadores que se preveía que tuvieran mucho peso en la temporada del Manchester City. Desde Valencia, el argentino Nicolás Otamendi venía para levantar, por fin, un muro en la defensa azul celeste, mientras que De Bruyne y Sterling, llegados de Wolfsburgo y Liverpool respectivamente, se convirtieron en los enésimos fichajes para la zona de medias puntas.

El sorteo de la Champions League no fue favorable a los intereses del Manchester City puesto que quedaron encuadrados en el grupo de la muerte. Un grupo en el que estaban el Sevilla, especialista en competiciones europeas, el Juventus, finalista de la pasada edición, y el Mönchengladbach, revelación de la última Bundesliga.

Sin sabores ligueros

La temporada del Manchester City empezó en The Hawthornes, el estadio del West Bromwich Albion. Los goles de Touré, por partida doble, y Kompany, le dieron la primera victoria al conjunto de Manuel Pellegrini. Por si fuera poco, en la segunda jornada, los de Manchester humillaron al antiguo campeón, el Chelsea de José Mourinho, con un nuevo 3-0, esta vez con un triplete goleador de Sergio ‘el Kun’ Agüero.

Después llegaron las victorias ante Everton, Watford, Crystal Palace y el primer tropiezo ante el West Ham. Tras jugar todos estos partidos, en la séptima jornada de la Premier League, el Manchester City debía visitar White Hart Lane. Era un partido muy complicado, y las cosas se pusieron de cara cuando De Bruyne adelantó al City al culminar un magnífico contraataque. No obstante, el tanto visitante solo fue un espejismo, porque los Spurs acabaron aplastando al conjunto de Pellgrini por 4-1 con cuatro tantos en los que se demostraba la fragilidad defensiva del equipo, especialmente en los goles de Dier, tras un mal despeje, y de Alderweireld, al rematar solo una falta lateral.

Harry Kane le marcó uno de los 4 goles al Manchester City | Foto: Sportsmole
Harry Kane le marcó uno de los 4 goles al Manchester City | Foto: Sportsmole

Después de caer en el Lane llegaron las goleadas ante el Newcastle y el Borunemouth, la tónica de toda la temporada: caer ante los grandes y golear a los pequeños. El enésimo ejemplo fue la paliza que infringió Klopp y los suyos en el Etihad al superar al Manchester City por 1-4 en una exhibición de juego vertical. La irregularidad de este equipo de Pellegrini era demasiado acentuada, cuajando buenos partidos como el 3-1 ante el Southampton, y después una bochornosa actuación frente el Stoke para caer 2-0 en un encuentro que podría haber sido una goleada mucho más abultada.

Después de perder ante el Arsenal en el Emirates Stadium, el equipo de Manchester encadenó una racha de 7 partidos sin conocer la victoria, consiguiendo llegar al mes de febrero con opciones de titulo. Por aquél entonces, Leicester y Tottenham ya eran serios candidatos al trofeo, y ambos eran los próximos rivales del Manchester City.

Primero fue el equipo de Claudio Ranieri, que borró del Etihad al Manchester City cuajando el mejor partido de la temporada de los zorros. Mientras el Leicester daba un golpe en la mesa, el Manchester City se hundía. La única opción era ganar al Tottenham, pero Pocchetino volvió a ganarle la partida de técnicos latinos a Pellegrini y superó al City en el Etihad por 1-2.

El Leicester City humilló al Manchester City | Foto: DailyMail
El Leicester City humilló al Manchester City | Foto: DailyMail

A partir de ese momento, la temporada del Manchester City empezó a dar bandazos sin parar. Las lesiones también tuvieron mucho que ver, debido a que De Bruyne, Kompany, Agüero y Sterling estuvieron demasiado tiempo fuera de los terrenos de juego. Finalmente, un empate en Galés ante el Swansea les sirvió para clasificar al equipo para la próxima edición de la Champions League con una más que decepcionante cuarta plaza.

Una ganada, otra tirada

En Inglaterra FA Cup y Premier League tienen prácticamente el mismo valor para los aficionados. Esta premisa no la debía de tener demasiado clara Manuel Pellegrini cuando en la primera eliminatoria de la máxima competición copera inglesa en Stamford Bridge decidió alinear a todos los suplentes. El motivo era el horario del partido. Los jóvenes que salieron como titulares no tuvieron ninguna opción y se fueron escaldados de Londres con un doloroso 5-1.

Todo lo contrario sucedió en la Capital One Cup, donde el equipo se mostró muy fiable. Tras superar las primeras rondas, Pellegrini fue colocando a los titulares progresivamente. Las semifinales le emparejaron con el Everton de Roberto Martínez, que logró sacar un meritorio 2-1 en Goodison Park. Pese a ello, el Manchester City logró darle la vuelta (3-1) en el Etihad Stadium.

La final ante el Liverpool en Wembley fue un partidazo que se acabó decidiendo desde los once metros. En ese momento se erigió la figura de Willy Caballero para detener 3 penaltis y darle el único título de la temporada al Manchester City.

Caballero fue el héroe de la Capital One Cup | Foto: Telegraph
Caballero fue el héroe de la Capital One Cup | Foto: Telegraph

Sorpresa europea

El grupo de la muerte no fue rival para un Manchester City que se mostró muy seguro, superando al Sevilla y al Mönchengladbach en los dos encuentros, y pasó a los octavos de final como primero de grupo por primera vez en la historia.

Además, los bombos fueron benevolentes con el conjunto inglés y le emparejaron con el Dynamo de Kiev. La eliminatoria se decidió en Ucrania gracias a una contundente victoria por 1-3 con goles de Agüero, Silva y Touré. En la vuelta disputada en Inglaterra el marcador no se movió.

La gran prueba de fuego vendría en los cuartos de final en forma de PSG. El conjunto francés era uno de los favoritos para llegar a las semifinales, pero se topó con el Manchester City y la mala suerte. En el Parque de los Príncipes, el Manchester City logró salir vivo gracias a dos errores inusuales de Ibrahimovic, uno desde los once metros, y se llevó un meritorio 2-2. Para la vuelta, los hombres de Pellegrini lograron aguantar el partido hasta los minutos finales, y allí apareció De Bruyne para sentenciar el pase a las semifinales.

De Bruyne sentenció la eliminatoria frente al PSG | Foto: OKDiario
De Bruyne sentenció la eliminatoria frente al PSG | Foto: OKDiario

El Real Madrid era el último escollo a superar para llegar a la final de Milán. Con fortuna, el Manchester City logró aguantar las embestidas blancas en el Etihad e ir a Madrid con un 0-0 que dejaba abierta la eliminatoria. Esta vez la suerte se alineó con los merengues: un gol de Bale de rebote decidió la semifinal. Por si fuera poco, Fernandinho tuvo un poste y Agüero estuvo a punto de causar el orgasmo inglés en el último minuto con un disparo que estuvo cerca de colarse por la escuadra.

Una Premier League decepcionante, un título de copa menor, la FA Cup tirada y la mejor aventura en Champions de la historia del club. La irregularidad marcó la trayectoria del Manchester City en la última temporada de la era Pellegrini. Ahora, todos esperan al profeta, Pep Guardiola, para convertirse definitivamente en uno de los reyes del fútbol.